viernes. 29.03.2024

El derrumbe del petróleo amenaza la lucha contra el cambio climático

La caída libre del precio del petróleo generada por la peor crisis económica en 80 años pone en peligro las enormes inversiones necesarias para desarrollar energías alternativas y luchar contra el cambio climático, sobre todo a través de la captura y almacenamiento de carbono.
AGENCIAS - 20.03.2009

"Si los precios bajan demasiado perjudicarán a quienes desean hacer inversiones competitivas en eficiencia energética y energías alternativas", advirtió Monica Bargem Stubholt, viceministra de Petróleo de Noruega, quinto exportador mundial de crudo. "Necesitamos invertir durante esta desaceleración económica", añadió en un seminario organizado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el palacio imperial de Hofburg en Viena.

"Los bajos precios son los peores enemigos de la investigación en energías alternativas. No es fácil invertir en ninguna energía cuando el barril está a 30 dólares", coincidió Paolo Scaroni, presidente de la compañía petrolera italiana Eni.

Los precios del crudo alcanzaron un récord histórico de 147,50 dólares el barril en julio, pero debido al hundimiento de la demanda de oro negro generada por la crisis cayeron a 32,40 dólares en diciembre y rondaban el jueves los 49 dólares.

No obstante, una estricta política ambiental "podría costar a los países del Golfo un 20% de su Producto Interior Bruto (PIB)", alertó Mohamed al Sabban, responsable de la delegación saudita ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).

En tiempos de crisis "será más difícil movilizar inversiones" para desarrollar "energías verdes", aseguró Olivier Appert, director del Instituto Francés de Petróleo. "La parte positiva es que en todos los planes de reactivación adoptados por Estados Unidos, Europa y China hay una dimensión ambiental", subrayó.

La Agencia Internacional de Energía (AIE), que representa los intereses de los países consumidores, estima que para reducir las emisiones de gases contaminantes se necesitan inversiones por nueve billones de dólares (un 0,6% del PIB mundial anual) hasta 2030.

Entre las tecnologías contempladas en la lucha contra el calentamiento del planeta, la CCS es presentada por la ONU como la más prometedora. La CCS implica capturar el dióxido de carbono (CO2), comprimirlo e inyectarlo bajo tierra, por ejemplo en yacimientos petroleros agotados. Permitiría a la industria reducir la emisión de gases con efecto invernadero producidos por la combustión de energías fósiles.

Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, señaló en el seminario que la CCS "es una de las tecnologías más prometedoras para reducir rápidamente las emisiones de CO2".

Gran Bretaña alentó a la OPEP a continuar la investigación en el área de CCS. "La OPEP puede convertirse en líder en la CCS. Sus países miembros tienen la ventaja de poseer ya los recursos geológicos, la experiencia industrial y, en muchos casos, la infraestructura apropiada", subrayó Mike O"Brien, ministro británico de Energía.

Pero desarrollar la CCS es caro y requiere convencer a las poblaciones de que no es peligrosa, sostuvo Appert. "La CCS no es la panacea (...) y habrá que convencer a las poblaciones locales de que esto no plantea problemas", precisó. "La CCS aún es cara y requiere financiación que cierre la brecha de costos entre la producción de energía con y sin CCS", admitió -por su parte- de Boer.

Appert calcula que el costo de tratar una tonelada de carbono con CCS ronda los 100 dólares, mientras el mercado de emisiones la valoriza en unos 20 dólares.

Los productores de la OPEP relativizan la importancia de las energías alternativas y recuerdan que los combustibles fósiles seguirán representando en 2030 un 80% de la energía mundial contra un 4,5% actual de la energía solar, eólica e hidráulica.

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