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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 10.6.2009

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) precisó en su informe favorable a la renovación del permiso de explotación de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) que superar la vida de diseño de esta central nuclear, prevista hasta 2011, "no significa que haya terminado su vida útil o de operación de la planta".

Así, de concederse, la renovación del permiso de la planta burgalesa supondría "la extensión por primera vez de la vida de diseño de una central nuclear española por encima de los 40 años de operación". Durante la sesión de control al Gobierno en el Senado que se celebró el martes, el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, subrayó su compromiso electoral en materia de energía nuclear consistente en "el cierre ordenado de las centrales conforme fuesen cumpliendo su vida útil, siempre que quedase garantizada la suficiencia del suministro a los ciudadanos y a las empresas".

En concreto, el jefe del Ejecutivo insistió en que en relación con la instalación de Garoña "en 2011 se cumple su ciclo de vida útil, los 40 años para los que fue diseñada", por lo que "se abre paso a decidir sobre el futuro" energético.

Al hablar de la central nuclear de Santa María de Garoña, se están utilizando términos como vida de diseño, vida útil, vida útil teórica y vida útil real. En ese sentido, el CSN explica que el concepto de vida de diseño se utiliza en ingeniería para establecer la duración "mínima" de las Estructuras, Sistemas y Componentes. Esto significa que en las condiciones esperables de operación, incluyendo márgenes de seguridad, la central operará durante ese tiempo en condiciones de seguridad.

Por tanto, señala que si se supera la vida de diseño se puede seguir operando en condiciones de seguridad, como en Estados Unidos, donde se ha renovado los permisos de explotación de 54 reactores nucleares y están en proceso de renovación 12 plantas más. De ellas, similares a la central nuclear burgalesa y renovadas hasta los 60 años de actividad son Dresden II (renovada en 2004), Monticello (2006) y Oyster Creek (renovada su licencia en febrero de 2009).

Asimismo, la legislación española no establece ningún tiempo máximo de funcionamiento de las centrales nucleares, por lo que conceptos como vida de diseño, vida remanente o extensión de vida, no tienen significado legal explícito.

En sentido estricto, el organismo regulador precisa que de acuerdo el concepto de ingeniería, la vida de diseño se dictamina en la fase inicial del proyecto y son los 40 años asignados de acuerdo a la inversión realizada. Esos años son vigentes para las centrales americanas y europeas de la misma tecnología.

En cuanto a su definición, vida de diseño es el tiempo de funcionamiento de una estructura, sistema o componente de la central, supuesto en el diseño durante el que se espera que cumpla con su función en los términos establecidos en sus especificaciones. De acuerdo a los criterios técnicos, también se entiende como la duración mínima de funcionamiento para conseguir los objetivos del proyecto y conlleva unos requisitos a los que los componentes principales de la instalación para que se pueda garantizar su correcto funcionamiento.

Por tanto, el CSN equipara la vida de diseño de 40 años entre las americanas y europeas de la misma tecnología. Además, la instrucción del organismo IS-10 sobre "Revisiones periódicas de la seguridad de centrales nucleares" define la vida útil como el "período durante el cual una central puede ser operada cumpliendo con las exigencias de seguridad impuestas en su autorización", por lo que comparando las condiciones de diseño y las condiciones reales de operación podría determinarse el "margen de vida remanente" que le queda a un sistema, equipo o componente y también cuándo debe ser sustituido.

Igualmente, recuerda que en estos 39 años, la central de Garoña ha sustituido "numerosos sistemas o componentes". Por lo que el tiempo podría alargarse si las condiciones reales de funcionamiento han sido menos severas que las previstas por el proyecto o acortarse si son más severas o se registra algún fenómeno degradatorio que no estaba previsto. En definitiva, para el CSN, la vida útil puede ser mayor que la de diseño, siempre que las condiciones reales de operación hayan sido menos severas que las supuestas en el diseño.

El CSN dice que la vida útil de Garoña puede ir más allá de 2011