Los expertos de seguridad siempre han defendido que los 'hackers' tienen intereses económicos con este tipo de acciones, pero ¿cuánto pueden ingresas con sus delitos?
En algunos casos en los que los cuerpos de seguridad desarticulan grupos de 'hackers' se muestran algunos datos económicos que dan idea de lo lucrativo que puede ser el negocio ilegal del robo de datos. Un ejemplo reciente se ha vivido con la detención de 'hackers' estonios por parte del FBI, que ha estimado que desde 2007, los seis detenidos han recaudado más de 14 millones de dólares (10,1 millones de euros).
La compañía de seguridad Karpersky Lab ha analizado las estadísticas de infección de malware derivadas de las estafas online más extendidas de los últimos años para calcular el coste de las actividades de los 'hackers' y los beneficios que consiguen con ellas.
Por ejemplo, Kaspersky asegura que un 'hacker' se embolsa 144 euros por cada dato de acceso a una red social de un usuario que vende en el mercado negro. Este tipo de datos están muy cotizados, en un momento en que este tipo de servicio son un objetivo constante de los 'hackers'. El precio del mercado explica el interés de los 'hackers' en conseguir estos datos, y la posibilidad de distribuir malware entre amigos y contactos, jugando con la confianza, es el motivo de que en el mercado negro se pague tanto por estos datos.
Los datos de tarjetas de crédito también tienen un precio considerable. Kaspersky afirma que se paga una media de 7 euros por cada número completo de tarjeta de crédito. Aunque su daño puede parecer superior al de los datos de una red social, el uso de las tarjetas de crédito está más vigilado y los ciberdelitos son más difíciles de ocultar.
Relacionado con las tarjetas de crédito, Kaspersky establece que la media de sustracción de dinero en las cuentas cuyos números de tarjeta han sido sustraídos es del 7,2 por ciento.
Otra práctica muy utilizada en los últimos meses es la intervención de teléfonos móviles para enviar mensajes a páginas de pago. Los 'hackers' se valen de vulnerabilidades en los dispositivos de última generación para tomar el control del teléfono y enviar mensajes SMS a teléfonos de tarificación especial. De media, este tipo de práctica puede costar 7 euros de media por teléfono, que van a parar al 'hacker'.
Todos estos ejemplos cuantifican buena parte de las actividades de los 'hackers' y confirman que el robo de datos y la intervención de dispositivos se han convertido en un rentable negocio fraudulento.