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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 22.2.2010

Ha sido el gobierno afgano quien ha comunicado que al menos 33 civiles han muerto en el sur del país a causa de un ataque aéreo que se produjo el domingo. La OTAN, por su parte, ha explicado que su intención era atacar a un presunto convoy insurgente, aunque las fuerzas terrestres se encontraron más tarde "una serie de personas muertas y heridas", entre las que había mujeres y niños. Según ha informado la BBC, un comunicado de las fuerzas aliadas señala que, según sus informaciones, en el viajaban insurgentes talibán con el fin de perpetrar un ataque contra la OTAN y el gobierno afgano.

El año pasado, el comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), Stanley McChrystal, introdujo reglas de combate más estrictas en un intento por minimizar estas bajas, que no contribuyen precisamente a conseguir la colaboración de la población afgana con las fuerzas de ocupación. El caso es que esas reglas han fallado de nuevo porque, según el gobernador de la provincia de Uruzgán, Sultan Ali, todos los muertos en este último ataque son civiles. El general McChrystal ya se ha disculpado ante el presidente afgano, Hamid Karzai, y ha prometido una investigación completa en las últimas muertes. En un comunicado, el comandante indica que la fuerza está "extremadamente afectada por la trágica pérdida vidas inocentes". "He dejado claro a nuestras fuerzas que estamos aquí para proteger al pueblo afgano, y que matar o herir a civiles daña su confianza en nuestra misión", añade.

La presidencia afgana, por su parte, ha emitido un comunicado en el que condena el ataque "en los términos más enérgicos posibles" e insta a la Alianza Atlántica a coordinar sus acciones y a ejercer el "máximo cuidado" antes de llevar a cabo cualquier operación. La coordinación y cautela en las ofensivas son necesarias que "cualquier posible error que pueda resultar en daños a civiles, considerado un obstáculo mayor para un esfuerzo efectivo contra el terrorismo, pueda ser evitar", añade el comunicado.

Este ataque no está vinculado con la Operación Moshtarak que llevan a cabo las fuerzas internacionales y del Gobierno afgano que prosigue en la provincia de Helmand (sur), al sur de la provincia de Uruzgán. Esta operación, que ha entrado en su segunda semana, implica a cerca de 15.000 efectivos y es la mayor realizada en el país centroasiático desde que los talibán fueron derrocados en 2001.

Un ataque aéreo de la OTAN deja al menos 33 civiles muertos en Afganistán