viernes. 19.04.2024
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En la mitología griega Hestia era hija de los titanes Cronos y Rea, era la diosa del hogar y del fuego sagrado. Por esta condición, Hestia apenas salía del Olimpo, excepto para atender al oráculo de Delfos. Hestia jamás se inmiscuía en las disputas de los dioses y los hombres, era una diosa pacífica.

Tras la guerra con los Titanes, Apolo y Poseidón fueron a pedirle matrimonio, pero ella juró ante Zeus que permanecería siempre virgen. Por ello el padre de los dioses le correspondió ofreciéndole la primera de todas las víctimas de los sacrificios públicos, y los lugares preminentes en todas las casas. Cuando Dionisio, hijo de Zeus fue admitido en el Olimpo, ella se retiró y le dejó su puesto. Desde entonces solo se dedicó a mantener el fuego sagrado del Olimpo.

En psicología se habla de complejo de Hestia, para referirse a un tipo de mujer de clase alta, que tienen todo lo que desean. Estas mujeres se desmoronan porque no entienden porque tienen tan buena fortuna en la vida y sólo eso. Empiezan a rechazar el deseo de los bienes materiales y renuncian al amor y en especial a la sexualidad.

Encontramos en este complejo a una especie de niñas atrapadas en un cuerpo de mujeres de mediana edad, sobreprotegidas por un marido o por unos padres de una edad ya provecta, que le siguen resolviendo los problemas más básicos de su existencia. Se encuentran en una jaula de oro en la que alguien siempre decidirá por ella.

unnamed-(5)bbbEs así como nos encontramos con el opuesto de Hestia, lo que se ha denominado Eva moderna, concepto de Rafael Penagos, el genio de la ilustración en España del art decó.

De repente la mujer diosa Hestia, se trasformó después de dos guerras mundiales, en una mujer focalizada en si misma, no le interesan las relaciones románticas con un hombre, sino relaciones de amistad y de igualdad. Hestia se trasforma en una mujer con autonomía y sensualidad propia, que se entrega a otra forma de vivir.

En el complejo de Hestia, a pesar del desarrollo del feminismo actual, nos encontramos con mujeres que siguen mostrándose como cuidadoras del fuego del hogar, con todo resuelto y decidido en sus vidas desde antes de nacer. La mujer con este complejo no se siente bien en ese rol, en una etapa de vida donde ya el cambio es difícil. La mujer con este complejo se encuentra desubicada en la sociedad actual, cuidadora del hogar y prole, ahí se siente segura. Fuera de su entorno se siente insegura y con muchas dificultades para desenvolverse. Responde en el hogar a su propia naturaleza, pero está inhibiendo otras necesidades emocionales y por tanto, renunciando a su desarrollo como persona.

La mujer con complejo de Hestia es suplida en su relación con lo externo por otras figuras de su entorno como esposo o hijos y esto puede que llegue a producirla un sentimiento de desvalorización y afectar a su autoestima.

De la misma manera que la diosa Hestia era representada de manera abstracta por imágenes sin forma concreta, centrada en el culto del hogar, la mujer con complejo de Hestia no es percibida por su entono de manera concreta, siempre está ahí y pasa desapercibida hasta que se necesita de ella. Su discreción y anonimato hacen que muchas veces no se la tenga en cuenta y esto cierra el bucle de su pensamiento de sentir que lo tiene todo, pero nada se merece.

Por último, esta reflexión de Jean Paul Sartre: “la conciencia solo puede existir de una manera, y es teniendo conciencia de que se existe”

Complejo de Hestia