jueves. 28.03.2024
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  • Es el momento de acometer las reformas de calado que sitúen a nuestro país en la nueva senda económica.
  • UGT apuesta por un modelo productivo más equilibrado y sostenible, que apueste por los sectores que más valor añadido y empleo de calidad generan.

Es el momento de acometer las políticas de calado que sitúen a nuestro país en la nueva dimensión productiva y económica

Los datos del avance de la Contabilidad Nacional del tercer trimestre del año muestran que el crecimiento económico se mantuvo en ese período. Según el INE, el PIB creció un 0,6% respecto al trimestre anterior y un 2,5% en términos anuales, idénticas cifras que en el segundo trimestre. Con ello se frena la senda de desaceleración que se venía constatando desde el primer trimestre del año, cuando la actividad crecía a un ritmo del 3,1%, lo que supone una buena noticia.

La continuidad del ciclo expansivo que vivimos desde 2014 es imprescindible para que nuestra economía apuntale unas bases más sólidas y equilibradas de desarrollo, con una mayor atención a la calidad de vida de las personas, a la vez que se corrigen los desequilibrios fiscales que aún mantenemos. Es el momento de acometer las políticas de calado que sitúen a nuestro país en la nueva dimensión productiva y económica que exigen los nuevos tiempos y que reclama la ciudadanía, harta de unas políticas de austeridad que solo provocaron empobrecimiento.

En este sentido, UGT señala que los datos del avance del PIB son positivos, puesto que reflejan que nuestro país mantiene un notable ritmo de crecimiento económico, ocho décimas por encima de la media de la zona euro (1,9%). Sin embargo, existen datos preocupantes, que deben servir para diseñar las actuaciones correctas.

Datos positivos y negativos

Desde el punto de vista de la oferta, el crecimiento total se mantiene gracias a la aportación de la construcción (que mantiene un elevado ritmo de aumento del 7,2% anual) y los servicios (que aumentan del 2,3% al 2,6%). Sin embargo, es muy preocupante el desplome del crecimiento de las ramas industriales, que han pasado de crecer el 4,9% en el cuarto trimestre de 2017 a tan solo el 1,3% en el tercero de este año. La industria es el sector que aporta una mayor solidez productiva a un país, y el que genera el empleo de mayor calidad. Por eso es preciso implementar un Plan Estratégico para la Industria en nuestro país, que permita elevar su aportación al 20% del PIB (ahora es del 16%).

Por el lado de la demanda, el resultado muestra importantes puntos oscuros. Si bien el aumento del PIB se mantiene, han empeorado sus componentes fundamentales. El consumo de las familias vuelve a moderarse (del 2,3% al 2,1%), la inversión, aunque crece a buen ritmo, pierde algo de fuerza (del 7,7% al 6,3%) y aunque el saldo exterior mejora (aporta globalmente tres décimas más al PIB, las que pierde la demanda interna), lo hace registrando una desaceleración tanto de las exportaciones (del 2,3% a tan solo el 0,4%) como de las importaciones, aunque la de estas últimas es más intensa (del 5,2% al 2%).

Se refleja un crecimiento demasiado dependiente de algunos sectores (construcción, turismo)

El empleo (medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo) mantiene su tasa de aumento en el 2,5%, y la remuneración por asalariado aumenta del 0,7% al 1,1%, un avance positivo, pero que no evita que los trabajadores y las trabajadoras sigan perdiendo poder de compra (el IPC medio del año se sitúa en el 1,8%), un resultado inaceptable para una economía en plena expansión desde hace cuatro años.

Un modelo productivo equilibrado y sostenible

En conjunto, para UGT los datos ofrecen luces y sombras. Es positivo que se mantenga el ritmo de crecimiento del PIB y de creación de empleo, así como la suave mejora de las rentas salariales, que contribuirán a sostener el consumo de las familias y mejorar la distribución de la renta, reduciendo las desigualdades y las bolsas de pobreza. Pero se refleja un crecimiento demasiado dependiente de algunos sectores (construcción, turismo) y con escaso peso industrial, una competitividad exterior muy centrada en la continua rebaja de costes laborales (que está agotada y no puede repetirse) y un empleo creado que es esencialmente precario (de ahí el nulo aumento de la productividad por trabajador que se registra, que en el caso de la productividad-hora es incluso negativo, -0,4%).

Por todo ello, el sindicato considera que la continuación de la fase expansiva debe aprovecharse para implementar las políticas adecuadas que favorezcan la construcción de un nuevo modelo de crecimiento, más equilibrado y sostenible, que apueste por los sectores y actividades que más valor añadido y empleo de calidad generan.

Cambiar el modelo productivo y mejorar la calidad del empleo