jueves. 28.03.2024

El día 3 de julio se presentó, de forma pública, el Manifiesto de Convocatoria Cívica, patrocinado por un número importante de personas de relevancia social, cultural y profesional, desde Mayor Zaragoza a Antonio Gutiérrez, pasando por Rosa Mª Calaf, Carlos Berzosa, Juan Torres López, Viçens Navarro, Ignacio Ramonet o Pilar del Río entre otros muchos.

El manifiesto tiene el interés de no pretender ser una plataforma política más sino un llamamiento a la movilización ciudadana para combatir y frenar el actual proceso de involución política y social que al amparo de la crisis económica esta realizando el gobierno del PP y acompañado de la inacción y falta de referentes del principal partido de la oposición.

La Convocatoria Cívica llama a la movilización de la ciudadanía en defensa de una auténtica democracia que permita el mantenimiento y mejora de los derechos sociales que se habían conseguido después de múltiples años de lucha y que ahora parecen que se quieren liquidar de raíz.

Plantea como imprescindible acabar con la corrupción, que parece reinar a sus anchas, sin que se planteen medidas políticas para atajarla. Todo ello como fruto de un sistema político caduco, que parece instalado en una normalidad basada en el clientelismo, el abuso del poder y la mediocridad de nuestros dirigentes.

Para ello se hace preciso crear un amplio movimiento ciudadano que permita configurar una alternativa política basada en principios como: igualdad real, participación, diversidad, pluralidad y defensa de los derechos humanos. Para ello es preciso volver a conseguir una justicia que sea igual para todos, que pida responsabilidades a los corruptos y a los depredadores, que han acabado con la esperanza de millones de ciudadanos hoy atrapados en el paro, los desahucios o los engaños financieros.

España forma parte de Europa pero la Convocatoria Cívica no acepta el retroceso continuo del bienestar social y la pérdida y destrucción de nuestra actividad productiva para satisfacer y beneficiar a los grandes especuladores financieros. Defienden un modelo alternativo de integración europea que sea, lo que siempre debió ser, un proyecto de integración al servicio de los ciudadanos.

Para ello la Convocatoria Cívica plantea una serie de objetivos entre ellos:

a) Acabar con los privilegios de la banca privada que recibe jugosos fondos públicos, que pagamos con recortes sociales, mientras incumple su función de financiar la actividad económica. Para ello es preciso revindicar entidades públicas que garanticen que el crédito llega a la economía productiva y a las familias.

b) Aumentar los ingresos públicos que permitan un repartimiento más equitativo de la riqueza del país. Ello comporta una reforma fiscal en profundidad y la lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida.

c) Se debe replantear el pago de nuestra deuda externa de forma más equilibrada en el tiempo y delimitando la deuda pública de la privada, y de las responsabilidades que en la existencia de esta deuda tienen  los deudores especialmente la banca especulativa extranjera.

d) Acabar con la manipulación de los medios públicos por parte de los gobiernos de turno, que son responsables en gran manera de la degradación democrática. Hacen falta unos medios públicos objetivos y neutrales.

e) Es fundamental mantener los servicios públicos de salud universal, educación, pensiones o atención a la dependencia, garantizar el derecho a la vivienda o disponer de un potente sistema de ciencia y tecnología.

f) Para todo ello es imprescindible un proceso de regeneración democrática política e institucional y garantizar que la ciudadanía tenga, al margen o en paralelo a los partidos políticos, sistemas que permitan su participación directa en las instituciones públicas y en la elección de estas incluyendo el sistema judicial.

No hay duda que la propuesta de la Convocatoria Cívica es una propuesta abierta y una apuesta por la regeneración democrática desde unos presupuestos de radicalidad democrática que se enfrenta directamente al actual proceso involutivo que padecemos.

Su objetivo es la movilización de la ciudadanía para forzar la creación de una alternativa político-social de amplio espectro que nos permita un cambio radical frente a la actual situación. Los promotores del manifiesto no pretenden ser los actores de este proceso, evidentemente político, pero que precisa de un amplio soporte y control social para llegar a buen término estas propuestas.

Creo que sería negativo que desde las opciones políticas progresistas, de la izquierda alternativa y/o ecologista se analizara con displicencia esta propuesta, en la que es evidente que puede haber actores políticos más comprometidos, como podría ser el caso de Izquierda Abierta, pero que en ningún caso le resta su importancia ni su autonomía a la vista de la personalidad, la capacidad y la pluralidad de los promotores.

Si alguna falta se le pudiera plantear al manifiesto de la Convocatoria Cívica es la ausencia de referencias a la necesidad de una mejor articulación territorial del Estado que permitiera garantizar plenamente el carácter plurinacional de este. Creo que es una falta a corregir posiblemente por la falta de participación en su elaboración de personalidades periféricas. También se debería concretar la necesidad de una nueva Ley Electoral que acabe con sistema clientelares derivados del bipartidismo, garantice la participación de la ciudadanía y mejore la democracia interna en los partidos a la hora de establecer sus listas electorales.

Pero el objetivo fundamental de la apuesta planteada en la presentación por Mayor Zaragoza, Garzón, García Montero, Almudena Grandes y Antonio Gutiérrez  es poner en marcha una plataforma de confluencia de ideas, proyectos y entidades para una alternativa a la involución que actualmente padecemos.

Web de Convocatoria Cívica con manifiesto, promotores y firmantes

Convocatoria Cívica: Una iniciativa frente a la involución