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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 23.7.2009

El presidente Barack Obama ha admitido este miércoles que es consciente de que muchos estadounidenses son escépticos sobre su extensa reforma del sistema de salud, pero ha asegurado que la recuperación económica del país depende de aplicar el plan de 1 billón de dólares.

Obama, que ha insistido en que "las estrellas están alineadas" para su aprobación este año pese a la fuerte oposición con que cuenta el proyecto en el Congreso, ha advertido de que, de no actuar, se minará la economía, empeorará el déficit y se incapacitará a millones de americanos financieramente.

En una rueda de prensa transmitida anoche por televisión, Obama ha dicho que la mayor fuerza responsable de que el déficit federal esté creciendo son los costes del programa de salud Medicare del Gobierno para los ancianos y los pobres. "Si no controlamos estos costes, no podremos controlar nuestro déficit", ha afirmado tajantemente Obama después de un día más de debate entre los líderes del Congreso para tratar de llegar a un acuerdo sobre el coste y el alcance del plan de salud, que es una alta prioridad legislativa para el presidente.

Las esperanzas de que los legisladores del Congreso puedan cumplir el objetivo de Obama de aprobar una versión inicial antes del receso de agosto comienzan a disminuir, pero el presidente se ha mostrado convencido de poder lograrlo este año a pesar de todos los obstáculos.

Obama ha pedido a los líderes del Congreso que ayuden a los estadounidenses que se enfrentan a mayores primas de seguros sanitarios. Pero su plan cuenta con la oposición de ambos partidos. Un grupo de demócratas conservadores ha afirmado que la ley está estancada porque no hay información sobre cómo ahorrará dinero el Gobierno o cómo se pagará el nuevo sistema de salud.

Demócratas liberales han opinado por su parte que están preocupados por que el proyecto no sea suficiente y los republicanos han atacado el plan, criticando su valor estimado de más de un billón de dólares. "Si intentan solucionar el sistema de salud como intentaron rescatar la economía, entonces creo que realmente tenemos un enorme problema", ha sentenciado el líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner.

El presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, Max Baucus, ha informado de que los miembros de la comisión se están reuniendo a puerta cerrada para negociar un acuerdo bipartidista para lograr avances, pero el senador republicano Orrin Hatch, que abandonó la reunión, ha anunciado que no apoyará el plan tal como está. "Llevará tiempo, pero llegaremos (a un acuerdo)", ha señalado Baucus para tratar de serenar los ánimos.

Obama ha aumentado su implicación reuniéndose el martes con representantes demócratas rebeldes en la Casa Blanca y organizando actos sanitarios durante toda la semana, empezando por la rueda de prensa transmitida por televisión a todo el país.

La modificación pretende crear un programa de seguro dirigido por el Gobierno que compita con las aseguradoras privadas, ampliando la cobertura a casi todos los 46 millones de estadounidenses que carecen de protección médica y controlando los crecientes costes que suben más rápido que la inflación.

La Asociación Médica de Estados Unidos ya ha manifestado su respaldo a los objetivos de la amplia reforma que quiere impulsar Obama, afirmando que "el status quo es inaceptable". También tiene el apoyo de fabricantes farmacéuticos y de muchos hospitales.

Obama vincula la recuperación económica a su ambiciosa reforma sanitaria