Según ha informado el despacho de abogados Oria, Peña, Pajares y asociados, este militar ha trabajado desde 1968 en la reparación de barcos de la Armada Española y, con el paso del tiempo desarrolló un cáncer de pleura, del que fue intervenido en 2009. Así, se le extirpó un pulmón "en una operación a vida o muerte de la que actualmente continúa recuperándose".
Este alférez de navío prestó servicio en diferentes embarcaciones, como marinero, cabo, cabo primero y en puestos de suboficial, como especialista en mecánica. Así, entre 1968 y 2000 desarrolló su labor en nueve barcos de la Armada, tiempo en el que estuvo expuesto al amianto -muy utilizado en la construcción de barcos entre las décadas de los 60 y 80.
En un informe de la Jefatura del Ramo Técnico de Plataformas Navales de la Dirección de Construcciones Navales -Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada- se refleja que es muy posible que se haya utilizado amianto en el aislamiento y forro de los barcos en los que trabajó este militar.
INDEMNIZACIÓN
Tras reconocerse que su incapacidad ha sido causada en acto de servicio, el despacho de abogados retomará la demanda que este alférez interpuso en su día contra el Estado, al que reclama 250.000 euros. Además, también presentará una reclamación ante el Fondo de Compensación de Estados Unidos, ya que considera responsables también a las empresas norteamericanas que exportaron dicho material.
Diferentes asociaciones han estimado en unos 3.500 los gallegos afectados por el amianto -la mayoría en el entorno de Ferrol--, una fibra mineral muy peligrosa para la salud cuando es inhalada, de los 80.000 que habría en España. No obstante, la Asociación Galega de Víctimas do Amianto cree que "todavía hay un censo de unas 20.000 personas que han trabajado en la construcción, o el ferrocarril" y apunta que, precisamente, los militares son uno de los colectivos "más desprotegidos".
