jueves. 28.03.2024

La visita del papa Benedicto XVI a Madrid el próximo mes de agosto sigue levantando ampollas. Aunque los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud niegan los costes, los sindicatos criticaron este miércoles el “trato de favor” que, en su opinión, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dispensa a la iglesia católica. “¿Qué pasaría si los acampados en Sol decidieran pasar el verano en los colegios públicos”, se pregunta Javier López, líder de CCOO de Madrid. 

Los líderes sindicales censuraron el distinto trato que la ‘lideresa popular’ brinda a los grupos sociales, según su afinidad ideológica. “¿Qué pasaría si los acampados se trasladaran a pasar el verano a las instalaciones de los centros públicos? ¿Qué haría Esperanza Aguirre?”, insistió López, preguntado por la denuncia presentada por la Federación de Enseñanza del sindicato madrileño.

La Federación ha denunciado las presiones por parte del Gobierno Aguirre a los directores de escuelas públicas para que éstos pongan “a disposición” de la organización de la Jornada Mundial de la Juventud las instalaciones de estos centros. En este sentido, el director financiero de la Jornada, Fernando Giménez Barriocanal, terció ayer martes en la polémica al defender los beneficios económicos que el acto proporcionará a la ciudad, que cifró en 100 millones de euros frente a los costes estimados de 50 millones de euros.

El organizador de la Jornada negó el supuesto trato de favor si bien rehusó entrar a valorar los costes de los servicios “en especies” que recibirán de las distintas administraciones. En esta categoría entran no sólo la cesión de escuelas públicas como albergue para los peregrinos, sino también todos los gastos de luz, agua y reparaciones de posibles desperfectos, así como el viaje y la estancia del papa, asumidos por el Gobierno al tratarse de la visita de un jefe de Estado. Aun así, Giménez insistió en que “la visita no le va a costar nada a las arcas públicas”.  

60 millones de euros

Una afirmación que choca frontalmente con estudios elaborados la Fundación Ferrer i Guàrdia y con los datos de las denuncias de Izquierda Unida (IU) y de Europa Laica. Estas entidades cifran la aportación de las distintas administraciones públicas (Gobierno, Comunidad y Ayuntamiento de Madrid) en unos 60 millones de euros, entre cesiones de terrenos, seguridad, viajes, sanidad, limpieza y, especialmente, a través de las exenciones fiscales, ya que el acto ha sido calificado por el Consejo de Ministros como "evento de interés especial", según información publicada estos días.

“Los peregrinos tienen que tener donde dormir. Pero no creo que tenga que ser en centros educativos. Sobre todo cuando otras reivindicaciones no son tan bien acogidas”, critica el secretario general de UGT-Madrid, José Ricardo Martínez, que califica la visita papal de “excesivamente subvencionada”.

“Hay suficientes instalaciones hosteleras y centros vinculados a una religión concreta –ya se ha encargado de ello Esperanza Aguirre- para acoger a los peregrinos”, apoya el secretario general de CCOO- Madrid, Javier López, que pide mantener el “carácter laico” del Estado.

¿Qué pasaría si los acampados en Sol decidieran pasar el verano en los colegios públicos?