jueves. 18.04.2024
cerbvr

En los últimos años, en el mundo académico especializado, se ha estudiado en profundidad el proceso de toma de decisiones en el deporte, tanto por parte de los deportistas individualmente como de forma colectiva, así como sus consecuencias centradas en la alegría y la motivación que genera el triunfo como en la desmovilización o depresión que  provoca el fracaso. Ganar te hace más fuerte, perder te debilita.

Como explica el psicólogo cognitivo Ian Robertson, el éxito en entornos competitivos genera un efecto positivo en el cerebro, también conocido como el “Efecto ganador”

Toda actividad deportiva requiere una toma constante de decisiones, tanto por parte de los entrenadores como por los practicantes de cualquier ámbito. Especial atención debe ponerse en los deportes de riesgo, cada vez con más seguidores en todo el mundo y en algunas ocasiones practicados sin plena consciencia de los peligros que supone.  En estos deportes una decisión equivocada, tomada en muchos casos al evaluar, de forma incorrecta el entorno o el tiempo, puede suponer un accidente grave o incluso la muerte.

Deportes como la escalada de montaña, el submarinismo, la aviación deportiva, el ciclismo o el motociclismo son especialmente sensibles a las equivocaciones a la hora de tomar una decisión lo que les convierte en las prácticas deportivas con mayor número de accidentes.

El ganador del premio Pulitzer de 2016 con su excelente obra “Años Salvajes”, el escritor californiano, periodista de guerra y renombrado surfista Willian Finnegan, refleja de forma autobiográfica e introspectiva de un modo elocuente como podía estar días y semanas enteras mirando el movimiento de las olas en una playa perdida de Indonesia, sin tomar la decisión de lanzarse mar adentro a surfear esa ola fantástica que nunca acaba de llegar. Le sorprende que, en algunas ocasiones, ante su miedo paralizante a dar ese paso,  otros amigos suyos con la misma experiencia o capacidad técnica e incluso menor, se decidan a lanzarse mar adentro en un océano oscuro, encrespado, amenazante y violento.

Sólo desde un análisis psicológico de los personajes y valorando de forma subjetiva sus diferentes niveles de miedo a la muerte o de aprecio de la propia vida, puede concluir el porqué de las distintas decisiones entre unas y otras personas a la hora de afrontar el riesgo.

También y de una forma detallada Willian Finnegan trata de explicar el proceso que en milésimas de segundo debe llevarle a decidir si sigue adelante en el tubo de una ola de más de tres metros de alta ante el riesgo de estrellarse contra una escollera o realizar una maniobra que le haga desistir del objetivo. La suma de un elevado número de factores lleva a la persona con experiencia a tomar la decisión correcta. De ahí la importancia del aprendizaje, de la formación continua  en cualquier tipo de deportes para acertar en los momentos decisivos.

El deporte, como la vida, exige continuamente tomar decisiones. Hay quienes siguen la máxima de “Arriesgarse compensa” y otros por el contrario optan por “Nadar y guardar la ropa” sin tomar decisiones que les supongan peligro o un sobreesfuerzo que no están dispuestos a exigirse a sí mismos. Nadie es mejor que nadie. Unos dan pasos adelante y otros no. Es imprescindible, una vez más acudir al aforismo griego inscrito en el pronaos del Templo de Apolo en Delfos y ponerse como norma el “Conócete a ti mismo” para saber en qué momento has llegado a tu límite.

El profesor de la Universidad de Gerona, Víctor López Ros, especializado en el mundo del deporte, en la introducción del libro “La táctica deportiva y la toma de decisiones”, centrado en deportes colectivos como el baloncesto, balonmano, beisbol o rugby, indica cómo se van abriendo camino los métodos de estudio que tratan de comprender los aspectos “subjetivos” del deportista para  la toma de decisiones en situaciones altamente complejas. Considera que “en última instancia” lo que resulta decisivo para comprender el proceso decisional es el punto de vista, la perspectiva real que tiene el deportista y por tanto su “subjetividad”.

La toma de decisiones en el deporte