Zelaya quiere entrar de incógnito en su país

En la pasada madrugada española, Zelaya ha iniciado su viaje de regreso a Honduras. El mayor secreto es conocer por dónde entrará a su país, se barajan cinco puntos fronterizos, la oposición ya está vigilando dos de ellos. Mientras, un equipo de Derechos Humanos alerta del aumento de asesinatos por parte del gobierno de Micheletti.
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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 24.07.2009

Hoy es el día del regreso. Así lo anunció el presidente depuesto hondureño, Manuel Zelaya, que ayer inició su vuelta a Honduras. Será hoy cuando Zelaya intente pasar la frontera de su país sin ser visto, pero arropado por el canciller venezolano, Nicolás Maduro, el comandante sandinista Edén Pastora.

Su salida de la sede diplomática de Managua se produjo a las 16.15 hora local (00.15 del viernes en la península española), al frente de una caravana de automóviles en la que viajan periodistas que cubren el recorrido del mandatario derrocado.

Elizabeth Sierra, portavoz de la Embajada de Honduras en Managua, ha informado de que Zelaya también va acompañado de la que fue su canciller, Patricia Rodas, del ministro del Instituto Agrario de Honduras,Francisco Funes, y de tres funcionarios de la sede diplomática, además de un grupo de ciudadanos hondureños que se desplazaron hasta Nicaragua para realizar el regreso con él.

POSIBLES OPCIONES DE ENTRADA

Victoria Rodas, encargada de negocios de la embajada de Honduras en Managua, declaró que existen varias opciones de entrada a Honduras. "Se ha contemplado un punto terrestre con Guatemala, dos puntos terrestres con El Salvador y cuatro puntos terrestres por Nicaragua, así como varias posibilidades de ingreso furtivo por puntos terrestres del interior o por vía aérea".

Por otro lado, los opositores al golpe de Estado perpetrado en Honduras el pasado 28 de junio ocuparon ayer dos de los pasos fronterizos estratégicos con Nicaragua a la espera de la llegada del presidente derrocado, Manuel Zelaya, y de esta forma proteger su anunciado regreso al país.

APOYADO POR EL PUEBLO

A pesar de la manipulación de datos que han ofrecido algunos medios norteamericanos (tergiversaron los porcentajes que indicaban el apoyo que tenía Zelaya), el pueblo hondureño se ha puesto en pie de guerra para pedir el retorno de su presidente.

Sindicatos y movimientos sociales comenzaron también un paro general de 48 horas como medida de presión contra el régimen de facto liderado por Roberto Micheletti, que por su parte ha aumentado el toque de queda a 12 horas (de las 18 a las 6 horas local) en la frontera con Nicaragua.

Los tres principales sindicatos obreros ordenaron a sus afiliados paralizar las actividades en todos los sectores productivos de Honduras. El presidente de la mayoritaria Federación Unitaria de Trabajadores (FUTH), Juan Barahona, aseguró que esta huelga será acompañada de la toma de instituciones públicas y otras acciones de protesta callejera.

Barahona responsabilizó ayer a la Policía de cualquier incidente grave. El presidente de la FUTH alertó de que agentes antidisturbios “están provocando enfrentamientos con los manifestantes que intentamos protestar de manera pacífica”. Para los seguidores de Zelaya, “la paciencia tiene límites y estamos llegando a él”. Barahona denunció que la represión contra los opositores a Micheletti “se incrementa cada día”.

Estas movilizaciones se producen un día después del fracaso del último intento del mediador en esta crisis y presidente de Costa Rica, Óscar Arias. En la madrugada del miércoles, Arias presentó a las dos comisiones negociadores hondureñas el llamado Pacto de San José, un documento de 12 puntos en cuyo preámbulo estaba la restitución inmediata de Zelaya como presidente de Honduras.

ASESINATOS EXTRAJUDICIALES

En el interior del país, la misión internacional para la verificación de derechos humanos aseguró a Público que la situación "comienza a ser catastrófica". Este grupo formado por 15 juristas, forenses y sociólogos de Europa y América, entre ellos el abogado español Enrique Santiago, han recabado evidencias de tres desapariciones, media docena de asesinatos y centenares de encarcelamientos arbitrarios.