viernes. 29.03.2024

El informe, titulado Crisis de salud: ataques del gobierno sirio contra personas heridas y profesionales de la medicina, documenta las torturas y otros malos tratos infligidos, algunos de ellos por personal médico, a pacientes heridos en al menos cuatro hospitales estatales.

Los trabajadores de hospital sospechosos de proporcionar tratamiento a manifestantes y otras personas heridas en incidentes relacionados con los disturbios han sido a su vez detenidos y torturados.

Es muy alarmante que las autoridades sirias hayan dado, según parece, plena libertad a las fuerzas de seguridad en los hospitales, y que en muchos casos el personal de los hospitales parezca haber participado en torturas y malos tratos a las mismas personas a las que se supone que tiene que cuidar”, ha manifestado Cilina Nasser, investigadora de Amnistía Internacional sobre Oriente Medio y el Norte de África.

Dadas la escala y la gravedad de las lesiones que están sufriendo personas de todo el país, resulta preocupante ver que muchos consideran más seguro arriesgarse a no recibir tratamiento por heridas importantes que acudir a centros médicos adecuados”.

“Había a su alrededor unos siete u ocho agentes de seguridad, algunos armados con rifles, y personal de enfermería vestido con bata blanca. Él abrió los ojos y dijo: '¿Dónde estoy?’ Y de repente saltaron todos sobre él y empezaron a pegarle y golpearle”

Amnistía Internacional descubrió que había pacientes que habían sido agredidos por personal médico, por profesionales de la salud y por personal de seguridad en, al menos, los hospitales nacionales de Banias, Homs y Tell Kalakh, y en el hospital militar de Homs.

Un médico del hospital militar de Homs dijo a Amnistía Internacional que había visto a cuatro médicos y más de 20 enfermeros y enfermeras agredir a pacientes.

“Ahmed” fue llevado inconsciente al Hospital Nacional de Tell Kalakh el 22 de agosto, tras ser golpeado por las fuerzas de seguridad. Un testigo lo vio en la sala de urgencias:

“Había a su alrededor unos siete u ocho agentes de seguridad, algunos armados con rifles, y personal de enfermería vestido con bata blanca. Él abrió los ojos y dijo: '¿Dónde estoy?’ Y de repente saltaron todos sobre él y empezaron a pegarle y golpearle”.

También se ha sacado a pacientes de los hospitales. El 7 de septiembre, las fuerzas de seguridad, que buscaban a un presunto jefe de operaciones armado opuesto al gobierno, asaltaron el Hospital de Al Birr wa al Khadamat, en Homs. Al no encontrarlo, detuvieron a 18 personas heridas.

Un trabajador de la salud que estaba presente durante el asalto dijo a Amnistía Internacional que había visto cómo al menos a un paciente inconsciente le retiraban el respirador antes de llevárselo.

Muchas personas, temerosas de las consecuencias de acudir a un hospital estatal, optan por buscar tratamiento en hospitales privados o en hospitales de campaña improvisados y mal equipados.

Unos médicos del Hospital Nacional de Homs dijeron a Amnistía Internacional que el número de ingresos por heridas de bala se había reducido considerablemente desde mayo, lo cual contrasta con el aumento de la cifra de muertos y heridos en las calles.

Un problema importante es que, en Siria, sólo se pueden obtener suministros de sangre del Banco Central de Sangre, controlado por el Ministerio de Defensa, y esto pone a los hospitales privados en un terrible dilema. Un médico que había trabajado en un hospital privado de Homs dijo a Amnistía Internacional:

Tenemos un dilema cada vez que recibimos un paciente con una herida de bala y que necesita sangre urgentemente: si enviamos una solicitud al Banco Central de Sangre, las fuerzas de seguridad se enteran de la existencia de ese paciente, y lo ponemos en peligro de ser detenido y torturado, y posiblemente de morir bajo custodia”.

Los profesionales de la medicina han sido también blanco de los ataques de las fuerzas de seguridad, algunos por tratar a personas heridas, otros como sospechosos de asistir a manifestaciones o filmar a los manifestantes.

El 7 de agosto, unos 20 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad asaltaron un hospital estatal en la gobernación de Homs y detuvieron a siete trabajadores. Uno de ellos habló a Amnistía Internacional sobre su interrogatorio, en el transcurso del cual algunos de sus colegas fueron golpeados con brutalidad:

“Los profesionales de la medicina sirios se encuentran en una situación imposible: obligados a elegir entre tratar a personas heridas o proteger su propia seguridad”

"[El encargado del interrogatorio] preguntó: '¿quieres que te torturemos, o prefieres hablar?’ […] Nos acusó, a mí y a mis colegas, de tratar a personas heridas sin denunciarlas a las autoridades, y me pidió los nombres de esas personas”.

Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades sirias que den a todos los hospitales instrucciones estrictas y claras de que deben aceptar y tratar sin demora a todos los pacientes heridos, y de que deben dar prioridad a los intereses de los pacientes por encima de cualquier otra cuestión.

“Los profesionales de la medicina sirios se encuentran en una situación imposible: obligados a elegir entre tratar a personas heridas o proteger su propia seguridad”, ha manifestado Cilina Nasser.

“Las autoridades sirias deben atender a razones y actuar urgentemente para garantizar que todos los pacientes son tratados por igual, sin discriminación a causa de sus supuestas lealtades o actividades políticas”.

Todas las personas –ya sean profesionales de la salud o miembros de las fuerzas de seguridad– que sean sospechosas de demorar, obstruir o interferir en el trabajo de los profesionales de la salud para proporcionar tratamiento a personas heridas deben rendir cuentas de sus actos”.

Temor en los hospitales de Siria ante los ataques contra pacientes y personal médico