martes. 16.04.2024
icaro
Estatua de Ícaro caído en Agrigento, Sicilia. (Foto: Pablo Vargas)

En la mitología griega Ícaro, es hijo de una esclava llamada Naúcrate y de Dédalo, el constructor del laberinto de Creta. 

Ícaro y Dédalo estaban retenidos en el laberinto por el rey Minos de Creta. Dédalo para intentar huir de Creta fabricó unas alas para él y otras para su hijo Ícaro, a base de plumas entrelazadas y unidas por cera al cuerpo. En el momento de partir, Dédalo avisó a Ícaro de que no volara demasiado alto porque el sol podría deshacer la cera y estaría abocado a un terrible accidente. Ícaro con su juvenil impulsividad no hizo caso a su padre, voló a gran altura, la cera se calentó, se derritió y las alas se fueron poco a poco destruyendo, volando sueltas las plumas de las mismas. Ícaro cayó al mar y sucumbió en las aguas marinas.

En psicología se denomina Complejo de Ícaro, descrito por primera vez por Henry A Murray en la década de los sesenta del siglo XX, al que presentan aquellas personas que son tremendamente ambiciosas, hasta el punto de llevarlas a su propia autodestrucción. Estas personas con complejo de Ícaro se caracterizan por rasgos narcisistas, son ambiciosos, impulsivos con tendencia a las relaciones interpersonales de manera superficial. Es frecuente el consumo de sustancias psicoactivas y son buscadores de sensaciones.

Compartir esta reflexión ruda de Hemingway, que abunda en su personalidad: “Mantente siempre por detrás del hombre que dispara y delante del que está defecando, así siempre estarás a salvo de las balas y de la mierda”

Zukerman describió como una de las dimensiones de la personalidad la de buscador de sensaciones, Estos sujetos tienen una baja activación cortical cerebral y necesitan para activarse sensaciones fuertes.  

Estas personalidades buscadoras de sensaciones manifiestan aversión a las tareas rutinarias y tienden a emprender tareas nuevas y arriesgadas. En lo social tienden a la extroversión, son creativos, intrépidos, seductores, trasmiten ganas de vivir. En las relaciones de pareja, por esta dimensión de la personalidad, cuando la relación se vuelve rutinaria tienden a la infidelidad, por lo que se ven envueltos en numerosas rupturas afectivas.

Vamos a referir unos cuantos ejemplos personajes famosos con esta dimensión de la personalidad, la búsqueda de sensaciones, muy acentuada. Empezaré por Norma Jean Mortenson, que construyó un personaje conocido como Marilyn Monroe. Era extrovertida, seductora, superficial en las relaciones interpersonales. En las relaciones de pareja al caer en la rutina, buscaba la promiscuidad para obtener nuevas sensaciones que rellenaran su sensación de vacío. Su búsqueda de sensaciones le llevó al consumo de sustancias `psicoactivas. En definitiva, a la búsqueda del riego y a la muerte por sobre dosis.


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 Entre los toreros es muy frecuente esta dimensión de la personalidad. Analicemos brevemente la biografía del más grande según los entendidos del arte de la tauromaquia, Juan Belmonte. El llamado pasmo de Triana, aunque su partida de nacimiento dice que no nació allí. Su personalidad arrolladora cambió el concepto del toreo. De estrato social bajo y con sólo cuatro años de escolarización se codeo con la intelectualidad de la época. Se cuenta que Valle-Inclan le dijo un día que era lo más grande de la fiesta nacional y que solo le faltaba morir en la plaza, a lo que Belmonte le contestó, se hará lo que se pueda don Ramón. Alejado de los toros y en una vida rutinaria en su finca ganadera, conscientemente una tarde mandó que le ensillaran su jaca, salió al galope y puso fin a su vida con un disparo. 

Entre los escritores citaré a Ernest Hemingway, quien fue premio nobel de literatura en 1954. Este escritor extrovertido, creativo, buen conversador, enamorado de la fiesta nacional y de España, con varios divorcios, mujeriego y con un gran abuso del alcohol, representa como pocos un ejemplo de dimensión buscadora de sensaciones en su personalidad. Fue un verdadero coleccionista de emociones. Puso fin a su vida el 2 de julio de 1961 descerrajándose un disparo en la cabeza con su rifle.

Por último, compartir esta reflexión ruda de Hemingway, que abunda en su personalidad: “Mantente siempre por detrás del hombre que dispara y delante del que está defecando, así siempre estarás a salvo de las balas y de la mierda”.

El complejo de Icaro
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