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@Montagut | El resultado de las elecciones presidenciales de noviembre de 1948 es especialmente recordado en la Historia política norteamericana por la inesperada victoria de Truman, que ejercía de presidente desde la muerte de Roosevelt. Famosa es la escena en la que apareció públicamente con la portada del Chicago Tribune que daba la victoria al republicano Dewey. Pero, además, dentro del Partido Demócrata había mucha marea de fondo y de superficie, entre su ala más conservadora, temerosa del giro por derechos civiles del presidente, y la más progresista. La muerte de Roosevelt había sido un factor determinante en la crisis de una formación política que había evolucionado mucho, generando tensiones.
Pues bien, la victoria fue analizada por los socialistas españoles a través de El Socialista, pero más que en clave interna de la política norteamericana, en la española, en los inicios de la guerra fría, y cuando se iban desvaneciendo la esperanzas de que el régimen franquista desapareciese.
Franco había puesto muchas esperanzas en la derrota de Truman
A los socialistas españoles les complacían los resultados de las elecciones. En todo caso, se afirmaba que era patente que los españoles de izquierda no debían nada a los demócratas norteamericanos (seguramente aludiendo al papel de Roosevelt en la guerra civil y en la posguerra, además del del propio Truman), pero seguramente hubiera sido peor que hubieran vencido los republicanos de Dewey. En ese sentido, el periódico español recordaba que en marzo de 1948 los republicanos habían presentado una enmienda en la Cámara de Representantes para incluir a la España franquista en los beneficios del Plan Marshall, siendo Truman quien consiguió pararla. Dicha enmienda habría sido promovida por militares.
Además, según el periódico socialista Franco había puesto muchas esperanzas en la derrota de Truman. Al parecer, algún medio periodístico franquista había hablado de ello. Se reconocía que las esperanzas puestas por Franco por el candidato republicano podían ser desmesuradas, pero la izquierda podía sentirse más segura con Truman.
Los sindicalistas norteamericanos habían comprendido que no se podía permanecer alejados de la política
En conclusión, Truman seguiría en la Casa Blanca, eso sí con más autoridad que antes, ya que no ocuparía el cargo como sustituto desde la muerte en abril de 1945 de Roosevelt, sin a causa de unas elecciones. Además, los demócratas tendrían mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes.
También se reconocía que una parte importante del triunfo demócrata se debía a las grandes organizaciones sindicales norteamericanas, que habían denunciado que los republicanos eran contrarios a las reformas sociales emprendidas por Roosevelt y que defendían una ley que dificultaba el ejercicio del derecho de los sindicatos. Es interesante la afirmación que se vertía en el periódico en relación a que, por fin, los sindicalistas norteamericanos habían comprendido que no se podía permanecer alejados de la política.
Como fuente hemos empleado el número 5438 de El Socialista, de 11 de noviembre de 1948.