Así lo ha defendido el presidente de la Fundación Cultura de Paz y ex director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, en una entrevista con Efe, en la que apuesta por que España se convierta en una federación y por adaptar la Constitución para lograrlo.
"No puede ser que la Constitución se presente sólo como un problema, en lugar de como una solución. La Constitución es la solución, pero se tiene que adaptar", afirma Mayor Zaragoza, que también propone el diseño de un "gran plan" que establezca el déficit económico que se puede mantener y combine austeridad con incentivos al crecimiento.
Según esgrime, el rodillo parlamentario no puede calificarse como una democracia: "será legal, pero no es legítima", precisa.
Federico Mayor Zaragoza acaba de publicar el libro "Basta! Una democracia diferente, un orden mundial distinto", una invitación a actuar frente a la plutocracia y el gobierno de los mercados, a los que responsabiliza de la "crisis de sistema" que sufre el mundo y, especialmente, Europa.
En su opinión, el viejo continente está absolutamente sometido a los mercados, nombra gobiernos sin elecciones y ha eliminado los principios que siempre le han distinguido.
"Se ha empezado la casa por el tejado, tenemos una unión monetaria sin una unión económica y política. Es un disparate. Es que, realmente, Europa es un disparate. Y seguimos teniendo una seguridad, la OTAN, dependiente de Estados Unidos, pero ¿esto qué es?", subraya Mayor Zaragoza.
El ex director general de la Unesco propone para Europa crear "muy rápidamente" una federación fiscal e, inmediatamente después, modificar el Tratado para sea una unión política y económica y establecer incentivos para el crecimiento y la generación de empleo.
Un orden distinto que también plantea para el resto del mundo, en este caso centrado en una refundación de las Naciones Unidas con el mismo espíritu con el que nació en 1945 y que permita a todos los países tener voz y un voto ponderado.
Se trataría de crear "unas Naciones Unidas fuertes capaces de actuar rápidamente en nombre del mundo entero" y basadas en la democracia, en lugar de "en la plutocracia impuesta por el sistema neoliberal".
Aunque no es optimista, Mayor Zaragoza se define como una persona esperanzada, porque ha vivido "momentos en los que se ha sido capaz de inventar el futuro", pero insiste en que "no se pueden seguir aplicando fórmulas de ayer a problemas de hoy".
El conocimiento de lo que ocurre en la otra parte del mundo y la incorporación de la mujer a la toma de decisiones, unido a la libertad de expresión que permiten las nuevas tecnologías de la información y la comunicación serán, a su juicio, los que llevarán a lograr "cambios muy sustanciales en un futuro próximo".
"La historia es una historia ensangrentada de silencio y de obediencia. Todo eso ha terminado", responde Mayor Zaragoza al ser preguntado por movimientos como el denominado 25S.
En su opinión, la expresión de las maneras de pensar de los ciudadanos es fundamental para dejar de ser súbditos y, por eso, respalda "todo lo que pueda permitir, de forma pacífica, que los gobiernos sean realmente democráticos".
