viernes. 29.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 15.1.2010

... Ella añadía un 'tanto' a la pregunta que, quince días después, parece innecesario viendo las posturas que se han visto forzados a adoptar los defensores de monseñor.

"Si para los violadores piden castración química, para las abortistas ¡esterilización!". La propuesta, colgada en la plataforma de Facebook creada en defensa del arzobispo, es una de las más extremas que allí podemos encontrar. Pero el resto de los comentarios no le van a la zaga en lo que se refiere a su pertinaz intento de desacreditar la lucha de las mujeres por sus derechos. Hay un denominador común en todas ellas: el ataque al feminismo, que oscila entre su ridiculización y su demonización como supuesto origen de transtornos que van de lo conspirativo a lo psicótico.

A grupos feministas se les atribuye la creación de la primera plataforma de Facebook que pide que Javier Martínez responda ante la Justicia del amparo y justificación que ha prestado a la violencia de género. Además de no ser cierto, el término feminista se utiliza en estos casos con toda la carga negativa que tradicionalmente le han otorgado los 'machistas', hombres y mujeres, para defender sus privilegios respecto a lo que perciben, y con razón, como una amenaza. Un ejemplo es este post:: "Las feministas con sus pensamientos abruptos quieren contaminar así la buena conciencia de las muchas mujeres que todavía consideran la maternidad como plenitud de la condición femenina. Quienes están arruinando la sociedad? las mujeres que por su liberación sin sentido llevan consigo la des...trucción masiva de las familias, como células básicas de la sociedad".

Para responder a la autora de esta 'perla', es muy recomendable la lectura del artículo que Amparo Rubiales, profesora de Universidad, abogada y consejera de Estado, publica este viernes en El País bajo el título El neomachismo y del que extraemos esta parrafada: Los neomachistas equiparan el feminismo con el machismo, tratando de crear confusión en algo que no puede tenerlo, porque pretenden cosas opuestas: éste la primacía del varón y aquél la igualdad entre mujeres y hombres. La diferencia es tan grande que no merecería la pena ni explicitarla, a no ser porque el neomachismo intenta confundir, para poder mantener mejor sus nuevas posiciones, encaminadas, como siempre, a cuestionar los derechos de las mujeres, su autonomía y la independencia ganada. No cuestionan, dicen, la igualdad, pero sí las consecuencias de su ejercicio; están en contra de la violencia de género pero manifiestan con reiteración, por ejemplo, que hay demasiados casos de denuncias falsas, sin añadir que, si así fuera, se estaría cometiendo un delito que hay que denunciar, como en cualquier otro caso.

Hay algún juez que da miedo por las cosas que dice -no quiero ni nombrarlo porque es lo que le gustaría-, pero existen, desgraciadamente, demasiados -también alguna mujer- teóricos del neomachismo que surgen diariamente y que tenemos que desenmascarar como hicimos con los machistas
.

Rubiales se refiere al juez de Sevilla que dijo que "miles de hombres son detenidos por denuncias falsas" a la luz de una normativa inspirada en la "dictadura" del "feminismo radical". Una leve alusión al caso, en un artículo que en realidad hablaba de la sentencia de otro juez condenando a dos periodistas por informar y de sus consideraciones sobre Internet, produjo en nuevatribuna.es una sucesión de airados comentarios de hombres que narraban peripecias personales, todas ellas desafortunas, en sus relaciones de pareja. Ello demuestra que estamos aún muy lejos de integrar en la conciencia colectiva el convencimiento de que la violencia contra las mujeres es un cáncer social que hay que extirpar y de que en esa tarea es inadmisible cualquier comentario que simplemente intente comprenderla.

Partiendo de esa idea, la desaforada cruzada contra el aborto que han emprendido la derecha y la iglesia católica está produciendo engendros como este otro comentario en Facebook: Es la nueva ley del aborto la causante de que los hombres no tengan inconveniente en abusar de mujeres, niñas o adolescentes. En este caso, es un 'civil' quien lo hace, pero sin duda alentado por los mensajes que recibe de sus guías espirituales, sacerdotes que además ocupan un lugar destacado en la jerarquía de la iglesia. El poder que les otorga la presunción de que están "en posesión de la verdad" y con la que se presentan antes sus fieles, hace aún más repugnantes las declaraciones que denigran a las mujeres y que demuestran tanto desprecio hacia su integridad física y mental.

Volviendo a Lourdes Rico, nos sumamos a la petición con la que cerraba su comentario: "Basta ya de impunidad por vestir sotana".






¿Por qué odian a las mujeres?