viernes. 29.03.2024
OCIO | LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO

Casa Rural Landarte: un balcón a Zumaia y al mar Cantábrico

Sobre un promontorio verde, junto a frondosos bosques y como un balcón al mar de Zumaia (Guipúzcoa), al Museo Zuloaga y al puerto, se levanta un viejo caserón, rehabilitado con mimo e inteligencia, donde el viajero de cualquier edad encontrará reposo, hospitalidad e incomparables posibilidades de hacer turismo. Hablamos de Casa Landarte.

Casa Landarte. Visión general

Si tomais la carretera N-634, nada más dejar atrás Zumaia en dirección a Donosti-San Sebastián, casi enfrente del puerto deportivo y del magnífico Museo Zuloaga encuentras el cruce a Artadi. De él sale una carretera estrecha, de suave montaña, por la que has de subir unos 400 metros hasta encontrarte un desvío señalizado con la denominación Landarte. Allí, a la derecha, sale un sendero en cuyo final, a unos 100 metros, nos encontramos con un hermoso caserío de dos plantas. Es toda una invitación a la que no os podréis sustraer. Una vez aparcado el coche en una pequeña explanada, seréis recibido por Mark o por Elena Iturriaga, artífices de un pequeño paraíso para el viajero cuyo nombre es Casa Landarte.


Se trata de un acogedor caserío del siglo XVI completamente reformado y rehabilitado en el año 2001. Rodeado de encinas y amplias praderas, parece colgado sobre el pueblo de Zumaia, sobre su playa y sobre la inmensidad marina como un privilegiado balcón. Ni que decir tiene que parece un lugar de cuento, especialmente pensado para descansar del bullicio de la ciudad y para perderse durante unos días con el objetivo de recorrer los bosques y caminos de los alrededores, gozar de los paisajes costeros de Vizcaya y Guipúzcoa y sumergirse en la vida ciudadana de una población hospitalaria como Zumaia.

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