viernes. 29.03.2024
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Lavarse las manos con agua y jabón reduce en un 25% las infecciones respiratorias

Con motivo de la celebración, el 15 de octubre, el Día Internacional del Lavado de Manos promovido por la ONU, la Fundación Aquae recuerda que cada año podrían salvarse un millón de vidas, sobre todo en países en vías de desarrollo, si su población se lavase las manos con jabón.

“Con este sencillo gesto se contribuye a evitar un sinfín de enfermedades como la neumonía y la diarrea, las dos primeras causas de mortalidad infantil (menores de cinco años) en el mundo”, señala en un comunicado la fundación.

A través de las manos se pueden contagiar más de 200 enfermedades. Además de las infecciones respiratorias y la diarrea, no lavarse las manos puede provocar otras enfermedades de transmisión feco-oral, como el cólera, las hepatitis, la disentería o la giardiasis, e infecciones virales, como las eruptivas, la conjuntivitis y las infecciones de boca y garganta, entre otras muchas.

"Lavarse las manos con agua y jabón reduce en un 25% las infecciones respiratorias, como la gripe, la bronquiolitis, la tosferina, el SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) o la neumonía, que mata a un niño cada 15 segundos en el mundo; y en un 50%, las diarreas infantiles, que anualmente provocan la muerte a más de 500.000 niños. Además, la diarrea acrecienta la posibilidad de que los niños sufran desnutrición crónica, lo que suele retrasar su crecimiento", destaca Mariola Urrea, presidenta del Consejo de Estrategia y Supervisión de Fundación Aquae.

Las manos son la parte de nuestro cuerpo que, posiblemente, se encuentra más expuesta a agentes externos ya que están presentes en prácticamente todas las actividades que realizamos en nuestra vida diaria.

Un buen ejemplo es el uso del teléfono móvil, cuya pantalla puede contener hasta 600 bacterias, 30 veces más que la tapa de un inodoro, según un estudio de la Universidad de Barcelona.

Otros lugares con una gran concentración de bacterias son el teclado de los ordenadores, los grifos, el dinero (tanto los billetes como las monedas), los cajeros automáticos, los botones del ascensor o los carritos de la compra que hay en los supermercados.

La pantalla de un móvil puede contener hasta 600 bacterias