sábado. 20.04.2024

Terminó el rescate y llegó la hora de hablar en serio de seguridad

Una vez que se han apagado los focos en torno a la mina San José de Chile, quedan en pie todas las dudas y denuncias sobre las medidas para salvaguardar la integridad de los trabajadores de la minería. Hasta ahora, todo indica que han sido prácticamente inexistentes. Veremos si los buenos deseos y las promesas llegan a cristalizar.
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 14.10.2010

“Ojalá nunca más pase esto que pasó aquí. Ojalá nos sirva de experiencia, y que las cosas en la minería chilena sean diferentes”. Esta fue la reflexión de Manuel González, el último rescatista en salir de la cápsula Fénix 2, cerrando así el operativo de salvamento de los 33 mineros atrapados en la mina San José de Chile. El presidente Sebastián Piñera, aprovechando el 'tirón' mediático del rescate que le ha mantenido bajo los focos durante 22 horas, se ha comprometido a un “nuevo trato en materia de seguridad, dignidad, protección y salud” de los trabajadores del país, no sólo en la minería, sino también en otras áreas sensibles. Luis Urzúa, el último de los 33 mineros en salir a la superficie, ha coincidido con el deseo expresado por el rescatista:"Espero que esto nunca más nos vuelva a ocurrir".

Pero ahora, pasado el momento de los discursos y de las grandes palabras ante los micrófonos, toca ponerse manos a la obra y los sindicatos han empezado a preparar el terreno.

El secretario general del sindicato de la mina San José, Javier Castillo, ha denunciado que Chile no ha ratificado el convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre seguridad en las minas. Este Convenio, que en América Latina sólo han ratificado Brasil y Perú, obliga a suspender las actividades por motivos de seguridad y a que haya dos vías de salida independientes en los yacimientos subterráneos.

Según ha declarado Castillo a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), "su apoyo al Convenio sería la mejor forma de comprobar si es efectivo o no el renovado interés de los dirigentes políticos por mejorar las condiciones de trabajo en el interior de los yacimientos". (...) "Si un trabajador se encuentra en una mina con condiciones que no le dan seguridad, automáticamente informa y deja de trabajar, y está protegido por el Convenio. Pero si tú haces eso hoy día en cualquier yacimiento (chileno), te despiden".

La ratificación del Convenio 176 no figura de momento en el paquete de iniciativas anunciadas por el Gobierno de Sebastián Piñera en respuesta al grave accidente minero del pasado 5 de agosto. Esas medidas se limitan a la creación de la Comisión para la Seguridad en el Trabajo, encargada de analizar las normas de higiene y seguridad laboral, y la puesta en marcha de una Superintendencia de Minería. Asimismo, el presidente ha decretado la reestructuración del Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN), el incremento de la financiación para las labores de fiscalización de las minas y la creación de un comité asesor encargado de revisar el Reglamento de Seguridad Minera.

Tanto la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) como la Concertación de Partidos por la Democracia --la coalición centroizquierdista que gobernó Chile entre 1990 y marzo de 2010-- han criticado que en las numerosas comisiones que forman parte del listado, no se haya incluido a dirigentes sindicales y actores sociales.



El yacimiento de la mina San José, de la empresa San Esteban, tiene más de cien años de antigüedad. Antes del derrumbe de agosto de 2010 ya había sufrido otros accidentes, razón por la cual estuvo clausurada desde marzo de 2007 hasta el 30 de mayo de 2008. Ese día, el SERNAGEOMIN autorizó su reapertura. La mina fue cerrada nuevamente el pasado 3 de junio, después de que un minero perdiera una pierna en un accidente laboral, y fue reabierta pocas semanas antes del derrumbe del 5 de agosto de 2010, en el que quedaron sepultados los llamados '33 de Atacama'.

Terminó el rescate y llegó la hora de hablar en serio de seguridad