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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 12.12.2009

Más de 8,2 millones de chilenos están llamados a votar este domingo para elegir al sucesor de la presidenta, Michelle Bachelet, en unas elecciones en las que el candidato derechista Sebastian Piñera es favorito para desbancar a la Concertación oficialista, que postula a Eduardo Frei y que gobierna Chile desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990. Después de 20 años de recuperada la democracia tras la derrota de la dictadura militar en las urnas y, por primera vez en medio siglo, la derecha chilena se asoma como la más segura ganadora.

Los que se quedarán sin votar con los más de 857.000 chilenos que están radicados en el exterior y que no tienen derecho a participar en las elecciones debido a las trabas de actual Constitución. Lo que han hecho es organizar jornadas de votación simbólicas que buscan reivindicar su derecho a sufragio y la necesidad de un cambio en la legislación.

Estas votaciones se realizarán en todos aquellos países que tienen una importante comunidad chilena como es el caso de Canadá y España. Además, se han organizado en Austria, Suecia, Francia, Italia y Holanda. Los resultados serán enviados a Chile con el objetivo de dejar de manifiesto sus demandas y las preferencias presidenciales de quienes viven en el exterior.

Por lo que se refiere a los candidatos en liza, el empresario Piñera, candidato de la derechista "Alianza por el Cambio", lidera todos los sondeos aunque los analistas prevén un balotaje o segunda vuelta el 17 de enero con el ex presidente Frei, ya que no alcanzaría la mayoría necesaria para alzarse con la presidencia en la primera ronda. El probable ganador es una de las mayores fortunas del país y fue un defensor del régimen de Pinochet. Aunque en 1988 votó que "No" en el plebiscito que permitió volver a la democracia, en 1989 lideró la campaña que pretendió llevar al candidato de la dictadura a La Moneda.

Los otros dos candidatos presidenciales son el ex socialista Marco Enríquez Ominami, que se presenta como independiente; y Jorge Arrate, del pacto Juntos Podemos, dominado por el Partido Comunista. Además, el domingo se renovarán completamente los 120 miembros de la Cámara de Diputados y 17 de los 38 senadores.

Frei, Enríquez Ominami y Arrate provienen del llamado "progresismo" y han formado parte de la coalición oficialista de centro izquierda que gobierna Chile desde 1990. Sin embargo, ninguno de ellos ocupa el primer lugar en las encuestas de opinión que, desde comienzos de año, proyectan el resultado de los comicios.

En cuanto a los electores, están registrados para votar 8.285.186 chilenos, de los cuales el 52,58 por ciento son mujeres. Sin embargo la abrumadora mayoría de los candidatos son varones: los cuatro a la presidencia, 340 de los 415 postulantes a la cámara baja, y 44 de los 52 candidatos al Senado. Las 34.325 mesas instaladas en 367 sedes desde Arica a la Antártida recibirán en un día "bajo ley seca" los sufragios de los electores entre las 8 de la mañana (11 GMT) y las 17 horas (20 GMT). A partir de hoy y hasta mañana quedan suspendidos todos los permisos de porte de armas para los particulares.

En Chile el sufragio es obligatorio -el incumplimiento se castiga con multa- pero sólo para los inscritos en los registros electorales. Quienes no cumplieron ese trámite están exentos de toda sanción. Precisamente tres millones de chilenos mayores de 18 años habilitados para participar en los comicios optaron por no inscribirse. De ellos los dos tercios son jóvenes. Así y todo "este año hay 211 mil nuevos inscritos, de los cuales el 75% corresponde a ciudadanos de entre 18 y 28 años de edad", destacó el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma.

Sea quien sea el vencedor, tendrá una ardua tarea por delante. En Chile queda mucho por hacer. La pobreza y la desigualdad siguen siendo inaceptablemente altas, la economía -pese a una tremenda diversificación durante las últimas décadas- todavía depende en gran parte de las exportaciones de materias primas, especialmente cobre de bajo valor agregado, y el país se está quedando atrás en cuanto a educación, tecnología y otras áreas.


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