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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 16.06.2009

Un día después de que Benjamin Netanyahu llamara a los palestinos a retomar las conversaciones de paz tras denunciar su propia hoja de ruta para el reconocimiento del fragmentado estado palestino, el mundo árabe se ha sumado al rechazo que provocaron el domingo en Gaza y Cisjordania las condiciones señaladas por el primer ministro israelí.

Una postura que contrasta con el optimismo de EEUU y el Consejo de la Unión Europea, cuyo residente de turno, Jan Kohout, dijo que Israel ha dado "un paso en la dirección correcta" con el respaldo a la creación de un estado palestino; la misma valoración expresada por el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, para quien "el Gobierno del Likud ha reconocido formalmente la solución de dos estados".

Ambos diplomáticos se reunieron en Luxemburgo con el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, el ultraderechista Avigdor Lieberman, quien ofreció luego una versión matizada de la postura oficial.

"Creemos que podríamos empezar negociaciones con los palestinos sin condición previa alguna", dijo Lieberman, que añadió: "Tenemos derecho a mantener nuestra posición y todas las partes tienen el derecho a hacerlo".

Israel, dijo el canciller israelí, está dispuesto a "escuchar cuál es la posición palestina" y a sostener conversaciones con todo país árabe de nuestra región".

Frente a esa oferta de diálogo se elevó la postura crítica del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, quien rechazó la exigencia de que los palestinos deben reconocer a Israel como "el hogar nacional del pueblo judío". Una condición que, dijo, "aborta cualquier oportunidad para traer la paz".

El octogenario presidente egipcio recordó, durante un acto militar en la ciudad de Anshar, que cuando se entrevistó el pasado 4 de junio con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le transmitió que "el llamamiento de Israel para ser reconocido como un Estado judío desembocaría en un agravamiento de la situación".

Esta cuestión es una pretensión rechazada tanto por palestinos como por el mundo árabe. Detrás subyace el temor a que desactive el derecho de retorno de los millones de refugiados palestinos (que residen en países como Líbano, Jordania, Siria, entre otros), avalado por la ONU y asunto clave en la negociación.

Mubarak aseguró que "la pretensión de eliminar de la Iniciativa de Paz árabe el derecho al retorno de los palestinos no será aceptada en Egipto ni en ningún otro país".

Netanyahu, que el domingo se dirigió a la opinión pública desde una tribuna en una universidad de Tel Aviv, manifestó que el problema de los cuatro millones de refugiados palestinos "debe resolverse fuera de las fronteras de Israel".

Allí dijo que Israel sólo aceptaría un estado palestino que esté "desmilitarizado" y que reconozca a Israel como Estado judío y a Jerusalén como capital indivisible de dicho estado hebreo, entre otras cuestiones clave.

Mubarak rechaza la exigencia de reconocer Israel como Estado judío