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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 16.11.2009

Durante un discurso en Shanghai, pronunciado ante un grupo de estudiantes, Obama ha defendido que China y Estados Unidos "no tienen que se rivales" porque unas buenas relaciones entre Pekín y Washington pueden conducir a un mundo más próspero y pacífico. E, inmediatamente después, ha añadido: "Las libertades de expresión, culto y el acceso a la información son, en nuestra opinión, derechos universales". (...) "Deberían estar al alcance de todo el mundo, incluidas las minorías étnicas y religiosas, ya estén en Estados Unidos, China o en cualquier otro país".

El viaje de Obama a China es visto como el punto clave de la gira por Asia de una semana que ya le condujo a Tokio y a Singapur y que tras Shanghai y Pekín lo llevará a Corea del Sur.

Obama insistió en un discurso en Tokio en que quiere mostrar a Pekín que Washington no es un rival sino un socio de China. Por su parte, China ha acusado este lunes a Estados Unidos de aumentar el proteccionismo y ha dicho que las peticiones de Washington para que permita el incremento del valor de su moneda, el yuan, son "injustas". EEUU lamenta que China mantenga artificialmente bajo el valor del yuan para incrementar sus exportaciones.

Sin embargo, el ministerio de Comercio chino no parece dispuesto a plegarse a estos requerimientos y ha reiterado que el Gobierno mantendrá al yuan estable. "Hay que crear un ambiente estable y previsible para las empresas, incluyendo políticas económicas y cambiarias (estables), para permitir que la economía global crezca regularmente y que las exportaciones de China se recuperen", ha declarado el portavoz del ministerio de Economía, Yao Jian. Yao ha acusado a Estados Unidos de haber "continuado" permitiendo que el dólar cayera "para incrementar su competitividad", al tiempo que pedía una apreciación del yuan.

COPENHAGUE SE DILUYE

En cuanto al cambio climático, era uno de los temas en la agenda de Obama en su visita a China. Sin embargo, antes de partir rumbo a Shanghai desde Singapur, los líderes mundiales reunidos en la cumbre de Apec le dieron un duro golpe a la próxima cita sobre cambio climático de Copenhague, al anunciar que es "poco realista" que se logre un acuerdo definitivo, con metas vinculantes de reducción de emisiones, en ese encuentro. La reunión de la capital danesa apostaba a ser un punto de inflexión en la lucha contra el calentamiento global. Sin embargo, la declaración de Singapur puede convertir la cita en sólo un paso más en la búsqueda de un compromiso global frente al tema.

"Los líderes, incluido Obama, evaluaron que es poco realista esperar que un acuerdo internacional completo y legalmente vinculante pueda ser negociado entre ahora y Copenhague, que comienza en 22 días", dijo Michael Froman, asesor adjunto de seguridad nacional para temas de economía internacional de la Casa Blanca. El primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, había viajado durante la noche desde Copenhague para estar presente en el encuentro e intentar una salida para salvar la cumbre. Así, finalmente, los líderes de los países de Apec -que reúne a varios de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo, como China, Estados Unidos, Indonesia y Australia- se comprometieron a lo que se ha denominado un acuerdo a dos pasos.

En Copenhague se buscaría ahora sólo una declaración "políticamente vinculante" para que los mandatarios se comprometan a seguir adelante en la búsqueda de un acuerdo definitivo. Sin embargo, los compromisos específicos que inicialmente eran el objetivo de la cita danesa -es decir, fijar cuotas y porcentajes de reducción de emisiones de CO2 de aquí al 2020 y 2050- quedarían para otra reunión en México, cuyo Presidente, Felipe Calderón, fue uno de los organizadores de la cita en Apec para tratar el tema climático. Obama habría defendido esa propuesta, señalando que "no se debe dejar que lo perfecto sea enemigo de lo bueno".

Uno de los principales obstáculos para alcanzar un acuerdo vinculante en Copenhague eran precisamente los problemas internos que enfrentaba Obama para impulsar un compromiso de Estados Unidos y las presiones de China. Beijing había insistido en que no estaba dispuesto a ningún compromiso obligatorio sobre límites de emisiones (aunque ha dado pasos hacia una reducción de emisiones) y exigía un mayor compromiso de Washington. China y EEUU representan juntos el 40% del total de emisiones de gases de efecto invernadero. Por eso, según algunos, el acuerdo de Singapur aparece como un triunfo para el gobierno chino y una derrota para Obama, que apostaba a abordar el tema en Beijing con Hu Jintao y lograr un compromiso más concreto de parte de China en la cita danesa.

Obama defiende en China la libertad de expresión y culto y el acceso a la...