jueves. 28.03.2024
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Fotos: Archivo AmecoPress, cedidas por Alba García

Alba García es una joven promesa de la fotografía nacional. Su blanco y negro particular se dejan llevar por lo que siente y, de repente, todo ese contraste se convierte en arte. Le da al click desde los 13 años y lleva otros tantos colgando sus proyectos en las redes sociales.

Retrato, retrato y más retrato. Alba reconoce que le obsesionan las personas, el alma y la belleza, y su portfolio lo confirma. Pero también migrañas, ruptura amorosa, cuerpo femenino, naturaleza, fotografía a artistas y, por qué no, comercial. Su breve trayectoria mezcla muchas temáticas e intenciones.

AmecoPress se acerca a ella para descubrir su proceso artístico y las claves de su arte.

Artista de la fotografía, joven y asturiana... ¿y qué más cosas es Alba García?
Es una pregunta complicada, soy una persona compleja, pero si tuviera que destacar algo diría que soy muy pasional. Siempre que hago algo, voy con todo. Tengo una gran capacidad emocional, y mucha sensibilidad, tanto para lo bueno como para lo malo. Siento mucho, y a veces me cuesta expresarlo al 100%, eso hace que me guarde bastantes cosas dentro.

¿Por qué tanto amor al blanco y negro? ¿Qué esconden los contrastes que tanto te enganchan?
Las personas, si pudiéramos mirarlas por dentro, serían luces y sombras, como una fotografía en blanco y negro, pero a la vez estarían llenas de matices, como los grises de las imágenes que son los que forman los contrastes. Para mí, es vital que las fotografías hablen de las personas, que expresen sentimientos, que sea una belleza exterior cargada de interior. Me parece muy importante hablar de emociones.

Me obsesiona la atemporalidad. No quiero que lo que hago pueda clasificarse en una época concreta. Me gustaría que dentro de muchos, muchos años, si todavía alguien ve mis imágenes, no sepa si es una foto actual o antigua, que no importe tampoco. Que lo único que se vea sea la persona y lo que transmite, que no haya nada que pueda distraer al espectador de eso.

Impartes cursos online de fotografía. ¿Qué esencia particular puedes regalarle a quien quiere indagar, como tú, en ese arte? ¿Algún enfoque innovador?
Lo más importante como artista, y lo más difícil de conseguir, es tener una voz propia, un estilo que te defina, algo que te haga destacar del resto. Siempre que imparto talleres, hago mucho hincapié en la importancia de buscarse y crear un trabajo totalmente personal.

Hoy en día, con la cantidad de imágenes que se consumen al segundo, hay muy pocos artistas reconocibles por su estilo, y ese es el mayor logro que alguien que quiera dedicarse al arte puede conseguir; que el público sepa que eres tú sin saber que eres tú.

No hay enfoques innovadores, sino algo muy simple y sencillo: observar, mirar.
Muchos fotógrafos se obsesionan con la técnica, las herramientas, el equipo. Pero no se paran a mirar la vida, lo que les rodea, lo que sienten, lo que les inspira… De nada te sirve la cámara más cara si no sabes mirar. Todos lo hacemos de una manera muy diferente, porque nuestra historia personal influye al 100% en esto. Las cosas que vives y cómo las enfrentas son las que hacen que tengas una forma u otra de interpretar el mundo.

Tus Autorretratos son simples, bonitos y concisos. Tú, como artista, ¿cómo eres? ¿Y como mujer?
Mis autorretratos son una imagen muy fiel de cómo soy. Me gustan las cosas sencillas pero claras, que expresen mucho con poco, y que no tengan demasiados adornos. Para mí, han sido siempre como una terapia personal, una forma de sacar al exterior todas esas cosas que me guardo dentro. Es mi manera de ser 100% yo, sin tapujos, sin miedos.

Soy muy sentimental, muy pasional, muy visceral a veces. Creo que la vida me ha hecho muy fuerte, pero también tengo una gran fragilidad. Me preocupa la sociedad, la educación, la vida, la superficialidad. Me da miedo la falta de autoestima y los problemas de ansiedad tan grandes que existen. La cantidad de personas tristes que hay en el mundo. Me gustaría que pudiéramos ser mejor como personas, y que se valorara más las capacidades individuales, que nos apoyáramos mas entre todos, creo que podríamos ser una gran sociedad, pero a veces no tengo claro si es lo que realmente interesa.

Mi mente nunca deja de pensar, de sentir, de observar. Quizá por eso valoro tanto la simplicidad, por dentro soy como una maquina de millones de engranajes que nunca para. Quiero pensar que tengo la capacidad de convertir todo eso en algo simple, bonito, y muy, muy conciso, tal cual lo has descrito tú.

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En Diarios de una migraña acercas una realidad muy particular de una manera objetiva, pero artística. Tratas muy bien una enfermedad tan cotidiana. ¿Crees que la migraña (y derivados varios) influye en tu arte? ¿Sabes si alguien con la misma molestia se siente identificada?

Influyó en un momento muy determinado de mi vida, estaba pasándolo realmente mal, era algo que me incapacitaba a todos los niveles, pero decidí convertirlo en arte. Cogí un problema, y le busqué el lado bueno: la oportunidad de crear un proyecto hablando de las migrañas. Ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

Gracias a aquel proyecto, gané varios premios a nivel nacional, incluso llegaron a llamarme de un programa de televisión española. Nadie antes había hecho algo parecido, pero la recompensa no fue todo eso, sino las más de cien personas que me contactaron a raíz de ver el proyecto para contarme su historia con esta enfermedad. A día de hoy todavía me siguen escribiendo. Increíble, personas que no te conocen de nada, que se abran de ese modo.

Me di cuenta de que el arte -y la fotografía en concreto- realmente puede ayudar a las personas. Yo sabia que te cambia la vida, porque lo he vivido en mí, y lo he visto en muchas chicas que he fotografiado, pero aquello fue otro nivel. Es quizá el proyecto al que más cariño le tengo, aunque me traiga recuerdos muy duros.

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No estamos acostumbradas a ver hombres en tus fotografías. ¿A qué se debe?
Crecí en una familia de mujeres. Mi madre, mi tía y mi abuela han sido y son mi gran inspiración. En ellas he visto la fuerza, la tenacidad, la belleza, la felicidad, la tristeza, el amor… y creo que, en cierto sentido, tengo el deber de mostrar todo esto. Mostrar el mundo maravilloso que hay detrás de una mujer. Es mi forma de darles las gracias por todo lo que me han dado.

En lo personal, tengo que reconocer que me llevo muchísimo mejor con los hombres, son muy importantes en mi vida, y no me imaginaría un mundo sin ellos, pero artísticamente, mi trabajo tiene que hablar de mujer. Soy mujer y me siento agradecida y afortunada por ello. También fotografío a hombres, pero menos.

¿Qué criterio sigues para seleccionar a tus modelos?

Lo más importante es que me transmita algo. De nada me sirve una persona “muy guapa” si está vacía por dentro. Busco historia, sentimientos, verdad. Me fijo mucho en la cara, es lo que más me llama la atención.

El concepto de belleza ha evolucionado, y eso es bueno, porque no debería existir un canon, todos tenemos nuestro propio canon, y nuestra propia belleza particular. Y esto es así, porque ninguna historia de vida es igual a otra. Lo que realmente embellece a las personas, es el interior. Eso es lo que busco cuando tengo que seleccionar a una modelo. Me gusta crecer personalmente cuando fotografío a alguien, conocerla, saber que hay detrás, compartir algo más, que no sea algo superficial.

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¿En qué consiste De tus espinas mis rosas? ¿Ruptura amorosa en poesía visual?
Es justamente eso, una forma de expresar el dolor que se siente cuando el primer amor se acaba. Creo que la primera relación siempre es la más intensa, en la forma de vivirla, en la forma de sentir, en la forma de actuar… quizá porque todo es nuevo, y empiezas a descubrir cosas que hasta la fecha no conocías.

Romper con algo siempre duele, y te deja una pequeña cicatriz. “De tus espinas mis rosas” fue otra forma de convertir algo negativo, en algo positivo. Es un “ahora que se acabó, voy a reinventarme a mí misma”, un “ya no te quiero pero me quiero”.

Habla de amor hacia otra persona, y de dolor, pero con mucho hincapié en el amor propio, en coger los restos de algo y crear algo nuevo. Es difícil poner tu corazón en las manos de otra persona, corres el riesgo de que te lo rompan, pero hay que aprender que el dolor no es solo malo, también reconstruye y nos hace fuertes, y no sirve de nada vivir si constantemente nos perdemos cosas por miedo. Vive al máximo, no te pierdas nada, y déjate llevar. La vida siempre te da, aunque parezca que no.

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Naturaleza y Mujer pasa de ser un proyecto concreto al trabajo más extenso de tu trayectoria. ¿Cuál es tu espacio de la naturaleza favorito (playa y olas, montaña y ramas…)?
Uff, no sabría responder. Creo que la naturaleza en sí forma parte de mí, no solo por la tierra en la que he nacido, sino porque de alguna manera, me siento muy ligada a ella. Es el sitio donde más feliz me siento, más en calma. Me encanta salir a caminar y poder ver montañas verdes, respirar aire puro, pero también adoro las olas y el sonido del mar me relaja mucho. Amo la naturaleza, pero también reconozco que a la hora de vivir, soy más de ciudad.

Fotográficamente hablando, me encantan las fotos con agua.

Que tu nombre vaya cogiendo fuerza en tu campo ¿ha supuesto algún cambio en tu fotografía?
No, para nada, y creo que sería un tremendo error. Creo que un artista tiene que ser fiel a sí mismo siempre, aunque a veces sientas presión o te hagan creer que tienes que cambiar. Lo único que te diferencia es lo que tú eres, y si no cuidas eso, ¿qué sentido tiene? El nombre no dice nada si el trabajo que haces no habla de ti. Debes escuchar opiniones, pero nunca verte condicionado a lo que otros creen. No hay que olvidar nunca que la fotografía es totalmente subjetiva, y jamás podrás gustar a todo el mundo.

Si fuera una regla de tres: Cámara/Botón “Click” - Vida/¿X?
Fuerza, lo tengo claro.

Recomendaciones varias y variadas

¿Quién te ha transmitido especialmente en el mundo de la fotografía?
Mi fotógrafo favorito será siempre Peter Lindbergh, pero en general, me inspira mucho más la forma de ver la vida de otras personas, la filosofía, el cine, amigos que pintan o bailan, incluso conversaciones que mantengo a veces en la calle con personas desconocidas. No tengo ningún fotógrafo del que sea fan fan, a excepción de Peter. Consumo muchísima fotografía, pero mi trabajo no se nutre de eso. Como he dicho, soy muy sentimental, y al final siempre mandan los sentimientos. En literatura, Alejandra Pizarnik y Bukowski.

¿A qué bar, a qué plaza y a qué playa vamos si estamos en Asturias?
Depende un poco para qué, pero…
Bar: El rincón de Adi en Oviedo. Allí he compartido muchas cenas con las personas que más me importan.
Plaza: La plaza Porlier en Oviedo.
Playa: Peñarrubia en Gijón, mi playa favorita por la luz de las mañanas a primera hora.

Cultura - Voces de mujeres - Cultura y arte - Biografías - Mujeres creadoras - Salud y género. 12 nov. 2019. AmecoPress.

"Estaba pasándolo realmente mal, pero decidí convertirlo en arte"