jueves. 28.03.2024

COSAS

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El agua es sin duda mi elemento de la naturaleza preferido. Soy de aquellas personas que cuando está en la playa, se tira más tiempo dentro del mar que fuera de él. No se porqué pero es así. Tengo una conexión especial con el océano: me da vida. Por eso, si tienes la suerte de coger vacaciones este mes de septiembre, te recomiendo que practiques cualquiera de estos deportes acuáticos. Lo pasarás en grande y además, te mantendrás en forma.

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Foto: Javier Medina

SURF

De origen hawaiano, el surf es el deporte acuático por excelencia. Consiste en deslizarse por el mar encima de una tabla empujado por las olas que genera el océano. Pero en realidad, los que lo practicamos sabemos que es algo mucho más que un deporte. Eso sí, no sabemos muy bien cómo explicar esta sensación a gente que nunca ha surfeado.

En una entrevista realizada hace años a Dave Rastovich, freesurfer neozelandés, escuche la mejor descripción acerca de esta imposibilidad de explicar lo que sentimos al practicarlo. Decía simplemente que “intentar describir cómo son los colores a una persona ciega, e intentar explicarle a una persona que nunca ha surfeado lo que se siente al surfear, es igual de difícil. Y, justamente esta incapacidad a la hora de describir algo, es lo que hace que ese algo sea maravilloso.“ 

Yo personalmente, no puedo estar más de acuerdo con él. Y es que, no sabría resolver esta compleja ecuación pero sí puedo resaltar alguna de las variables que forman parte de ella: felicidad, adrenalina, aventura, naturaleza, superación y libertad.

Cada uno surfea por un motivo. Algunos lo hacen por estar en forma, otros por la aventura que supone viajar en busca de olas, y otros sencillamente por estar en contacto con el océano. Cada uno tiene su propia motivación, pero lo que está claro es que todos lo hacemos porque el surf nos ha llegado a enganchar fuertemente. Kelly Slater, once veces campeón del mundo, dijo un día que el surf era como la mafia, una vez que estás dentro, no hay manera de salir de ahí. ¡Qué razón tenía! 

Además, en España somos unos auténticos afortunados ya que contamos con playas preciosas, perfectas para surfear. Por destacar un spot, me quedaría con San Vicente de la Barquera, Cantabria, óptimo para todos los niveles. La mejor escuela y la más antigua de la zona es la Escuela Buena Onda. Merece la pena pasarse por allí, el nombre de la escuela no podría estar mejor elegido, y la diversión y las buenas vibras están aseguradas de la mano de los chicos que la llevan, Arjuna Zapatero y Pablo de la Mora.

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Foto: lanoriaoutlet

PADDLE SURF

También conocido como stand up paddle surf (SUP), estamos ante una modalidad de surf menos agresiva que la convencional. Consiste en mantenerse de pie en una tabla bastante más larga y ancha que las de surf, y por lo tanto con mayor estabilidad y flotabilidad, navegando por el mar, rías y lagos con la ayuda de una remo de una sola pala. Es ideal para cuando no entra mar suficiente como para levantar olas o simplemente cuando buscamos un plan más tranquilo. La verdad es que pasear por encima del agua admirando el paisaje es sinónimo de relajación absoluta. Merece la pena probarlo, y puedes hacerlo también en la Escuela Buena Onda.

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KITE SURF

A diferencia de lo que se puede pensar, el viento fuerte es uno de los peores aliados para surfear, a no ser que este viento sople de la tierra al mar (offshore). Cuando no es así y el viento es fuerte, toca tirar de cometa para disfrutar de este deporte extremo.  El viento propulsa la cometa de tracción atada a tu cuerpo a través de un arnés y te permite navegar con una tabla sobre el mar, e incluso realizar maniobras en el aire en su vertiente más freestyle. En España cada vez son más las personas que se enganchan a este deporte. Además, tenemos la suerte de contar como abanderada con Gisela Pulido, diez veces campeona del mundo, nacida en Tarifa, Cádiz, lugar referente para la práctica de este deporte. 

Para aprender, te recomiendo que viajes cuando puedas por allí y preguntes por la Ozú School. Tranquilo, no vas a salir volando por los aires; hoy en día son muchos los mecanismos de seguridad para que no ocurra eso. Aún así, el primer día te enseñarán a controlar la cometa desde la arena, y luego, una vez superado este paso, ya podrás salir a navegar por tus propios medios. ¡Muy chulo!

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Foto: Deepboard Fomentera

DEEPBOARD

Si quieres sentirte delfín por un día, atento a esta nueva modalidad de arrastre acuático. Llamado a ser la revolución en el mundo de los deportes de agua, el Deepboard puede practicarlo todo el mundo (tanto niños pequeños de 5 años como personas de avanzada edad). Su practica es sencilla, y solo precisa de una tabla a la que vas agarrado con las manos, unas gafas de bucear y una lancha para empujarte. Una vez en marcha, y con el cuerpo extendido, puedes observar desde la superficie toda la profundidad marina. Pero, si quieres verlo desde más cerquita, puedes, con un simple giro de muñeca , sumergirte y avanzar por debajo del agua como si fueras un delfín. ¡Una pasada! No hay que estar en excesiva forma, pero cuanta mayor sea tu capacidad pulmonar, mayor tiempo podrás aguantar sin subir a la superficie. Sinceramente, una de las mejores experiencias de mi vida. 100% recomendable.  Eso sí, para practicarlo tienes que ir hasta Cala Saona, en Formentera, el único sitio de España en el que se ofrece esta actividad. El equipo de Deepboard Formentera, liderado por Álvaro Soriano, te hará pasar un rato inolvidable. Son majísimos y además, aprovechan que están todo el día en el agua para limpiar el fondo marino recogiendo la basura que se van encontrando por la Pradera de Posidonia, bien Patrimonio de la Humanidad.

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Foto: Nacho Soriano

FLYBOARD

Se  practica en España desde hace pocos años, pero su número de adeptos crece como la espuma año a año (sobre todo en aguas tranquilas como las del Mediterráneo). El gancho está en la sensación de volar que vives al practicarlo, y es que puedes llegar a alcanzar los 15 metros de altura. Todo esto es posible gracias al chorro de agua a presión que saca una lancha o moto de agua, que viaja por una manguera y acaba en la tabla donde tienes enganchados los pies a unas botas.  ¿Puedes llegar a volar? Sí, pero en el camino te puedes pegar unas cuantas galletas. Eso sí, merece la pena llegar a la meta. Si te apetece probarlo, te recomendamos que vayas Bonaire, Mallorca. Los chicos de Flyboard Watersports, te recibirán con los brazos abiertos, de la mano de Nacho Soriano y te enseñarán unos cuantos trucos para que el aprendizaje sea rápido y pases un buen rato. 

¡Qué los disfrutes!

 

Artículo escrito por Guillermo Milans del Bosch para el portal de alimentos de agricultura ecológica Baïa Food Co

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