jueves. 28.03.2024

theresa may

Los resultados han provocado un enorme impacto en las filas conservadoras. En voz baja, algunos ya empiezan a cuestionar el liderazgo de May

La Primera Ministra británica, Theresa May, justificó la convocatoria anticipada de elecciones (snap election) para demandar a los electores un mandato sólido y estable que le permitiera negociar en posición de firmeza con la Unión Europea la resolución del Brexit.

El resultado ha sido justo el contrario. May ha perdido la mayoría escasa que heredó de Cameron. Gran Bretaña tendrá eso que por estos pagos se denominada hung Parliament, es decir, un legislativo sin mayoría absoluta con la que un partido puede asegurar una gestión sin sobresaltos.

Los resultados han provocado un enorme impacto en las filas conservadoras. En voz baja, algunos ya empiezan a cuestionar el liderazgo de May. La editora política de la BBC, Laura Kuenssberg, citaba a primera hora de la mañana un comentario shakespearino de un alto cargo del gobierno: “el partido tory es una monarquía absoluta dirigido por una regicida”.

Este efecto boomerang del 8 de junio recuerda al fiasco de Chirac en 1997, cuando el entonces presidente francés adelantó las elecciones legislativas para aprovechar una coyuntura que creía favorable y terminó provocando la derrota de su partido.

El fracaso de May se debe a una combinación de errores de cálculo, una deficiente campaña electoral y cierta inconsistencia política. El oportunismo suele tener las alas muy cortas. El cambio continuo de discurso, el tacticismo extremo, proporciona ventajas muy efímeras. Sostener una cosa y su contraria a veces desconcierta a los rivales, pero terminan confundiendo a los electores, incluyendo a los más fieles o convencidos. Theresa Maybe, la etiquetó THE ECONOMIST.

Theresa May fue elevada prematuramente a la condición de futura gran líder del Partido Conservador. Muy pocos discutieron su candidatura como sucesora del malhadado James Cameron. Ni siquiera muchos de los que ahora ya toman medidas de su ataúd político. La abrumadora mayoría de esa prensa adicta a los tories que domina el panorama mediático de Gran Bretaña contribuyó notablemente a afianzar esa percepción.

La política es cruel y la política británica lo es especialmente. Tiene poca consideración con los derrotados. Y esta victoria conservadora es una derrota en toda regla. Theresa May adoptó el modo Theresa Maybe para contentar a todo el mundo y se ha encontrado con que el electorado la ha convertido en Theresa Maynot. Pronto sabremos si será Theresa out.

De momento, la PM ha manifestado que “no tiene intención alguna de dimitir”.

CORBYN PERHAPS

corbyn  portada

El incremento del voto joven es uno de los factores decisivos en la mejora del Labour

La otra cara de la moneda ha sido Jeremy Corbin. El laborismo no sólo no se ha derrumbado, como predecían rivales, analistas y no pocos exponentes de ala moderada o centrista del partido, sino que ha reforzado su presencia en Westminster con más de una treintena de diputados adicionales.

Se intuía en los últimos días este cambio de la tendencia destructora de los dos últimos años. El fuego amigo contra el contestado líder fue disminuyendo a medida que Corbyn cosechaba éxito tras éxito en una campaña que ha recordado a la de Bernie Sanders.

Corbyn es la antítesis de May. Es un hombre de principios, de convicciones, de coherencia, se compartan o no sus posiciones. Contra todas las previsiones y augurios, contra el relato interesado del pensamiento (casi) único, contra las tendencias abrumadoras de la mercadotecnia política, el veterano político de base, fiel a sus referencias marxistas, Corbyn parece haber devuelto al laborismo un cierto sentido de pertenencia.

Quizás. Sería deseable. Algunos indicadores, aún por confirmar, avalan esta esperanza:

- el incremento del voto joven es uno de los factores decisivos en la mejora del Labour.

- la recuperación de buena parte del voto escocés, en perjuicio de los nacionalistas, que habían logrado arrebatarle el voto progresista con su giro a la izquierda, en comicios anteriores.

- los avances en el norte de Inglaterra, golpeado por la desindustrialización, que se echó en brazos del nacionalismo del Brexit.

Algunos portavoces del laborismo centrista han reprochado con insistencia a Corbyn que se empeñara en repetir sus convicciones izquierdistas en vez de afilar críticas certeras contra Cameron y May. Esta madrugada, el reivindicado líder laborista ha pedido a la jefa del gobierno que dimita, porque “ha perdido votos, apoyos y confianza”.

El triunfo político de Corbyn refuerza la tendencia observada en los últimos meses en la socialdemocracia europea en favor de optar por dirigentes que dicen querer recuperar un discurso más consistente de izquierdas, abandonar definitivamente políticas que han perjudicado a su teórica base electoral y comprometerse activamente con la igualdad y la defensa de derechos de las mayorías sociales.

Theresa 'may-not'; Corbyn 'perhaps'