Este dinero iría al Plan de Acción Humanitaria en Filipinas 2012 que ha puesto en marcha Naciones Unidas para garantizar el acceso a agua potable, alimentos, refugios y otros servicios básicos durante tres meses de los 471.000 damnificados por el temporal en las ciudades de Cagayan de Oro e Iligan, en el norte de Mindanao.
Además, contempla la remoción de escombros para garantizar la salubridad de las ciudades. "Es como si las ciudades hubieran sido sacudidas por un tsunami interior. Hay zonas que han quedado completamente arrasadas, mientras que en otras apenas se mantienen en pie unos cuantos edificios con graves daños", ha descrito el Coordinador Humanitario de Naciones Unidas en Filipinas, Soe Nyunt U.
Entretanto, las agencias de la organización internacional --el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)-- han redoblado sus esfuerzos en los últimos días para garantizar el acceso al agua potable de los niños en estas dos ciudades de Mindanao.
"La falta de agua potable y de instalaciones sanitarias es la principal preocupación en este momento porque sabemos que los niños son muy vulnerables a diarreas y deshidratación", ha dicho el jefa de UNICEF en Filipinas, Anselme Motcho.
La semana pasada, Naciones Unidas ya solicitó a la comunidad internacional 38 millones de dólares (unos 29 millones de euros) para Filipinas, si bien, las necesidades han aumentado. "La desbordante generosidad del pueblo filipino y de los socios internacionales está salvando vidas", ha aseverado Soe.
Según el Gobierno de Filipinas, más de 1.060 personas están muertas o en paradero desconocido y 28.030 viviendas han quedado destruidas, por lo que 43.600 personas han tenido que ser realojadas en 51 refugios temporales, mientras que otras 266.000 han sido reubicadas en viviendas de familiares.
