viernes. 29.03.2024
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Fuente: Wikimedia

En el año 393 el emperador romano Teodosio prohibió la celebración de los Juegos Olímpicos por considerarlo un evento pagano. Esta cita tan importante de los deportes llevaba celebrándose desde hacía doce siglos; 1200 años que sirvieron para que los deportes que conocemos hoy en día, como el atletismo o el lanzamiento de jabalina, fueran evolucionando hasta las disciplinas actuales. Sin embargo, no todos los deportes que se practicaban en los Juegos Olímpicos de la Antigüedad eran tan benévolos como los mencionados. El pancracio y el pugilato, por ejemplo, eran dos disciplinas en las que la fuerza bruta era el principal instrumento y que a la larga llegaron a alcanzar grandes dosis de violencia. En el caso del primero, consistía en una mezcla entre boxeo y lucha libre en la que cualquier golpe asestado con el cuerpo era válido: tan solo morder y hundir los dedos en los orificios nasales y en los ojos del adversario estaban prohibidos en esta competición que muchas veces terminaba con la muerte de uno de los contrincantes. Por su parte, el pugilato se asemejaba a lo que hoy conocemos como boxeo, con la diferencia de que por aquel entonces no había límite de tiempo, número de asaltos o clasificaciones en función al peso. En un principio los deportistas se peleaban con las manos desnudas, pero a poco fueron incorporando vendajes que permitían que el golpe asestado fuese mucho más fuerte e incluso se llegaron a incluir clavos entre las vendas para hacer un mayor daño al oponente. Lo que sí coincide con el actual boxeo es el modo en el que terminaban los combates: con uno de los dos contrincantes inconsciente.

Con todo, los deportes extremos no son exclusivos de Grecia y Roma, sino que a lo largo de la historia podemos encontrar diferentes disciplinas que conllevan un gran contacto físico y que en algunos casos incluso parece difícil que se practiquen para disfrutar o ejercitarse físicamente. A continuación te mostramos algunos de los más llamativos:

Juego de pelota mesoamericano

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Fuente: piramides.guachimontones.tour.gdltours.com

Este deporte se remonta al año 1400 a.C. en los diferentes pueblos precolombinos que habitaban las actuales regiones de Nicaragua, Guatemala, El Salvador y parte de México, entre otras. El deporte en sí no era demasiado agresivo o peligroso puesto que solo se trataba de mantener en movimiento una pelota de hule golpeándola con las rodillas, los codos y la cadera del lado derecho del cuerpo. El juego terminaba cuando el balón tocaba el suelo. Con el paso de los años, se incluyeron unos aros de piedra en los campos en forma de H por los que los jugadores introducían el balón para alzarse con la victoria. Hasta aquí todo normal. Lo realmente peligroso de este deporte es que en muchas ocasiones se empleaba como mecanismo para evitar conflictos, por lo que el equipo que no saliese victorioso del enfrentamiento generalmente era ejecutado.  

Buzkashi

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Fuente: 1.bp.blogspot.com

Este peculiar deporte procede de las regiones de Uzbekistán y Afganistán y antiguamente consistía en dos equipos de jinetes que luchaban por conseguir el boz, que no es otra cosa que una cabra carente de extremidades y cabeza. El objetivo era atravesar el campo con dicho animal y la dificultad residía en que el equipo contrario podía hacer cualquier cosa para impedirlo, lo que provocaba enfrentamientos realmente cruentos.

En la actualidad una versión más liviana del buzkashi, en la que no tiene cabida la violencia, es el deporte nacional de Afganistán.

 Nguni

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Fuente: Flickr

El nguni es la variante zulú del donga, ambas consideradas como artes marciales africanas y consistentes en un enfrentamiento con varas. La principal diferencia reside en que mientras en el donga la pelea se realiza con una única vara, en el nguni se emplean dos, una para defenderse y otra para atacar. En este tipo de disciplina, en la que todo está permitido salvo acabar con la vida del oponente, el final llega cuando uno de los oponentes sangra, pierde la consciencia o se rinde.

Harpastum

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Volvemos a la Roma Antigua para encontrarnos con un deporte muy parecido al buzkashi en su objetivo. El harpastum tuvo un gran éxito entre la sociedad romana de la época, pero su práctica fue principalmente desarrollada por los reclutas. En este caso, el mecanismo de juego consistía en llevar el balón con el que se practicaba al extremo del campo contrario pudiendo emplear todo tipo de mecanismos (morder, empujar, agarrar, arañar, etcétera) para ello. El tanto se conseguía cuando al llegar al campo contrario se tocaba con el balón la cuerda que delimitaba el terreno de juego, de ahí que en ocasiones se mencione al rugby como un sucesor de este deporte.

Como vemos, en la historia existen un sinfín de deportes cuya práctica ponía en riesgo la vida de sus participantes. Con todo, parece que en la actualidad este punto de peligro es un aliciente para muchos que ya se han apuntado a disciplinas algo más moderadas que las expuestas pero con su dosis de temeridad, tales como el kayak polo, el ultimate beach frisbee, el chess boxing o incluso el fútbol gaélico.

Fútbol gaélico

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Fuente: Flickr

Este deporte, que puede presentar una ligera similitud en el juego con el harpastum y cuyas dosis de intensidad son bastante más ligeras que en los casos anteriores, no por ello puede considerarse un deporte sencillo. Esta disciplina, originaria de la actual República de Irlanda, surgió en el siglo XVI bajo el nombre de caid, aunque no fue hasta el año 1887 cuando la Asociación Atlética Gaélica (GAA, en inglés) estableció sus normas. En la actualidad presenta características que recuerdan al fútbol, el rugby y el baloncesto. A simple vista la dinámica puede parecer sencilla: su objetivo principal es conseguir que el balón entre en una portería en forma de H. Sin embargo, la dificultad reside en el peculiar modo de avance y pase del balón entre los jugadores (se puede hacer con la mano o con el pie) y en el fuerte contacto físico entre oponentes. Al igual que en el rugby y el fútbol americano, deportes en los que estrategia y fuerza se unen llegando incluso a ser modelos de estudio en otras disciplinas deportivas, el contacto físico entre los jugadores a través de los placajes siempre está presente, aunque es menor respecto a estas modalidades.

Hoy en día el fútbol gaélico continúa siendo el deporte rey en Irlanda junto con el hurling y el rugby y cada vez consigue ganar más adeptos, sobre todo en países como Francia o incluso España, con especial hincapié en Galicia, comunidad que además cuenta con su propia selección y que ya ha disputado dos mundiales.

Cuando el deporte podía costarte la vida