ENTREVISTA DESDE RAMALLAH

Cristina del Valle: "Las mujeres palestinas sufren una doble ocupación"

Hablamos con ella desde el campo de refugiados de Al Amari. La presidenta de la Plataforma de Mujeres Artistas lleva años dedicada a la lucha contra la violencia de género en el mundo. Ella misma es hija de una mujer maltratada, víctima de la violencia, “una sobreviviente”, como le gusta decir.

nuevatribuna.es | Isabel G. Caballero | 23.12.2010

Es el octavo año consecutivo que viaja a Palestina en Navidad. La cantante Cristina del Valle lleva buena parte de su vida luchando contra la violencia de género en el mundo, prácticamente desde que tiene uso de razón, “soy hija de una mujer maltratada, víctima de la violencia”, confiesa, una “sobreviviente”, la palabra que más le gusta utilizar. En esta ocasión ha encabezado una delegación de ochenta personas, la mayoría mujeres: cantantes, actrices, escritoras, artistas plásticas, representantes institucionales y políticas, periodistas… en la conocida como caravana a Gaza, un destino al que finalmente no podrán llegar porque Israel les ha vuelto a denegar los permisos de entrada.

Hablamos con ella por teléfono desde el campo de refugiados Al Amari, en Ramallah, a donde llegaron después de estar en Belen. Cristina ha madrugado para empezar esta nueva jornada desde primerísima hora de la mañana. La delegación partió el pasado lunes rumbo a Tel Aviv y este miércoles visitaron Hebrón, la ciudad más poblada de Palestina y donde se realizó el primer concierto por la paz de este viaje. El objetivo: llevar alegría, música, para aminorar el sufrimiento del pueblo palestino “ávido y necesitado de compartir y de sanar”, asegura.

“En el campo de refugiados de Al Amari este año solamente ha habido una mujer asesinada en el ámbito familiar, aunque obviamente no tienen mecanismos como para tener un censo o poder evaluar la gravedad de la situación. Hay un elemento clave, el religioso, el Islam prohíbe explícitamente el asesinato y aunque en muchos casos se producen agresiones no se llega al asesinato porque hay un fuerte peso de la religión que lo prohíbe. Hay otro elemento protector en las familias que son los hermanos o los padres y que cuando se sabe que hay una mujer maltratada inmediatamente interviene la familia de la mujer que se encuentra en esa situación. También se producen crímenes de honor y aunque no hay datos, las cifras son elevadas”.

UNA MIRADA DE GÉNERO SOBRE LA OCUPACIÓN

Las mujeres y los niños son el objetivo prioritario de esta visita a Cisjordania. “Palestina es como una mujer agredida, ocupada, como lo son las mujeres dentro de sus hogares”, dice Cristina que denuncia la “doble ocupación”, la “otra ocupación” que sufre la mujer palestina, por un lado la ocupación política y militar israelí y, por otra, la de la propia violencia de género, agravada por la primera, “aquella agresión en cualquiera de sus formas que va dirigida a las mujeres por el hecho de ser mujeres”.

La cantante cuenta que las mujeres palestinas son utilizadas “como un instrumento de crecimiento de la población”, como un “instrumento de resistencia”. Pueden llegar a tener más de diez hijos, de ahí la necesidad –sostiene- de controlar la natalidad. Ella es optimista: “Las mujeres jóvenes están cambiando mucho todo esto porque quieren estudiar, quieren tener su autonomía”.

Las autoridades israelíes no son ajenas a la alta natalidad que se registra en la población palestina: “Las mujeres se convierten en un instrumento a abatir” –afirma-, y en numerosas ocasiones, desde los puestos de control, se les impide acudir a los hospitales para dar a luz: “Hay muchos informes de organismos internacionales que lo avalan. Se les impide pasar al otro lado y hay una pérdida considerable de vidas de niños”, denuncia.

DENUNCIAR LA SITUACIÓN DE LAS PRESAS PALESTINAS

La situación de las presas es igualmente grave: “Muchas presas paren esposadas de pies y manos. Muchas no pueden ver a sus niños y otras tantas tienen que convivir con ellos en las cárceles”. En estos momentos hay 11.000 presos en las cárceles palestinas (entre hombres y mujeres), algunos con cadenas perpetuas. En el campamento donde se encuentra Cristina, hay 60 familias de presos políticos. Ante la ausencia del cabeza de familia, las mujeres se ven obligadas a asumir el rol de mantener a la familia pero no encuentran trabajo. Ese es otro de los objetivos de la Plataforma: “enseñar oficios y crear sistemas de autonomía para las mujeres”, relata.

“Siempre que hablamos de ocupación hay que incidir mucho en que el hecho de la misma ocupación es un elemento que condiciona todo. La ciudad de Ramallah ha crecido mucho, hay cada vez más construcciones. Belen también es una ciudad que vivía del turismo. En Hebrón están cerrando la mayoría de las tiendas, pero han empezado a llegar más turistas, pequeños goteos que sirven para romper ese bloqueo. Mientras sigamos viniendo aquí y sigamos denunciando esto, es una manera importante de romper tanto el bloqueo informativo como el económico”, asegura.

La importancia de este tipo de iniciativas es aún mayor en el momento actual, cuando las negociaciones siguen estancadas. Aunque es cierto –y así lo resalta Cristina- que hay una parte de la sociedad civil israelí solidarizada con el pueblo palestino, “hay un gobierno de derechas cada vez más radicalizado”. La cantante recuerda el ataque a Gaza, el pasado año, que derivó en una presión aún mayor y el cierre de los puestos de control (hay más de 700). En esta ocasión, quizá por las fechas navideñas, quizá porque no se ha borrado la brutal agresión a la llamada flotilla de la libertad, los controles se han suavizado, explica. Pero “a nivel político hay mucho desencanto, mucho pesimismo y mucha incredulidad, los asentamientos de colonos han crecido de una manera brutal”.

PRESIONAR POLÍTICAMENTE EN DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES

Cristina y el resto de la delegación se reunirán (como ya lo hicieron en anteriores años con Yaser Arafat) con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmmud Abbas. A él trasladarán su solidaridad con el pueblo palestino y las demandas de las mujeres para que estén representadas en el ámbito político. Pero “el objetivo es priorizar las políticas de lucha contra la violencia como hacemos en todos los lugares del mundo. Presionar políticamente para que la lucha nacionalista de los pueblos vaya ligada siempre a la lucha por los derechos de las mujeres”, insiste.

En Palestina, la Navidad se vive de una manera especial: “No tienes conciencia de la Navidad como se vive en otros lugares. Estamos inmersas en una dinámica de estar con las gentes, de conocer, de absorber estas realidades, de empaparnos de solidaridad y sensibilidad y por supuesto también de información para poder trasladarla compartiendo momentos muy emocionantes y de alegría”.

Este viernes, 24 de diciembre, actuarán en Jerusalén, “un concierto simbólicamente muy especial y muy importante, toda una acción de solidaridad y apoyo al pueblo palestino. Va a ser un día de la Nochebuena muy emocionante”, resalta Cristina. “He sido educada por una mujer valiente y comprometida que me enseñó que el mundo es un espacio global y que la lucha por los derechos de las mujeres es la lucha por otro mundo posible en el que creemos y muchas de nosotras queremos que lo hemos vivido de niñas y la sociedad en la que nacimos no sea la misma que la que dejemos para el futuro de otras niñas del mundo”. Ese es su deseo y ese su propósito.