martes. 23.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 13.6.2009

Irán detuvo a más de 100 reformistas, entre ellos al hermano del ex presidente Jatami, después de las violentas protestas callejeras registradas en Teherán contra la reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad.

Seguidores del derrotado candidato moderado Mirhosein Musavi, que ha calificado la victoria electoral de Ahmadineyad para un segundo mandato como una "farsa peligrosa", se reunieron de nuevo este domingo en el centro de la capital y corearon su nombre.

El quinto mayor exportador de petróleo del mundo vivió el sábado las mayores protestas desde la revolución islámica de Irán de 1979, y residentes de otras cinco ciudades dijeron que había salido gente a la calle para respaldar a Musavi.

El conservador Ahmadineyad tenía previsto celebrar su victoria en la capital hoy mismo. Su victoria, inesperadamente abrumadora, y sus violentas repercusiones plantearon nuevos interrogantes sobre la dirección de las políticas iraníes en un momento en el que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quiere mejorar las relaciones con Irán. Analistas iraníes y occidentales coincidieron en que la reelección de Ahmadineyad posiblemente decepcionará a las potencias que pretenden convencer a Irán de que suspenda sus actividades nucleares, que se sospecha están dirigidas al desarrollo de armas nucleares. Obama ha instado a los líderes de Irán a "aflojar el puño".

Mohamad Ali Abtahi, que fue vicepresidente con Mohamad Jatami, informó de que el hermano del ex presidente Mohamad Reza Jatami era uno de los más de 100 miembros del mayor partido reformista de Irán, Mosharekat, que fueron retenidos el sábado. Un portavoz del poder judicial señaló que los reformistas habían sido convocados y advertidos de que no aumentaran la tensión. Dijo que posteriormente habían sido puestos en libertad.

La mujer de Musavi, Zahra Rahnavard, negó las informaciones de que su propio marido hubiera sido detenido o puesto bajo arresto domiciliario. "Está siguiendo el tema de las elecciones. Dice que está con el pueblo y a su lado", declaró Rahnavard, que acompañó activamente a su marido durante una campaña que atrajo a decenas de miles de seguidores a las calles de Teherán.

Musavi no ha aceptado la victoria de Ahmadineyad, que según denunció estuvo desfigurada por violaciones y fraude y dijo que pondría "en peligro los pilares de la República Islámica y establecerá una tiranía". Responsables del Ministerio del Interior han rechazado las acusaciones de fraude y el Líder Supremo, el ayatolá Ali Jamenei, ha instado a todos los iraníes a respaldar a su presidente.

El campo anti-Ahmadineyad ha sido "tomado por sorpresa y está tratando de hacerse con un plan", según Trita Parsi, director del Consejo Nacional Iraní Americano, con sede en Washington. En su opinión, "cada vez más, dado que no han conseguido que Jamenei intervenga, su única opción parece ser un desafío directo - o amenaza de desafío - al Líder Supremo".

Un destacado diplomático occidental en Teherán advirtió de que los disturbios callejeros finalizarían pronto por la represión: "No se permitirá que se propague. Aplicarán la fuerza para dominarlo".

Los reformistas iraníes denuncian más de un centenar de detenidos