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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 16.3.2009

AIG ha sobrevivido gracias al dinero de los contribuyentes, ya que recibió hasta 180.000 millones de dólares de un rescate estatal. Y actualmente está pagando 165 millones de dólares (unos 127 millones de euros) en primas. Para Obama, "ésta es una corporación que se encontró con el desastre financiero debido a la imprudencia y la codicia", y "bajo estas circunstancias, es difícil entender cómo los gestores de derivados en AIG justifican cualquier prima, mucho menos 165 millones de dólares en pagas extras". Obama, incluso, ha planteado la pregunta directamente a los gestores de AIG: "¿Cómo justifican ellos este escándalo a los contribuyentes que están manteniendo la empresa a flote?"

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, que tiene el encargo de impedir que se paguen las primas, tiene también en sus manos una carta del consejero delegado de AIG, Edward Liddy, en la que le explica que la aseguradora estaba obligada a completar los pagos de 2008 retenidos a los empleados, pero que había acordado reestructurar su sistema para las primas en el futuro.

Precisamente Obama ha señalado que una reforma completa de la regulación financiera es vital para asegurar que esto no vuelva a ocurrir y ha añadido una reflexión, la de que el Gobierno necesita "de algún tipo de mecanismo de resolución para tratar con instituciones financieras en problemas, para que tengamos más competencias para proteger a los contribuyentes estadounidenses y a nuestro sistema financiero en casos como éste".

Tras detenerse para toser, Obama ha reconocido textualmente estar "atragantado por la rabia". "No tenemos todas (...) las atribuciones reguladoras que necesitamos. Y esto es algo en lo que espero trabajar con el Congreso para afrontarlo en las próximas semanas o meses", ha añadido.

EL MOMENTO DE DESPEDIR

Barney Frank, que preside el Comité de Servicios Financieros en la Cámara de Representantes, ha opinado que sería el momento para despedir a algunos empleados de AIG.

En medio del creciente escándalo por los 165 millones de dólares en primas para los ejecutivos de AIG, Frank ha comentado que los directivos de la firma "pueden tener el derecho a sus primas pero no tienen derecho a conservar sus empleos eternamente". El Gobierno federal es ahora el dueño de un 80 por ciento (de AIG)", ha recalcado Frank. "Estas primas están yendo a las personas que arruinaron las cosas enormemente (...) Dado que el Gobierno federal (...) ahora esencialmente es dueño de la firma, tal vez es hora de despedir a algunos".

Obama se "atraganta por la rabia"