jueves. 28.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 7.12.2009

El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi Fihri, ha acusado a la activista saharaui Aminetu Haidar de ser la causante de su situación y de no ser una defensora de los Derechos Humanos, sino un miembro del Frente Polisario.

Pero, además, ha amenazado veladamente a España preguntando con qué Marruecos quiere el Gobierno español construir un futuro: con el que habla habitualmente de inmigración, de problemas de inseguridad y de perspectivas de inversión o con el que no quiere ni que haya un Magreb ni una relación especial con Europa.

Fassi Fihri ha asegurado que Marruecos "nunca" llegó a un acuerdo con España el pasado viernes para que Haidar regresara a El Aaiún y que él mismo recibió al Embajador de España en Rabat para decirle que "la postura de Marruecos no había cambiado". "No se puede recibir a alguien que dice que quiere entrar sin reconocer la nacionalidad y no usar el pasaporte marroquí", ha dicho y ha reprochado a Haidar que use el pasaporte marroquí "como un trapo".

El ministro se ha preguntado "hasta dónde se irá en infectar la relación hispano-marroquí". "Hace años que se construye pacientemente esta relación en el sentido del interés recíproco y hemos hecho mucho. Es a esta España a la que me dirijo", ha añadido en declaraciones a la prensa en Bruselas.

Allí mismo, la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, ha confiado en que Marruecos y España encuentren una solución "política o humanitaria de compromiso" para la activista saharaui, si bien ha destacado que se trata de un asunto en el que la Unión Europea no intervendrá: "Es una cuestión bilateral entre Marruecos y España y así será"

Además de Ferrero-Waldner, que ha expresado el deseo de que se llegue a una "solución humanitaria ante el deterioro de la salud de Haidar", el secretario de Estado sueco de Relaciones Exteriores, Frank Belfrage, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, ha manifestado la "preocupación" de los Veintisiete por la "situación dramática" de la activista saharaui, que cumple tres semanas en huelga de hambre.

Marruecos recurre de nuevo a las amenazas mientras Europa opta por lavarse las manos