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NUEVATRIBUNA.ES / AGNESE MARRA - 13.09.2010

La aprobación en referéndum de las 26 enmiendas a la Constitución impulsadas por el Gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) se impuso con el 58% de los sufragios, lo que además confirmó que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, tiene las elecciones generales del año que viene casi aseguradas.

La reforma constitucional preocupaba a la oposición laica por una posible vuelta a la religiosidad exacerbada. Sin embargo, el partido conservador-religioso de Erdogan (AKP) ha sabido como transmitir el mensaje contrario. La campaña a favor del ‘si’ no mostraba a imanes ni mujeres veladas, sino jóvenes con la melena al viento que no rechazan una cerveza en un bar.

El primer ministro turco ha insistido a lo largo de estos meses en cómo una reforma de la Constitución podía dejar a Turquía más cerca de Europa, y esa idea también ha calado.
La reforma modifica 26 artículos de la Constitución turca, redactada en 1982 bajo el mandato de la Junta Militar que tomó el poder después de que los tanques comandados por el general Kenan Evren salieran a la calle en la madrugada del 12 de septiembre de 1980. Precisamente ayer se cumplía el 30º aniversario del pronunciamiento.

Gracias al ‘si’ a partir de ahora el poder militar, tradicional guardián de la república fundada por Mustafá Kemal, Atatürk, en 1923, queda supeditado al civil. La presente reforma permite la designación de los funcionarios de los altos órganos judiciales por parte del gobierno. Asimismo, retira la inmunidad judicial a los militares que llevaron a cabo el golpe de estado de 1980, posibilitando su enjuiciamiento. Además los delitos contra la Constitución o la seguridad nacional perpetrados por miembros de las Fuerzas Armadas serán juzgados por tribunales civiles.

El cambio constitucional también beneficia a los derechos civiles ya que se les otorga a los funcionarios el derecho a la huelga y al convenio colectivo. Se refuerza el derecho a la privacidad: las informaciones personales serán accesibles bajo ciertas circunstancias legales o con el permiso expreso de la persona. Se aumenta la protección a determinados sectores de la población como niños, ancianos, discapacitados, viudas, huérfanos y veteranos de guerra.

VENCEDORES Y PERDEDORES

La consecuencia más evidente de la votación del domingo ha sido como la figura del primer ministro ha quedado más que reforzada para los comicios generales del próximo año. El gran perdedor fue el CHP, el mayor partido de la oposición liderado por Kemal Kilicdaroglu, quien se erigía como la gran esperanza para derrotar a Erdogan.

La tercera fuerza que se ha visto consolidada ha sido la del partido prokurdo BDP quienes llamaron al boicot del referéndum. Sus indicaciones fueron seguidas por un altísimo número de militantes, entre el 60 y el 90% de la población kurda, lo que reafirma la posición de esta formación como representante de los kurdos en cualquier negociación futura.

No hubo sorpresa en cuanto a la distribución del voto: en las provincias de costa del Mar Egeo, de tendencia más liberal y próximas a la oposición, ganó el ‘no’. Por otra parte, en Estambul, Ankara y el resto de Anatolia se impuso el ‘sí’.

Los argumentos del ‘si’ y el ‘no’ de la población turca han sido variados. "He votado 'sí': sufrimos mucho en los 80 bajo la dictadura militar y me alegro de tener la oportunidad de cambiar la Constitución que entonces nos impusieron", dijo Zübeyde Matur, 68 años, vecina del conservador barrio de Fatih en Estambul. Mientras que Buket Altaç, estudiante daba sus motivos para rechazar la reforma de la Constitución propuesta por el Gobierno: "¿Ve todas estas mujeres con velo negro? ¡Esto parece Irán! Y tienen cada día más poder. Si se aprueba la reforma, no habrá ya quien ponga freno a los islamistas", dijeron ambos votantes a elmundo.es.

La victoria ha sido mayoritaria y Tayyip Erdogan sabe que Europa está tomando nota de los comicios y de los cambios que en sus últimos ocho años de Gobierno ha impuesto el primer ministro. Ahora sólo falta que la UE le de el otro ‘sí’.

Turquía, ¿más cerca de Europa?