viernes. 19.04.2024

En la mitología griega Yocasta era reina de Tebas, por su matrimonio con el rey Layo cuando era una niña, y fue la madre de Edipo. Un oráculo avisó a Layo de que su hijo acabaría con su vida, por ello el rey ordenó a un pastor que llevara a Edipo al bosque y allí lo sacrificara. El pastor no fue capaz de ejecutar al niño y lo abandono. Edipo fue recogido en el lugar de su abandono y llevado a Corinto donde fue criado por su Rey, quien le puso el nombre de Edipo. Pasado el tiempo Edipo regresó a Tebas y en un incidente en el camino de vuelta mató a Layo. Yocasta viuda de Layo, no sabiendo que Edipo era su hijo se sintió atraída por su juventud y se casó con él. Cuando Yocasta supo que su marido era en realidad su hijo, se suicidó. En la literatura griega clásica, Sófocles en su tragedia Edipo rey, la otorga un papel notorio.

El psicoanálisis freudinano, toma de esta tragedia de Sófocles la temática para desarrollar el Complejo de Edipo. En este complejo Freud se refiere al tabú del incesto en sus dos formas, masculina o femenina. Freud argumenta que el primer despertar sexual en la infancia nace del deseo del niño o niña hacia el sexo opuesto, y la hostilidad hacia el del mismo sexo. La prohibición del incesto se simboliza en la pena por cometerlo. Edipo se arranca los ojos y vaga por el mundo sin rumbo; y Yocasta se ve abocada al suicidio.

Por último, compartir esta reflexión de Sófocles, sobre la duda, ante la pregunta de su discípulo sobre si debía o no casarse: “hagas lo que hagas te arrepentirás hijo mío”

Nieztsche comenta esta tragedia en al capítulo nueve de su obra Nacimiento de la tragedia, donde muestra a Edipo como un trasgresor de la naturaleza y de las normas sociales. Por esta trasgresión, Edipo accede a un mundo que está prohibido para el resto de los mortales. El abandono de la inocencia le lleva a su cruel destino.

Por tanto, en esta tragedia se cumple la profecía autorrealizada, definida por Robert Merton, como aquella predicción que una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad. Este concepto deriva de la teoría de Thomas, “si una situación es definida como real, esa situación tiene efectos reales”. Las personas generalmente no reaccionan simplemente a como son las situaciones, sino a como las perciben y al significado que les dan a las mismas.

El complejo de Yocasta hace referencia por tanto, a la atracción incestuosa, manifiesta  o reprimida, hacia el hijo por parte de la madre. Este complejo fue descrito por primera vez por Raymond de Saussure en 1920.

Vamos a centrarnos en la forma reprimida, que se da en las madres posesivas hacia su hijo varón, en particular si es hijo único. Christiane Oliver en su libro Los hijos de Yocasta lo refleja de manera clara. La madre posesiva intenta por todos los medios, conscientes o inconscientes, que su hijo actúe según su voluntad. Es invasiva a nivel emocional intentando reconducir la respuesta emocional del hijo. Un mecanismo inconsciente hace que tengan miedo de que sus hijo crezca y vuele del nido familiar.

Pero su miedo más genuino es que su hijo ame a otra mujer. Esta es la verdadera Yocasta. El complejo de Yocasta sobre todo se da, pero no exclusivamente, en mujeres que tienen que cuidar solas a su hijo, por separación, viudedad o soltería.

Podríamos decir como en la viñeta adjunta con humor gráfico, que este complejo es la forma en espejo del Complejo de Adán.

Por último, compartir esta reflexión de Sófocles, sobre la duda, ante la pregunta de su discípulo sobre si debía o no casarse: “hagas lo que hagas te arrepentirás hijo mío”.

Complejo de Yocasta