miércoles. 24.04.2024
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Conflicto procede del latín conflictus (golpe entre varios), es una disputa entre dos o más partes. Usado en sentido figurado, un conflicto puede ser una oposición, discusión, un problema, un apuro o una situación complicada (por ejemplo, conflicto laboral o conflicto de intereses). Por lo tanto, cuando surge un conflicto, se produce un enfrentamiento, donde una de las partes intervinientes intenta imponerse a la otra.

Si definimos el término de forma sencilla, podemos decir que un conflicto es una situación en la que dos o más personas no están de acuerdo con el modo de actuar de un individuo o un grupo. Así, el conflicto para Dahrendorf es una situación universal que sólo puede solucionarse a partir de un cambio social y para Marx el origen del conflicto está en la dialéctica del materialismo y en la lucha de clases. 

Las teorías existentes sobre el conflicto social permiten entender la necesidad de contar con un cierto orden dentro de la sociedad, cuyos miembros deben integrarse. El conflicto puede analizarse a partir de diversas perspectivas en lo social. En general se le entiende a través de la moral o de la justicia, con consecuencias negativas, ya que puede destruir o hasta desintegrar un grupo social. Se puede aceptar, no obstante, que el conflicto tenga una función positiva gracias a su fuerza dinámica. 

Existen muchos tipos de conflictos, una forma sencilla de clasificarlos es la de: unilaterales y bilaterales. Un conflicto es unilateral cuando sólo una de las partes está en desacuerdo y bilateral o multilateral, cuando todas las partes esperan algo de la otra.

Juan Pablo II: ”el diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto a la vida, de toda vida humana

Para que un conflicto se produzca hace falta que existan causas subyacentes que pueden ser conscientes o inconscientes. En algún lugar o de algún modo tiene que surgir, y esas causas pueden ser más o menos profundas, de acuerdo con su importancia el conflicto será más o menos severo. Un conflicto a su vez puede ser de tipo personal o estructural. Los conflictos personales para gestarse y desarrollarse necesitan que existan sujetos con ciertos sentimientos e ideas en juego; mientras que los estructurales son propios de circunstancias circunstancias de un determinado colectivo, son conflictos genéricos. De todas formas, en muchas ocasiones son mixtos, por ello, para que existan conflictos estructurales es necesario que existan individuos que como tales tomen partido y creen el conflicto.

Dentro de un conflicto estructural subyace que los que intervienen consigan no incluir sus propios sentimientos y/o ideas, sino que más busquen la resolución del conflicto a favor del grupo. Esto significa que los contenidos de una disputa estructural se establezcan previamente.

La Psicología estudia tanto los conflictos a nivel personal, que puedan surgir en un individuo, como de sus relaciones con otras personas a través de la Piscología Política, rama de la Psicología Social. Así, Muzafer Sherif analiza el conflicto desde la perspectiva que se establece en las relaciones intergrupales, el conflicto surge de la relación que se establece entre dos grupos por la obtención de unos determinados recursos. Según el tipo de recursos, desarrollan diferentes estrategias: Recursos compatibles: su obtención es independiente para cada grupo, es decir, cada grupo puede conseguir sus objetivos sin influir en los del otro. Recursos incompatibles: su obtención se realiza a expensar del otro grupo; que un grupo consiga sus recursos impide la consecución por parte del otro. Por otra parte, dependiendo del tipo de recursos a los que los grupos acceden, se desarrollan diferentes estrategias de relación entre ambos para su obtención: competición, ante recursos incompatibles, independencia, ante recursos compatibles y cooperación, ante recursos que necesitan de esfuerzo conjunto. Por tanto, la estrategia a seguir depende de cómo son los recursos; si son ilimitados, no hay relación entre los grupos, ya que pueden conseguirlos independientemente de lo que haga el otro, sin necesidad de ponerse en contacto. Ahora bien, si los recursos son escasos, los grupos entran en competición. Pero existe una tercera opción: la cooperación. En este caso, no se especifica el tipo de recursos, porque es indiferente su cantidad. La importancia recae en la naturaleza del recurso, para su obtención es necesaria la participación conjunta de los grupos en conflicto. Para Johan Galtung, basándose en el evolucionismo social, entiende el conflicto como existente desde os inicios del hombre, desde la prehistoria; así pues, el conflicto es inherente a cualquier grupo social desde el comienzo de los tiempos. Para este autor el conflicto no es un fin, sino un medio necesario para la Paz. Los conflictos surgen para Gantung, por factores que se dan en dos planos distintos: pueden ser un plano manifiesto, expresándose al otro; o un plano latente, manteniéndose ocultos. La clave está en la interpretación de los actos del otro. Los procesos de resolución de conflictos según Galtung son la trascendencia, que es la perspectiva global del conflicto y la transformación, que es la integración en la solución del resto de implicados. 

Un tercer análisis es el que hace Selman, análisis que se centra en las estrategias de la resolución del conflicto. Roger Selman propone que las partes implicadas en el conflicto muestren su estrategia de resolución de este. Es decir, el intercambio de acciones que toman las partes en un proceso de negociación del conflicto. En este sentido, no sólo puede caminarse hacia la paz, sino que la negociación también podría ser causa o agravante del conflicto (véase el actual caso de Ucrania/Rusia). Selman propone como estrategias de la negociación: Autotransformarse, que significa intentar cambiar las propias actitudes o Heterotransformarse, que significa intentar cambiar las actitudes del otro. Es por ello por lo que, para llegar a una solución satisfactoria siempre sería necesario, según este autor, tener en cuenta a todos los participantes en el conflicto. El factor que da el grado de efectividad es la capacidad de empatía y de tomar perspectiva del otro para hallar conjuntamente la solución. Podemos afirmar que, en todos los casos, la clave está en compartir, ya que, si el conflicto no surge sólo de una de las partes, tampoco va a salir de sólo una su solución.

Por último, compartir esta reflexión de Juan Pablo II: ”el diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto a la vida, de toda vida humana”.

Los conflictos en torno a la psicología política