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NUEVATRIBUNA.ES /AGENCIAS - 14.07.2010

Continúan los disturbios en Belfast. Por tercer día consecutivo, decenas de jóvenes católicos se han vuelto a reunir provocando graves enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en el norte de la capital de Irlanda del Norte.

Al margen de las celebraciones protestantes anuales en el Ulster, la provincia británica que vivió tres décadas de violencia política entre separatistas católicos, partidarios de la unión con la República de Irlanda, y lealistas protestantes, la historia parece repetirse.

El lugar de encuentro y la hora han sido los mismos que en los días anteriores: las calles del barrio de Ardoyne durante la madrugada. En este lugar, un centenar de agentes antidisturbios fueron atacados.

Afortunadamente, la policía norirlandesa (PSNI) ha confirmado que hoy no se han registrado heridos, al mismo tiempo que aseguró que están trabajando con los líderes comunitarios para poner fin a la violencia.

LA ORDEN DE ORANGE

Con motivo de la devolución a Belfast de las competencias de Justicia e Interior, los partidos de la provincia británica habían acordado involucrar a la dos comunidades enfrentadas para decidir conjuntamente las rutas de las marchas protestantes.

No obstante, los planes presentados por los políticos, que entrarán en funcionamiento el próximo año, fueron rechazados la pasada semana por la Orden de Orange, considerada por los católicos como una organización profundamente sectaria.

Por su parte, durante este mes, cientos de miembros de la Orden han marchado por las calles de la región para celebrar la victoria del rey Guillermo de Orange sobre el monarca católico Jacobo II en 1690, en la batalla del Boyne.

A pesar de que esta noche no hubo heridos, podría haber muertos. Los jóvenes exaltados han atacado a las fuerzas del orden con bombas incendiarias, luces láser de alta potencia e incluso armas de fuego. En las calles de la capital norirlandesa se llegaron a escuchar hasta seis disparos de bala.

Desde el pasado domingo, más de 80 agentes de policía han resultado heridos por los disturbios que han sacudido diferentes partes de la capital norirlandesa y otras localidades de la provincia, que han coincidido con las celebraciones protestantes del "Doce de Julio".

Los políticos norirlandeses necesitan una solución inminente para acabar con los disturbios que comenzaron con las celebraciones protestantes del "Doce de Julio".

Para empezar, este miércoles se celebrará una reunión entre el ministro principal norirlandés, el unionista Peter Robinson, y su adjunto en el Gobierno, el republicano Martin McGuinness, con el jefe de la PSNI, Matt Baggott, para analizar la situación.

Este último ha confirmado que la violencia callejera ha causado daños valorados en "millones de libras".

A todo ello el jefe aseguró que en los incidentes participaban chicos de apenas "ocho, nueve o diez años de edad", orquestados por los disidentes del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), opuestos al proceso de paz en la región.

Tercera noche de enfrentamientos entre la Policía y los jóvenes...