Mercados de esclavos en Libia se nutren de migrantes africanos

Cientos de personas que circulan por las rutas migratorias de África del norte terminan en los modernos mercados de esclavos de Libia, denuncian sobrevivientes, «lo que se suma a una larga lista de atrocidades» cometidas en ese país, precisó la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados.

Incluso, la Corte Penal Internacional (CPI) evalúa la posibilidad de investigar las denuncias, informa Baher Kamal [1] (IPS)

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Migrantes africanos retenidos en Libia

Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ya dio la voz de alarma después de que su personal en Níger y Libia recogiera el primer fin de semana de este mes varios testimonios de víctimas de tráfico procedentes de varias naciones africanas como Nigeria, Ghana y Gambia.

Los entrevistados describieron mercados de esclavos donde se venden y se compran personas y se atormentan a cientos de jóvenes africanos rumbo a Libia.

Funcionarios de la oficina de la OIM en Níger informaron el 11 de abril del rescate de un senegalés que en la segunda semana de este mes podría regresar a su país tras varios meses de cautiverio, relata el informe.

El joven relató que cuando se dirigía al norte a través del Sahara llegó a la ciudad de Agadez, en Níger, donde le pidieron unos 320 dólares para seguir hacia Libia, señala la OIM.

Uno de los traficantes le dio alojamiento hasta el día de su partida, que sería en un camión. Pero cuando este llegó a Sabha, en el sudoeste de Libia, el conductor insistió en que el traficante no le había pagado y que llevaría a todo el mundo a un sitio de estacionamiento, donde el joven se encontró con un mercado de esclavos.

«Los libios venden y compran migrantes subsaharianos, con apoyo de ghaneses y nigerianos que trabajan para ellos», denunció el personal de la OIM en Níger.

Larga lista de atrocidades

«Las últimas denuncias de mercados de esclavos se suman a la larga lista de atrocidades» en Libia, subrayó el jefe de operaciones y emergencias de la OIM, Mohammed Abdiker: «La situación es terrible. Cuanto más trabajamos dentro de libia, más nos enteramos de que es un valle de lágrimas para demasiados migrantes», observó.

En los últimos meses, el personal de la OIM en Libia logró acceder a varios centros de detención, donde ahora se esfuerzan por mejorar las condiciones, indicó.

«Sabemos que los migrantes que caen en manos de traficantes sufren malnutrición, abusos sexuales y hasta asesinato. El año pasado, supimos que catorce personas murieron en un solo mes en uno de esos sitios a causa de enfermedades y malnutrición. Nos enteramos de fosas comunes en el desierto», describió Abdiker.

En lo que va del año, la Guardia Costera libia y otras encontraron 171 cuerpos arrojados a las costas por las olas del mar Mediterráneo procedentes de barcos que naufragaron, además de las miles de personas rescatadas, apuntó.

Vendidos en plazas o estacionamientos

«Los migrantes que se dirigen a Libia para tratar de llegar a Europa no tienen idea de la tortura que les espera solo en la frontera», indicó Leonard Doyle, portavoz de la OIM en Ginebra. «Se vuelven mercancía que se compra, se vende y se descarta cuando ya no tiene valor», acotó.

Muchas víctimas relatan que personas del lugar los venden «en plazas y garajes» de la sudoccidental ciudad libia de Sabha o también los propios conductores que los cruzaron por el desierto del Sahara: «Para difundir el mensaje sobre los peligros en toda África, registramos el testimonio de migrantes que sufrieron ese trato y lo propagamos por las redes sociales y las emisoras locales de FM», indicó.

«Desgraciadamente, los mensajes más creíbles son los de migrantes que regresan a su país con ayuda de la OIM. Son personas emocionalmente devastadas, violentadas y que sufrieron varios abusos, incluso sexuales. Sus voces tienen más peso que la de cualquiera», añadió Doyle.

El número de migrantes que han cruzado el Mediterráneo este año se acerca a las 50 000 personas, con 1309 fallecidas, indicó la agencia.

La OIM surgió de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) hace 65 años. En el atribulado continente europeo ningún gobierno podía ayudar por sí solo a los sobrevivientes que no buscaban más que una oportunidad para reanudar sus vidas en libertad y con dignidad.

La primera encarnación de la agencia se creó para reubicar a los refugiados durante el período de posguerra.

Posible investigación de la Corte Penal Internacional

A la luz de las denuncias de la OIM, la fiscal de la CPI informó el 8 de mayo de 2017 al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que su oficina analizaba la posibilidad de iniciar una investigación sobre los delitos denunciados en Libia, entre ellos el de tráfico humano.

«Mi oficina sigue reuniendo y analizando la información relacionada con los graves delitos generalizados cometidos contra migrantes que buscan cruzar Libia», indicó Fatou Bensouda en una reunión del Consejo de Seguridad dedicada a la situación en el norte de África.

«Estoy igualmente preocupada por los relatos creíbles de que Libia se ha convertido en un mercado para el tráfico de seres humanos», apuntó. Y añadió que su oficina «analiza con detenimiento la factibilidad» de abrir una investigación, de cumplirse los requisitos en materia de jurisdicción de la CPI.

«Horrendos abusos» a manos de traficantes

Mientras, una de cada 35 personas mueren en el mar Mediterráneo tratando de llegar del norte de África a Italia, informó la OIM el 8 de este mes, antes de reclamar «alternativas creíbles a esos cruces peligrosos para las personas que necesitan protección internacional».

«Salvar vidas debería ser la principal prioridad de todos y, a la luz de las últimas llegadas, reclamo más esfuerzos para rescatar a las personas de esa ruta peligrosa», indicó Filippo Grandi, responsable del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Mediterráneo central, con los traficantes trasladando personas de las costas de Libia a las de Italia, se ha vuelto particularmente mortal. En mar abierto, unas 1.150 personas desaparecieron o murieron este año.

A raíz de relatos de sobrevivientes recibidos por Acnur, Grandi se mostró «profundamente impactado por la violencia de algunos traficantes».

En 2016, Acnur registró un número de muertes en el mar como no se había visto nunca antes. Los naufragios se deben al creciente número de pasajeros abordo, a la peor calidad de los barcos y al mayor uso de embarcaciones de goma, en vez de madera.

  1. Traducido por Verónica Firme
  2. Publicado inicialmente en IPS noticias

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