jueves. 18.04.2024

En la mitología griega Zeus es el padre de los dioses que habitaban en el monte Olimpo. Sus atributos eran el rayo con el que elimina a sus enemigos, el trueno con el que muestra su enfado y el cetro y la corona como símbolos del poder.

Antes de que existieran los dioses gobernaban los titanes. El jefe de los titanes era Cronos. Él y su esposa Rhea tuvieron seis hijos. Cronos había sido avisado de que uno de sus hijos le derrocaría, por esto cuando nacían los devoraba. El sexto hijo fue Zeus. Rhea intentó evitar que corriera la suerte de sus otros hermanos. Rhea le dio a Cronos una piedra envuelta en una manta y mandó a Creta a Zeus, donde fue criado por las ninfas y unos seres menores, los Curetes, estos cantaban de continuo para que Cronos no oyera los llantos del bebé Zeus. Este se hizo amigo de Metis, quien ideó una pócima para administrársela a Cronos y que vomitara a los  hermanos de Zeus. Cronos vómito a las hermanas de Zeus, Hera, Hestia y Démeter y a los hermanos Hades y Poseidón.

Zeus con sus dos hermanos tuvo una encarnizada lucha contra los titanes de diez años de duración, hasta vencer y reinar en el Olimpo. Una vez conseguida la victoria se hizo un reparto del mundo. El Olimpo para Zeus, el inframundo para Hades y el mar para Poseidón.

Zeus fue un dios promiscuo. Su primera esposa fue Metis. Cuando está se quedó embarazada Zeus fue avisado, que al igual que a Cronos su hijo le destronaría. Zeus se tragó a Metis embarazada, naciendo Atenea de la cabeza de Zeus ya madura. Después Zeus eligió como esposa a la Titánide Temis, que le dio dos tipos de hijas, las Horas y los Destinos. Con la ninfa Eurinome tuvo como hijas las Gracias. Zeus continuó con una interminable lista de relaciones incluidas las que tuvo con mortales.

En psicología se aplica el complejo de Zeus para describir un doble complejo, por una parte complejo de inferioridad ante el don de la mujer de tener hijos y por otra parte de superioridad por poseer pene. Es por tanto un complejo basado en una doble valencia.

La persona con complejo de Zeus tiene un equilibrio emocional difícil entre dos planos, se muestra por un lado como alguien seguro, superior, capaz de organizar y planificar (poseedor de pene), por otro lado, tiene una parte sensible y débil (inferioridad ante el don de la mujer) que le provoca gran desasosiego.

La persona con complejo de Zeus mantiene su control emocional con el ejercicio del liderazgo intransigente y con la renuncia a la debilidad de sentir. Es un líder en cualquier organización, temido y respetado. Por otro lado, un seductor que llena su vida de aventuras afectivas que le compensan en su parte de debilidad ante la inferioridad del don femenino.

La doble valencia, superioridad/inferioridad no está exenta de tensión. La lucha entre el deseo y el poder son fuente de angustia. El deseo es el amor a uno mismo, y en sociedades occidentalizadas como la nuestra, parece asentarse como adalid de una vida auténtica. En realidad, esto es una trampa que nos lleva a la frustración narcisista por una falsa acomodación y una renuncia al poder. Este es el conflicto de la persona con complejo de Zeus, su frustración ante la acomodación al deseo y la renuncia al poder.

Por último compartir esta reflexión de Marcel Proust: ”El deseo hace florecer, el poder lo marchita todo”.

El complejo de Zeus