Un día después de la violenta y sangrienta jornada en la capital yemení, Saná, por las explosiones y enfrentamientos armados en varios distritos del norte de la ciudad entre las fuerzas revolucionarias y las gubernamentales, las mujeres decidieron concentrarse este miércoles.
Varios cientos de mujeres yemeníes de todas las edades se han reunido hoy en una de las arterias principales de Sana, tirando sus velos al suelo y prendiéndoles fuego.
Las activistas cantaron "¿quién protegerá a las mujeres yemeníes de los matones, quién se quedará por nosotras?". En los últimos días, varias mujeres en las protestas han sido disparadas por francotiradores, señaladas entre la multitud y ejecutadas. Los niños también han sido víctimas del régimen ya que muchos fueron disparados o murieron por la explosión de granadas de mortero.
Las mujeres han denunciado al régimen y particularmente a Salé por sus ataques contra ellas y sus hijos, pero también han protestado contra el General disidente Alí Mohsen, que respalda a los manifestantes, a quien criticaban por no haber hecho lo suficiente para protegerlos.
"¿Envió ayuda? No. ¿Se vengó? No. Somos la madre, hija y hermana de Yemen, los hombres nos deben protección; deberían dejar de lado sus vidas para protegernos. La culpa es del que pone la mano sobre una mujer o un niño", declaró al 'Yemen Post' una activista de unos cincuenta años que prefirió permanecer en el anonimato.
Otras mujeres jóvenes decidieron quitarse todas juntas el 'niqab' (velo que cubre la cara) en protesta contra el régimen y gritaron que querían morir descubiertas. También se entregaron folletos en los que ponía: "esta es una súplica de las mujeres libres de Yemen, quemamos nuestro velo frente al mundo para que sean testigos de las masacres dirigidas por el tirano Salé".
