sábado. 20.04.2024

Lula, a Pittsburgh con alfombra roja

AGNESE MARRA
El mandatario brasileño ya es considerado el líder regional latinoamericano. Las cifras de su economía lo avalan y sus estrategias diplomáticas confirman su posición mundial. Este miércoles Lula será el encargado de abrir los debates de la Asamblea General y llega Pittsburg cargado de peticiones polémicas que aventajan a los países subdesarrollados.
NUEVATRIBUNA.ES - 23.09.2009

Brasil llega a la cumbre del G-20 de Pittsburgh con los deberes hechos. Se perfila como uno de los primeros países sudamericanos que ha salido técnicamente de la recesión y su economía está con un crecimiento del 1,9%. Es más, su inmejorable situación le ha permitido dar un préstamo al FMI de 10.000 millones de dólares para apoyar los créditos a los países subdesarrollados.

Resultados de esta envergadura traen exigencias. Luiz Inacio Lula da Silva, será hoy el encargado de abrir los debates de la Asamblea General ante 192 líderes mundiales. Sus peticiones son claras. Entre ellas el cumplimiento de los acuerdos que se pactaron hace un año en la cumbre de Washington: "El presidente considera prematuro suspender las medidas anticrisis y alertará de que pasados doce meses hay indefiniciones, comodidad e inercia", adelantó recientemente el portavoz de Lula, Marcelo Baumbach.

UN ASIENTO EN LA ONU

La ofensiva diplomática del presidente latinoamericano va más allá. Lula propone cambios estructurales en los órganos de Gobierno de instituciones financieras como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI): “Son organismos obsoletos y nada representativos del orden planetario”. Además ha denunciado que los países que forman el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) están infrarrepresentados en estas instituciones por lo que exigirá modificaciones urgentes.

Semanas antes de la reunión que comenzará mañana en Pittsburg, el mandatario brasileño había definido al G-8 como “un club de amigos que se reúne de vez en cuando pero que ya no tiene el poder de hace treinta años”. Lula advirtió que hoy en día ya no tenían sentido reuniones sin China, India, Brasil, Rusia, o sin África y México.

Pero la mayor aspiración del país latinoamericano es que finalmente le den un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, el más importante órgano de decisión de Naciones Unidas y en el que sólo están desde su creación en 1946 Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido, las cinco potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial.

Desde Brasilia aseguran que su situación económica y política es “más que adecuada” para ocupar una plaza dentro de este organismo. La economía de este gigante latinoamericano representa el 57% del capital de la región. A su vez su actual seguridad financiera ha hecho que cada vez un mayor número de inversionistas hayan decidido poner su dinero en este país. A esto se unen los constantes hallazgos petrolíferos en las costas brasileñas que confirman su fuerza económica.

LIDERAZO LATINOAMERICANO

Si los deberes económicos están hechos, las estrategias políticas y diplomáticas del Gobierno de Lula también marcan la diferencia respecto al resto de los países latinoamericanos. Atrás quedan los tiempos en que México y Argentina reinaban en la región. Hoy todos reconocen quién es el nuevo líder.

Luiz Inacio Lula da Silva, sin hacer ruido pero con paso firme, va solucionando los altercados que se suceden en la región. Sin declarar vientos de guerra, Lula fue el primero en llamar a Obama cuando se desató la polémica por el asentamiento de las bases norteamericanas en Colombia.

La reunión de este miércoles en los debates de la Asamblea General, será el primer encuentro cara a cara entre Obama y los líderes latinoamericanos tras el conflicto de las bases. Sin embargo Lula ya había reclamado “garantías jurídicas” tanto a Estados Unidos como a Colombia. El presidente norteamericano no tardó en responderle, asegurándole que sería una misión “únicamente centrada en el narcotráfico. “Estoy deseoso de encontrarme con Lula en Pittsburgh y reforzar las relaciones con Brasil”, dijo Obama.

El nuevo tanto con el que llega Lula al encuentro de esta semana es el de haber conseguido que Manuel Zelaya regresara a Honduras. El presiente brasileño ha dejado claro que él no se encargará de negociar, pero sin la ayuda brasileña el conflicto que todavía se mantiene se podría haber alargado aún más. Tanto Obama, la OEA como los países europeos han felicitado a Brasil por traer de vuelta al hondureño. Lula calla y se cuelga otra medalla.

Lula, a Pittsburgh con alfombra roja