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NUEVATRIBUNA.ES - 14.11.2010

En una rueda de prensa recogida por la agencia de noticias oficial, MAP, Jalid Naciri dice abiertamente que lo que hacen los medios españoles forma parte de una campaña orquestada para enganar a la opinión pública a golpe de falsedades sobre lo que ocurre en el Sáhara: "Estos mismos medios de comunicación nos habían acostumbrado desde hace mucho tiempo, en especial tratándose de las cuestiones relativas a nuestro Sáhara, a enfoques parciales y incumplimientos extremadamente graves de la deontología. Está demostrado que no se trata de simples errores profesionales o lecturas sesgadas de los acontecimientos". Y añade: "En efecto, asistimos a un recurso sistemático a procedimientos engañosos, a técnicas innobles, a manipulaciones abyectas y a montajes inmundos en diferentes tipos de soportes mediáticos españoles: agencias de noticias, prensa escrita, radio, televisión y sitios web".

El ministro se refiere en particular a la agencia EFE, "que no vaciló en difundir la mentira odiosa de la existencia de cadáveres en las calles de El Aaiún". Y no queda ahí la cosa. Además, sigue cargando contra EFE al asegurar que "esta misma agencia ha traspasado todos los límites de lo moralmente aceptable difundiendo la imagen de niños palestinos víctimas de bombardeos en Gaza en 2006, y presentándolos falazmente como víctimas de los acontecimientos de El Aaiún. Estas imágenes dieron la vuelta a los medios de comunicación españoles, que hicieron el uso propagandístico que ya conocemos".

Naciri menciona asimismo a Antena 3, que "no contenta con explotar el tópico en cuestión, ha recurrido hoy mismo a la explotación vergonzosa de las imágenes de un crimen indecente cometido en Casablanca el 26 de enero de 2010, presentándolas como pruebas de los crímenes supuestamente cometidos en el Sáhara".

El portavoz del Gobierno alauí habla de la expulsión del corresponsal del diario 'ABC' en Rabat, Luis de Vega, "que se permitió calificar a nuestro país de dictadura y a los marroquíes de colonos". "Este mismo periodista había mentido anunciando que las calles de El Aaiún estaban cubiertas de cadáveres, cuando las fuerzas del orden marroquíes no recurrieron a las armas de fuego", apostilla.

Con respecto al corresponsal de 'El País', Ignacio Cembrero, dice que "publicó un comunicado inexistente atribuido al comité del campamento de El Aaiún reclamando 'la autodeterminación del pueblo saharaui', una información que fue retirada varias horas más tarde, después de que el mal ya estaba hecho".

Y, para rematar, señala que "es conveniente citar también el comportamiento ilegal e indigno de periodistas españoles que están ejerciendo clandestinamente en Marruecos y que lo anuncian orgullosamente en la Cadena Ser". Su valoración de todo lo anterior es que "nos encontramos pues ante un llamamiento al odio y una incitación a la violencia. Se trata también de una grave manipulación de la opinión pública española, con el fin de exacerbar sus sentimientos contra el Reino de Marruecos, con el fin de reanimarlos, en una auténtica deriva rencorosa y racista".

Queda claro que el gobierno marroquí no tiene ningún empacho en cargar contra periodistas españoles para tapar la represión contra los saharauis que, según denuncian ellos mismos, ha alcanzado la categoría de limpieza étnica a raiz de la destrucción del campamento de protesta de Agdaym Izik. Ya apuntaba maneras cuando el ministro de Asuntos Exteriores, en Madrid y en presencia de su homóloga española, nos sermoneó por el tratamiento que hacemos del conflicto saharaui. Pocos días después, dos periodistas españoles eran agredidos mientras cubrían un juicio contra siete saharauis.

Lo que Rabat no entiende es que la transparencia es el mejor antídoto contra supuestas manipulaciones. El 'cerrojazo informativo' que ha impuesto a raiz de los violentos sucesos de El Aaiún, deja exclusivamente en manos de organizaciones saharauis la información sobre lo que realmente está sucediendo y las webs que la transmiten a todo el mundo es, hoy por hoy, la fuente más fiable de la que disponemos. Si Marruecos no quiere testigos, es que tiene mucho que ocultar.

Las últimas noticias las encontramos, por ejemplo, en Resistencia Saharaui, que cuenta lo siguiente:

"Hoy (por ayer) un familiar de uno de los fallecidos nos confirmó que en estos momentos son 36 los cadáveres saharauis que están en la morgue del Tercer Hospital Militar de Aaiún. Las autoridades marroquís propusieron a la familia enterrar el cuerpo, pero se negaron hasta no esclarecer los hechos de la muerte.

Otro de los fallecidos que está en el Tercer Hospital Militar es el joven Brahim Daudi, de entre 25 y 30 años, murió torturado en el campamento de protesta, Agdaym Izik.

Según fuentes saharauis, 68 saharauis ingresaron en la Carcel Negra del Aaiún.

7 saharauis entre ellos el activista defensor de los derechos humanos, Enaama Asfari, y uno de los miembros del Comité del Campamento, Mohamed Bourial van a ser juzgados por el Tribunal Militar. Todos fueron brutalmente torturados por las fuerzas de seguridad del régimen marroquí.

Más de 4000 saharauis han sido torturados por las fuerzas de represión marroquís según el Ministerio de Territorios Ocupados de la República Saharaui.

Todavía hay escuadrones de policías y militares que están entrando violentamente a las casas de familias saharauis y los están torturando, algunos mueren víctimas de las torturas.

10 autobuses de presos que estaban cumpliendo condena en la Cárcel Negra del Aaiún han sido trasladados a prisiones de distintas ciudades de Marruecos, para ingresar a nuevos presos saharauis.

Las fuerzas de represión marroquís han calcinado los restos de jaimas y las pertenencias de las más de 20.000 personas del Campamento de Agdaym Izik y han cubierto todo con la arena y piedras del muro que cercaba el campamento".

Marruecos o 'matar al mensajero'