jueves. 28.03.2024

fernndo marinEn España pasan de 120.000 al año las personas que necesitan cuidados paliativos. Una plaza privada para este fin cuesta 6.000 euros mensuales y se prevé una estancia media de 6 semanas. Cuando esa plaza está concertada con la Sanidad Pública, el precio puede ser la mitad. Es mucho dinero pese a ello, pero… ¿Es ese el único problema? Lo que preocupa realmente a la ciudadanía laica es que la Sanidad Pública delegue en las órdenes religiosas católicas el cuidado de las personas más vulnerables, aquellas que están en el final de sus días. Fernando Marín, médico y presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente, explica que no se trata de recelo sanitario sino de asegurar los derechos individuales en esa etapa.

"En los cuidados paliativos se da una concentración de recursos en manos de organizaciones religiosas, que no ocurre en otros ámbitos de la medicina", afirma Fernando Marín

“En principio –explica Fernando Marín– no debería tener ningún impacto en cuanto a la calidad de los cuidados, aunque, hay situaciones grises, que no son claras. Con ello quiero decir que puede darse que cualquier paciente renuncie a un tratamiento, cuando su vida depende de ese tratamiento. Lo que es un hecho, es que en los cuidados paliativos se da una concentración de recursos en manos de organizaciones religiosas, que no ocurre en otros ámbitos de la medicina. ¿Por qué? ¿Por qué el sistema público no dispone de recursos propios? Pensamos que existe un interés ideológico “

La oferta que hay en Madrid es del Opus Dei

“Claro que sospechamos que hay una agenda oculta- continúa diciendo Marín- para que estas organizaciones estén presentes. Por eso pregunto, ¿es compasión o negocio? Ahí tenemos el emporio de San Juan de Dios… Verdaderamente es un emporio económico muy potente, incluso la Junta de Andalucía le ha encargado un área de atención primaria y tiene un concierto con el servicio de salud desde hace muchos años… ¿Qué interés tienen además en cuidados paliativos, tanto esta como otras organizaciones religiosas? Creemos que es un tema ideológico para influir en la sociedad. No es tanto que te traten mal, es que no debe ser… El sistema debe ser público. Esto recuerda a las residencias de madres solteras, y cómo la historia de los niños robados se dio en un contexto eclesial que, por caridad, le robaba los niños a las madres que consideraba que no debían serlo”

Y si en todo el territorio estatal se da la circunstancia de encontrar los cuidados paliativos, en su mayoría, en manos de órdenes religiosas en el caso de la ciudad de Madrid la carencia de centros laicos es mayor.

“Para ingresar en un centro laico – explica Fernando Marín- hay que ir a Guadarrrama, Cercedilla o Villa del Prado. Lo normal es que atiendan en San Juan de Dios, Beata María Ana o la Laguna, en Aluche. La oferta que hay en Madrid es del Opus Dei. Cuando los familiares llegan de visita, les dicen frases como “aquí nuestros pacientes son felices y cuentan con una asistencia espiritual y la compañía de Dios”, y eso está muy bien para las personas creyentes, pero estamos hablando de una prestación sanitaria que no debe ser confesional. Puede darse la circunstancia de que necesites atención domiciliaria y te encuentres que el equipo que va a tu casa es del Opus Dei, y el médico te dé una estampa de la virgen y te diga que ahora está todo en manos de Dios y que reces mucho”.

paliativos

La historia de los cuidados paliativos en España empezó hace casi 30 años, y todavía se considera un área novedosa

Gran parte de la publicidad sobre cuidados paliativos, se refiere al beneficio general de paciente y de su entorno, principalmente la familia. En las páginas web se habla confort, pero también de emoción, paz y espiritualidad. Las personas enfermas, en ese estadio, poco pueden hacer. “Es un momento muy especial, muy delicado – continúa Marín- y hay que ser muy respetuoso. Ocurre que no sabemos si hay quejas. Supimos de un señor que estuvo 7 años en la cárcel por ser comunista y él tenía encima de su cama un crucifijo, aunque era ateo. Esto era en Laguna, un centro del Opus Dei. Así que, uno va a ingresar y a uno le puede molestar que haya un cuadro o una placa de Escrivá de Balaguer o hasta que esta persona sea santa. Y repito que esto no importaría si una persona es religiosa, aunque para ello está la capilla, pero no importaría siempre y cuando respeten a cada cual. Este paciente estaba molesto porque la derivaron a un centro católico y en él acabo sus días".

La historia de los cuidados paliativos en España empezó hace casi 30 años, y todavía se considera un área novedosa. Con todo ello, la oferta está extendida y la práctica de algunas empresas obtiene grandes éxitos. “La fundación La Caixa- señala especialmente Marín- por ejemplo, tiene un buen programa que cuenta con una trabajadora social y una psicóloga dedicadas al servicio de los cuidados paliativos, pero el que dirige eso es del Opus Dei y podemos sospechar que existe un interés ideológico en el sentido de orientar al final de la vida hacia la sacralidad…o sea a que la vida sigue siendo sagrada. La alarma, por tanto, es por la propia concepción del sistema. Si es un sistema público de salud, no tiene por qué entrar lo religioso”.

Lo que se desconoce es qué ocurre cuando al final de la vida interviene la religión. “No sabemos – concluye Marín- cómo afecta a la toma de decisiones, en realidad sí que puede haber una diferencia, pero lo cierto es que no la sabemos. Y no existen estudios sobre una posible reacción adversa, ni los habrá, porque son grupos de presión con mucho poder”.

Artículo publicado en Europa Laica

Cuidados paliativos en manos de la Iglesia Católica. ¿Compasión o negocio?