miércoles. 24.04.2024
marruecos
Abdelillah Benkirane

Tras tres meses viviendo una profunda crisis en el panorama político marroquí, el pasado jueves el rey Mohamed VI nombró un nuevo gobierno, siendo así el segundo gobierno del islamista Abdelillah Benkirane. Desde entonces muchos medios de comunicación tanto nacionales como internacionales se hicieron eco del acontecimiento. No obstante, también ha sido un tema que ha creado mucha polémica entre activistas y entre usuarios de las redes sociales que han investigado acerca de los perfiles prfesionales así como académicos de los actuales ministros, el incremento innecesario del número de ministros en el nuevo gobierno entre otros asuntos.

En esta ocasión, se percibe claramente que el Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), presidido por Abdelillah Benkirane ha perdido peso respecto al gobierno anterior, transfiriendo así el poder a otros socios tales como el Reagrupamiento Nacional de los Independistas (RNI), el Movimiento Popular y el Partido Progreso y del Socialismo (excomunistas).  Todo ello, es consecuencia de la dimisión de los ministros del Partido Istiqlal, el pasado mes de julio, tras varios enfrentamientos provocados por las medidas llevadas a cabo por el ejecutivo islamista.

Las negociaciones para formar un nuevo ejecutivo han durado varios meses, tal retraso no se debe ala tipología de programa del gobierno, puesto que no podemos hablar de la existencia de un programa independiente al gobierno, sino de un interés manifestado por las instituciones del Makhzen por restituir ciertos ministerios a los que había renunciado bajo presión de las protestas sociales, desde los comienzos de la llamada “primavera árabe” en Marruecos, así como el interés del PJD de permanecer al mando del gobierno apesar de ceder un mayor número de carteras a otros partidos.

El Partido Justicia y Desarrollo, llegaron hace dos años al gobierno bajo el lema de acabar con la corrupción tanto en el ámbito económico como en el ámbito político, así como prometieron no tener trato con políticos corruptos. Todos recordamos duras campañas de los parlamentarios del PJD contra los militantes del RNI así como contra su Secretario General Salah Eddine Mezuar, quien curiosamente es el actual Ministro de Asuntos Exteriores, esta es una de las infinidades paradojas de los políticos y de las políticas de nuestro país, a la cual no podemos encontrar ningún tipo de explicación ni ninguna lógica. Y es aquí donde me pregunto: ¿Dónde están aquellos “ejemplares”  principios del PJD? ¿A qué precio han renunciado a ellos? ¿O simplemente se trata de estrategias pragmáticas con buenas intenciones por el bien de la nación?

Como todos sabemos, el PJD ganó las elecciones en noviembre del 2011, fruto de la situación política en la que se encontraba el país tras la creación del movimiento 20 de Febrero, dando lugar a una reacción estratégica de la institución monárquica, modificando así la constitución marroquí. Por ello, cuando el PJD conformó su primer gobierno, las instituciones del Makhzen no tuvo otra opción que permitir que el Ministerio de Asuntos Exteriores quedara en manos de los islamistas. Sin embargo, en este segundo ejecutivo observamos que los islamistas se ven obligados a renunciar a varias carteras para poder mantener el poder y seguir en el gobierno, incluso aún teniendo en cuenta que los nuevos partidos que entran en el gobierno son de ideología totalmente contraria a ellos.

Con este nuevo gobierno está claro, que el PJD está realizando un gran sacrificio cediendo algunos de los ministerios de más peso así como ampliando el número de ministerios para contentar a todos los partidos para que la coalición pudiera hacerse efectiva. No obstante, el ejecutivo islamista congeló el proceso de empleo, aumentó el precio del combustible y consecuentemente se dará la subido de artículos de primera necesidad, con el pretexto de que estamos viviendo una situación mala económicamente hablando. El aumento de número de ministros significa un notable aumento de la gestión del presupuesto, lo que supone un aumento de un incremento de gasto de los fondos públicos.

Y es aquí donde muchos funcionarios se preguntan ¿ Cómo es posible que países del tamaño y de la talla de la República Popular de China, tengan tan sólo 14 ministros, mientras que Marruecos un país minúsculo cuenta con un total de 39 ministros? Hubo muchas reacciones ante el resultado del nuevo gobierno, dando lugar así a un humor negro en las redes sociales. Muchas son las personas las que solicitaron la ampliación del número de ministros a 40 para que así pueden ser nombrados como el “gobierno de los 40 ladrones”.

¿Cómo es posible fraccionar el ministerio de educación en 4 ramas, cuando el sueldo de cada uno de los ministros supera por completo el presupuesto para la investigación científica en Marruecos?  Y muchas más preguntas cuyas respuestas están en el aire.En este nuevo ejecutivo de Abdelillah Benkirane, destaca por una falta de creatividad a la hora de nombrar nuevos ministerios, un claro ejemplo es la repetición de las palabras “asuntos sociales” en tres distintos ministerios.

Por otra parte, se aprecia una evidente vuelta de los tecnócratas al panorama político del país llegando a ocupar dos de los miniserios más importantes, tales como el Ministerio del Interior ocupado por Mohamed Hasad y el Ministerio de Educación por Rachid Belmokhtar, lo que representa una fuerte presencia de ministros del palacio en el actual gobierno islamista. Todo ello, supone una falta de credibilidad así como pérdida de peso político del PJD. Para terminar, hay que destacar que se ha producido una notable ampliación del número de ministras de una en el pasado ejecutivo a 6 mujeres en el actual gobierno, otro hecho que demuestra el debilitamiento del partido islamista.

Este nuevo ejecutivo tendrá entre su lista de prioridades en la política exterior, figurará la cuestión del Sáhara, sobre las que gravitan todas los demás asuntos, lazos económicos con las monarquías del Golfo con vistas a préstamos e inversiones, una sólida y férrea alianza con Francia, una mejora de las relaciones con la UE (especialmente con España), así como una colaboración con EEUU en la guerra contra el terrorismo.

Más ministros y todos contentos