jueves. 18.04.2024

Ollanta Humala juró solemnemente respetar la libertad de prensa y no intentar cambios constitucionales para aferrarse al poderSerá el primer presidente de izquierda del Perú, dejando de lado la dictadura militar de Velasco Alvarado (1968-1975) y al primer gobierno de Alan García. Cumplirá 49 años justo un mes antes de asumir la presidencia. Y llegará a la máxima magistratura en su segundo intento.

Ollanta Humala es un ex militar (fue pasado a retiro en 2004), cuya trayectoria se asemeja mucho a la del venezolano Hugo Chávez. Se sublevó contra un presidente civil, en este caso Alberto Fujimori, que había perdido sus credenciales democráticas tras el autogolpe de Estado. Después sería amnistiado y readmitido en las filas del ejército. Estando todavía en actividad estudió ciencias políticas y después se lanzó al ruedo de la política con un discurso ultranacionalista.

En su primer intento de llegar a la presidencia, hace 5 años, era claramente la versión peruana de Hugo Chávez. Perdió a pesar de haber sido el más votado en la primera vuelta. Ahora, se presentó como aspirante a emular a Lula y hacer de su gobierno una copia del exitoso gobierno brasileño.

Juró solemnemente respetar la libertad de prensa y no intentar cambios constitucionales para aferrarse al poder. En política exterior, expresó su deseo de mejorar las relaciones con Chile, en un esfuerzo para despegarse de la imagen nacionalista extrema. En este sentido es muy significativo que el presidente chileno, Sebastián Piñera, fuera el primer mandatario de la región en llamar para felicitarlo, sin esperar siquiera a los primeros resultados electorales.

Cuál es el Ollanta Humala que gobernará el Perú es todavía una preocupación para muchos peruanos. Su recorrido político ha sido muy sinuoso. Para el analista Martín Tanaka, lo que marca en realidad toda la biografía de Ollanta Humala es la constante mudanza, no la firmeza alrededor de algún programa: “empezó con una mezcla de militarismo velasquista aprendido en los cuarteles y de etnocacerismo fascista aprendido de su padre; a la que sumó un componente conservador y represivo, proveniente de la Escuela de las Américas y de su experiencia práctica como jefe de la base contrasubversiva en Madre Mía”.

De hecho cambió varias veces el programa electoral en las últimas semanas, para hacerse más confiable a la clase media limeña y de la costa, los sectores más difíciles de conquistar. Ha prometido luchar contra la pobreza, pero manteniendo el rumbo económico de sus antecesores, Alan García y Alejandro Toledo.

El objetivo de convencer a un suficiente número de indecisos parece que lo logró, vistos los resultados, pero en el fin de semana muchos ciudadanos compraron alimentos y artículos de primera necesidad como si algo grave fuese a pasar en el país. Pero la mayoría de los analistas peruanos coinciden en que todo parece indicar que va a cesar la violencia verbal que dominó la campaña y que el próximo gobierno apelará al consenso para fortalecer la democracia. 

Quizá la más sorprendente de sus últimas declaraciones las hizo horas antes de las elecciones. Inesperadamente dijo que podría indultar a Fujimori por razones humanitarias. El ex presidente, padre de su rival en las urnas, cumple una condena de 25 años por graves violaciones a los derechos humanos y por corrupción. Igual pena que la que cumple su hermano Antauro, condenado por una sublevación contra el entonces presidente, Alejandro Toledo, que costó la vida a seis personas. Cabe sospechar que si uno es indultado el otro también lo sea, en una maniobra poco auspiciosa para el sistema democrático.

Desde el punto de vista regional, el actual presidente, Alan García, tuvo una buena relación con los gobiernos conservadores, fundamentalmente Colombia y México. Y realmente mala, llegando incluso al enfrentamiento personal, con la Venezuela de Hugo Chávez. Y esto ahora va a cambiar, independientemente del grado de independencia que desarrolle Humala del venezolano. Se acerque más a Caracas o a Brasilia, es evidente que México y Bogotá se verán ahora más solos que antes.

Y esto en un contexto en el que la evolución de la economía peruana es ciertamente envidiable. Con crecimiento sostenido en los últimos años a tasas chinas, muy baja inflación y perspectivas de grandes inversiones.   

La jornada electoral tuvo un hecho luctuoso, con un ataque de Sendero Luminoso que costó la vida a 5 efectivos del ejército. Un suceso inesperado, ya que el grupo terrorista está derrotado hace años y solo se mantienen activos algunos pequeños grupos en la selva, aliados con el narcotráfico. No se puede dejar de pensar que el grupo maoista se dio a conocer coincidiendo con otras elecciones, las de 1980, primeras después de la dictadura militar de Velasco Alvarado y Morales Bermúdez. Y que después vino uno de los períodos más terribles del Perú, con casi 70.000 muertos, la mitad de ellos víctimas del accionar directo de Sendero.

Ollanta logra derrotar al fujimorismo