viernes. 29.03.2024

El 15 de Octubre he estado en la Puerta del Sol, he paseado por la calle de Alcalá, Me he parado a mirar, a observar, había todo tipo de gentes, pero me ha llamado la atención la gran cantidad de hombres y mujeres menores de 40 años, también había muchos de mas edad, eran los veteranos de todas las luchas, con ellos ya contaba… ellos siempre han estado, siempre estarán, son los imprescindibles, los que han luchado siempre y muchas veces solos. Hoy acompañan a gente más joven luchadora, gente que nunca ha luchado, gente que ha luchado muy poco, gente que lo ha tenido más fácil, gente que ha pasado. Hoy la calle era suya y nuestra, la calle era de todos. De todos los indignados del mundo.

Sobrecoge pensar que algo que nació hace pocos meses en las plazas de España en primavera, se ha extendido a medido mundo, en el otoño. He visto algunas fotos que han publicado los distintos medios. Es impresionante ver los rostros de los desheredados, de los parias del mundo. Son parias modernos, bien alimentados, informalmente vestidos, pero su movimiento, su movilización indican que se han dado cuenta que tienen que ponerse en pie y luchar contra una crisis generada por los mismos que pontifican sobre el déficit y los sacrificios, de los otros, claro, de los indignados, de los asalariados, de los parados, de los trabajadores, porque los indignados son, sobre todo y ante todo trabajadores. Algunos aun no se han dado cuenta, otros si. Saben que pasaran a formar parte del ejército de parados, del ejército de reserva que siempre, en todos los momentos de la historia, le ha gustado al capital tener en cartera.

Muchos indignados no quieren oír hablar de luchas de clase, pero hoy los que han salido a la calle en todo el mundo, los que han salido a la calle en Madrid, aunque no llevan el hambre escrito en sus rostros, la crisis les ha obligado a salir de sus casas, de su pasividad, de su resignación.

Me he parado a observar y se me ha acercado una mujer de más de cincuenta, me ha mirado y hemos comenzado hablar “que emocionante, hace tiempo que no siento tanta emoción, tanta gente en la calle, me recuerda los años de la universidad, cuando luchábamos”. Bueno le digo, aquellos años y otros muchos, pero aquí hay gente que nunca ha luchado, por eso es tan importante, porque se incorpora a la lucha gente que hace un año estaba en sus casas y pasaba de todo. Hablamos amigablemente un rato más, muy amable se presento, me dijo su nombre y que pertenecía a los círculos anarquistas, le correspondí amablemente con mi nombre y le indique que yo era afiliada de Comisiones Obreras. Nos despedimos amablemente, la marcha continuaba lentamente. Caminábamos por las calles del mundo exigiendo un mundo mejor y yo pensaba si ese caminar seria suficiente para cambiar el mundo, y creo que no, pero cualquier camino importante tiene que empezar por un paso y hoy el mundo, al menos, ha dado un paso en un camino que será largo y duro, como larga y dura es la lucha de clases.

El 15 de octubre, un paso más