viernes. 29.03.2024
contaminacion

La Comunidad de Madrid y en especial la Consejería de Sanidad se han caracterizado por mirar para otro lado sin tener en cuenta que estamos ante un grave problema para la salud

En este mes de noviembre, se están produciendo dos coincidencias letales para la salud de la población madrileña, el aumento de la contaminación y la persistencia de la disminución drástica de las camas hospitalarias y los recursos sanitario público de la Comunidad de Madrid.

El primero, el aumento de la contaminación es el que más ocupa las informaciones de los medios de comunicación, porque puede decirse que ha sido colocado en la actualidad no tanto por la contaminación en sí misma sino por las medidas adoptadas por el Ayuntamiento de Madrid al respecto.

La contaminación atmosférica es un grave problema de salud tal y como han señalado reiteradamente las autoridades sanitarias internacionales y todos los estudios científicos realizados (recientemente, en octubre de 2017 la revista Lancet publica un monográfico sobre los problemas relacionados con la salud) nos advierten sobre ello. La contaminación es una causa comprobada de aumento de la mortalidad y la morbilidad (mayor número de enfermedades, especialmente respiratorias, de ingresos y consultas hospitalarias, etc) y no solo se relaciona con problemas respiratorios sino también con el cáncer, e incluso tiene efectos nocivos sobre las gestantes condicionando importantes problemas de salud en los fetos y recién nacidos.

Estos hechos son bien conocidos desde hace años, como lo es que la ciudad y la Comunidad de Madrid superan amplia y repetidamente los niveles máximos establecidos para los contaminantes ambientales, especialmente en los momentos de invierno y ausencia de precipitaciones, que como es conocido se han agudizado debido al cambio climático (casualmente provocado precisamente por este incremento de la contaminación).

La Comunidad de Madrid y en especial la Consejería de Sanidad se han caracterizado por mirar para otro lado sin tener en cuenta que estamos ante un grave problema que no solo daña la salud de las personas sino que supone una mayor presión sobre unos servicios asistenciales sistemáticamente deteriorados por la política de recortes y privatizaciones de los gobiernos del PP. La Consejería de Sanidad decidió en su día abandonar la realización de un Plan de Salud de la Comunidad y por supuesto postergar las actividades de salud pública que deberían de tener un foco de sus actividades en la prevención de la contaminación medioambiental.

Aunque el Ayuntamiento de Madrid ha mostrado una mayor sensibilidad sobre el tema y adoptado, por primera vez, medidas para paliarla, es obvio que no están teniendo los resultados deseables por lo que parece lógico que deberían incrementarse las medidas y restringir de una manera efectiva el tráfico privado por el centro de la ciudad. Porque otra cuestión que debemos tener en cuenta es que la contaminación y sus efectos nocivos sobre la salud no comienzan cuando se superan los niveles máximos establecidos por las autoridades sanitarias, UE, etc, sino que hay un gradiente de efectos que comienza con niveles más bajos y que el objetivo debería de ser tener los niveles más bajos posibles y evitar que se produzcan picos, y no limitarse como hasta ahora a actuar cuando estos ya se han producido, es un tema en el que la prevención resulta fundamental.

CIERRE SISTEMÁTICO DE CAMAS HOSPITALARIAS

Claro está que sobre este escenario incide además la política del PP madrileño de cierre sistemático de camas hospitalarias (desde 2012 a 2016 las camas con financiación pública en la Comunidad de Madrid han disminuido en 1.245, un 8,44% con una población similar y más envejecida), lo que produce los problemas en las urgencias que se repiten en cada pico de la demanda (la elevación en los niveles de contaminación es una de sus causas), eso sin tener en cuenta las camas instaladas que están cerradas en los centros públicos, lo que agrava aún más el problema. En este contexto la nueva normativa de la Comunidad de Madrid sobre el tema es claramente regresiva y una vez más pone de relieve la ausencia de protagonismo sobre el particular de la Consejería de Sanidad, pero no digamos del Ministerio de Sanidad cuya titular este espacialmente entretenida en campañas electorales como si el problema de la contaminación no tuviera nada que ver con la competencias de su ministerio. Al final desinterés de las administraciones y recortes sanitarios son dos coincidencias letales para la salud de la población.

La Comisión sobre contaminación de The Lancet señala que A pesar de sus efectos de largo alcance sobre la salud, la economía y el medio ambiente, la contaminación no ha sido tenida en cuenta en las agendas de salud mundial. No podemos seguir mirando para otro lado, las administraciones públicas tienen que tomar medidas eficaces y la ciudadanía debe de actuar responsablemente pues nos estamos jugando nuestra salud y la de nuestras familias.


Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid

Dos coincidencias letales para la salud de los madrileños