jueves. 25.04.2024

Nicolas Sarkozy o Jean-Marie Le Pen: ¿Cuál es la diferencia?

AGNESE MARRA
“Incitación al odio” o recuerdos de la “persecución nazi” es como han tildado las nuevas políticas de Nicolas Sarkozy. Las críticas no vienen de la izquierda sino de su propio partido que ha declarado tener “vergüenza” de un líder que propone, entre otras cosas, que los franceses de padres extranjeros sean expulsados del país si cometen algún delito. Hasta la ONU quiere pararle los pies.
NUEVTRIBUNA.ES 16.08.2010

La Francia de ‘Igualdad, Libertad y Fraternidad’ se ha hecho añicos. En las últimas semanas el emblema de la revolución se ha convertido en frases del tipo: “incitación al odio”, “persecución como en los campos de exterminio nazi”, “horror” o “vergüenza”. Todas estas ‘buenas palabras’ y este giro al fascismo bastante peligroso lo ha provocado el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.

En uno de los momentos de más baja popularidad, Sarkozy ha apostado por la vieja receta de buscar un enemigo común y acabar con él para que el presidente se vaya de rositas. Al más puro estilo del fascista Le Pen, Sarkozy ha iniciado una campaña de persecución de gitanos, además de anunciar una nueva Ley en la que los franceses hijos de extranjeros puedan ser expulsados de su país si llegaran a cometer un delito.

Desde el 28 de julio más de 40 poblados han sido erradicados y 700 personas han sido repatriadas a Bulgaria y Rumanía. Las imágenes de la Policía francesa golpeando a los gitanos, arrastrando a madres con sus hijos por el suelo para sacarlas de sus casas se repiten a diario en los informativos, ante un público que tiende a permanecer impasible.

Al menos así lo avalan encuestas de diarios como Le Figaro, según el cual el 79% de los entrevistados se declara a favor del desmantelamiento de los poblados gitanos, mientras que el 70% se mostró a favor de quitarle la ciudadanía a los extranjeros que cometan delitos.

En otra encuesta, publicada por el diario comunista L'Humanité, el 62% considera necesarios los desmantelamientos y el 57% está de acuerdo con las medidas relativas a la ciudadanía. Sarkozy también ha salido ganando en las encuestas, ya que su popularidad ha subido dos puntos, alcanzando el 34%, haciendo que los franceses se olviden del escándalo Bettencourt para centrarse en el ‘enemigo inmigrante’.

LA ONU AMENAZA A SARKOZY

Los índices de popularidad o el resultado de determinadas encuestas no han servido para evitar el chorreo de críticas que ha recibido Sarkozy tanto desde su propio partido como desde Naciones Unidas.

El primero en mostrar su repulsa fue un diputado de Unión por un Movimiento Popular (UMP) – el partido de Sarkozy-, quien calificó de “innoble” la política de desmantelamiento de los campamentos de gitanos: “¿Se puede ser diputado de la República francesa y no reaccionar ante esta inhumana manera de separar a las familias?”, denunció, tras asistir “horrorizado” el sábado al levantamiento de uno de los campamentos.

Alain Juppé, líder histórico del UMP, ha utilizado su blog para dedicarle duras críticas al presidente francés: “Ni la situación de la inmigración en Francia ni los niveles de inseguridad justifican que se aborden medidas que conducen a exageraciones poco compatibles con sus valores nacionales”.

Otro diputado del UMP, Jean-Pierre Grand, se mostró indignado ante las medidas “racistas” de su compañero de partido: “Este tipo de actuaciones sólo sirve para una cosa: para colgar al Gobierno la etiqueta de abominable”, sentenció Grand, después de añadir que “estos métodos recuerdan a las redadas nazis contra los judíos en la II Guerra Mundial”.

Naciones Unidas también ha puesto el grito en el cielo y el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU (CERD) ha denunciado la “falta de voluntad política” de París ante el “recrudecimiento” de los actos racistas en el país de los derechos humanos.

La ONU examinó con lupa la política francesa hacia las minorías en el marco del examen periódico de los países que ratificaron la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial de 1965.

El debate, que habitualmente es muy técnico, tomó un tono político luego de las estrepitosas declaraciones de estas últimas semanas del presidente francés, Nicolas Sarkozy. Francia se enfrenta a “un recrudecimiento notable del racismo y de la xenofobia”, lanzó el experto togolés Kokou Ewomsan durante un intenso debate de más de dos horas que empezó el miércoles.

“¿Cómo se puede entender que los gitanos puedan ser extraditados como si no pertenecieran a la Unión Europea?”, preguntó el experto argelino Nurredin Amir. “No sabía que en un mismo país, se podía hacer la diferencia entre un ciudadano de primera y de segunda categoría”, añadió.

“No entiendo qué es un francés de origen extranjero”, y “me pregunto si es compatible con la Constitución”, señaló el experto turco, Gun Kut, refiriéndose a la propuesta de Sarkozy de retirar la nacionalidad francesa a algunos delincuentes de origen extranjero.

El relator estadounidense Pierre-Richard Prosper remató: “Lo que hace falta en Francia, es una verdadera voluntad política”, dijo.

Las ONG se congratularon por las preocupaciones de los expertos internacionales acerca de las “derivas recientes del presidente francés”. Francia, donde se observa “un clima general de endurecimiento de la xenofobia”, “fue puesta en la picota” como nunca, consideró Malik Salemkour, de la Liga de los Derechos Humanos.

El próximo 27 de agosto el CERD concluirá su sesión y le entregará a Francia una serie de recomendaciones para que abandone sus actuales políticas “racistas”. Sarkozy deberá tener cuidado porque tal y como rezan sus nuevas leyes hasta él podría perder la nacionalidad francesa si se viera inmiscuido en algún tipo de delito. ¿O es que tan pronto ha olvidado sus orígenes húngaros y griegos?

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