martes. 16.04.2024
rif

Tras la primavera árabe, Marruecos parecía a salvo, había logrado sofocar las movilizaciones del movimiento 20 de febrero. Incluso había logrado imponer una nueva constitución y un nuevo consenso, por algo era la excepción ¿verdad? Lo que nadie tuvo en cuenta es que en el fondo el régimen marroquí es muy frágil y en cierta medida muy mediocre. La zona del Rif lo está demostrando a las claras. Un hecho que en otro país, democrático por supuesto, hubiera pasado por asesinato por negligencia y una tragedia que merecería toda la atención de las autoridades, el régimen con su ineptitud lo convierte en motivo de movilizaciones masivas que aún no sabemos cómo concluirán.

En octubre del pasado año, un pescador, Mohsin Fikri, murió triturado en un camión de basura, el hecho en sí ya es dramático como para merecer el máximo interés de la más alta autoridad del Estado, máxime cuando se trata de una región históricamente muy hostil con el gobierno central y con un sentimiento identitario muy fuerte. Lejos de actuar, el régimen opta por la estrategia tradicional que hasta ahora le ha dado buenos resultados pero, poco a poco ha ido erosionándose, entre otras cosas, por el uso y abuso del propio régimen. En primer lugar, optó por ignorar el profundo sentimiento de humillación de la población rifeña; en segundo lugar, cuando las movilizaciones evolucionaron hacia demandas sociales mucho más amplias las autoridades, con su visión miope, optaron por la denigración de la población acusándoles de separatistas y construyendo un muro de contención entre éstos y el resto de los marroquíes, como si el Rif no formase parte del país. 

Por último, desató una brutal ola de represión, que se culminó el día antes de ramadán.  cuando supuestamente el sentir religioso es más fuerte y aprovechando un hecho que podría pasar por anecdótico, esto es, la intervención del líder de la movilizaciones, Samir Zafzafi, en una mezquita, para reprocharle a este su discurso. El imán excediendo su papel espiritual en el sermón del viernes llegó a acusar a los rifeños de secesionistas y de querer sembrar la disensión en el país. Tras este hecho, el régimen desató una ola de detenciones, que a la hora de escribir estas líneas ya han alcanzado ya a más de 40 personas, entre ellas varios menores de edad. De los cuales 29 aún siguen bajo arresto, además, y según los abogados de los mismos, muchos han sufrido tortura física y psicológica.  

Cuando hablaba antes de la debilidad y la mediocridad del régimen marroquí no revanchismo por ser rifeño. Lo cierto es que a pesar de la imagen de excepción que el régimen tiene en Europa, ésta no deja de ser una construcción interesada debido a los enormes intereses,  económicos, políticos y de toda índole. 

  1. A lo largo de estos siete meses de movilizaciones, el régimen con su actuación logró construir, al menos en parte de la sociedad marroquí, la imagen de que la lealtad de los rifeños al país no está comprobada, cuando en realidad las demandas de la gente demostraban todo lo contrario. La exigencia estrella de la población del Rif es la desmilitarización de la región, que se debe a un decreto de 1958, es decir que la población quería normalizar su relación con el Estado central mientras éste es quien verdaderamente se niega. 
  2. La zona del Rif, es una de las más rurales del país y junto a ello de las más pobres, ello se traduce en una enorme falta de infraestructuras esenciales como hospitales, carreteras, vivienda, universidades,etc. Esta fue otra de las demandas más importantes de los movilizados, lejos de diseñar un programa de inversiones públicas que satisfaga dichas demandas, el Régimen optó por ignorarlas. Este aumentó el sentimiento de humillación, fortaleció las equivalencias de intereses entre sectores de población en principio poco cooperativas.
  3. Otra de las estrategias habituales que le régimen suele utilizar es, poner en marcha su maquinaria de propaganda religiosa, imanes de mezquitas bajo el control del ministerio de asuntos religiosos e incluso salafista, que antaño eran declarados enemigos hoy están siendo utilizados como adalides de la defensa de los “principios sagrados de la nación” el caso paradigmático es Mohamed Fizazi, que, en muy poco tiempo,  pasó a ser el ideólogo de los atentados de 2003 en Casablanca y condenado por ello a 30 años de cárcel, a ser condecorado por Mohamed VI y de ahí a ser el gran defensor de la nación y especialmente de la monarquía, éste atacó duramente a la población rifeña. A mi juicio ésta es una amistad peligrosa y le puede costar muy caro no solo al Rif sino a todo el país e incluso a la propia institución monárquica. 
  4. Lo que demuestra el grado de mediocridad de la élite que actualmente es, la forma con que se está pateando la constitución que en su momento se vendió como un avance histórico y que le dio al país el titulo de la “excepción”. Como ya he señalado, el numero de detenidos en estos momentos, se cuenta por decenas y es posible que aumente en los próximos días, lo verdaderamente escandaloso y según los abogados defensores, todos ellos han sido detenidos contradiciendo claramente el artículo 23 de la Constitución del 1 de julio de 2011, que prohíbe tajantemente detenciones fuera de la ley.  El régimen se esta saltando su propia ley magna una ley que el propio monarca Mohamed VI se implicó personalmente en la campaña a favor del Si. Se podría decir el rey está quemando sus últimas naves, esperemos que luego no diga aquello de que “yo mande mis barcos a luchar contra los elementos”. 

Sin duda la debilidad del régimen no quiere decir que está acabado, su debilidad sólo le hace más peligroso. Marruecos avanza inexorablemente hacia un cruce dos caminos, la reforma radical o la ruptura radical. La primera debe trastocar todos los fundamentos del actual régimen sin revolver los elementos mínimos constituyentes de un Estado; para ello es necesario dar cabida a todo tipo de sensibilidades, sean del tipo que fueran, étnicas, religiosas, sociales, políticas, etc. En su caso estaríamos hablando de resolver todos los asuntos que el actual régimen por su naturaleza no ha querido o no ha podido resolver. La segunda llevaría al país a un proceso de violencia sin precedentes y en mi opinión  trastocaría no solo la actual estructura estatal y social de Marruecos sino que afectaría a toda la región.

Por último cabe señalar que, muchos de los que seguimos los asuntos internos de Marruecos sabemos que habrá un día en que la situación no tenga vuelta atrás, es decir un punto de no retorno, llegado este día todos tendremos nuestra parte de responsabilidad. Llegado este momento todos los actores sociales y políticos deben ser generosos, deben entender que la política se juega en el campo de lo ideológico, pero sobre todo en el de los intereses. 

Marruecos, la debilidad del régimen le hace aún más peligroso