viernes. 26.04.2024

¿Cuántos más indicios de crímenes de guerra y de crímenes de lesa humanidad necesita ver el Consejo de Seguridad de la ONU para remitir la situación en Siria al fiscal de la Corte Penal Internacional?

Decenas de periodistas que informan sobre abusos contra los derechos humanos en Siria han sido asesinados, arrestados arbitrariamente, detenidos, sometidos a desaparición forzada y torturados en los dos últimos años, afirma Amnistía Internacional en un informe que la organización publica hoy, Día Mundial de la Libertad de Prensa.

Estos abusos han sido cometidos por las autoridades y los grupos armados de oposición de Siria, y han convertido a este país en un lugar peligroso para el trabajo de los periodistas.

El informe de Amnistía Internacional, titulado Shooting the Messenger: Journalists targeted by all sides in Syria  (Matar al mensajero: Los periodistas, en el punto de mira de todas las partes en el conflicto de Siria), explica con detalle decenas de casos de periodistas y trabajadores de medios de comunicación que han sido atacados o detenidos desde el comienzo del levantamiento de 2011 para tratar de impedirles informar sobre la situación en Siria, incluidos los abusos contra los derechos humanos.

El informe se ocupa asimismo del importante papel que desempeñan los periodistas ciudadanos (ciudadanos de a pie que actúan como periodistas), muchos de los cuales arriesgan su vida para garantizar que la información sobre lo que ocurre dentro del país sale al mundo exterior. Como sus colegas los periodistas profesionales, este colectivo ha sufrido represalias para impedirles desarrollar su labor. Los periodistas no son los únicos civiles que viven amenazados en Siria, pero hasta ahora han muerto al menos 36 en lo que se consideran ataques selectivos.

“Una vez más, hemos documentado cómo todas las partes en este conflicto violan las leyes de la guerra, aunque la magnitud de los abusos de las fuerzas gubernamentales sigue siendo mucho mayor”, ha dicho Ann Harrison, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional. “Los ataques deliberados contra civiles, incluidos periodistas, constituyen crímenes de guerra, y sus perpetradores deben comparecer ante los tribunales”.

Pide protección para la población civil a través de la web que Amnistía Internacional ha puesto en marcha una ciberacción a través de la web dirigida al representante de Siria ante Naciones Unidas y al Presidente de la Coalición Nacional de Fuerzas de la Revolución y la oposición siria en la que se les pide que tomen medidas urgentes para proteger a la población civil y a los periodistas.

Las emisoras de televisión, las cadenas de radio y los periódicos independientes llevan décadas sin poder operar libremente en Siria. Ya no hay estado de excepción, en vigor desde 1963 a abril de 2011, pero continúa la persecución de los periodistas por informar sobre temas muy diversos, incluidas las violaciones de derechos humanos cometidas por las autoridades.

Las nuevas leyes que aparentemente proporcionaban mayor libertad de expresión no han mejorado nada la situación en la práctica. En 2011, las autoridades sirias intensificaron sus tácticas represivas para impedir la cobertura informativa del levantamiento –por entonces en general pacífico–, introduciendo prácticamente un bloqueo informativo sobre los medios de comunicación generales entre marzo y diciembre.

Las duras restricciones impuestas a los medios de comunicación generales han hecho florecer el periodismo ciudadano: personas que no son periodistas profesionales publican información sobre el conflicto en las redes sociales.

Uno de los periodistas atacados es el escritor y periodista palestino Salameh Kaileh, detenido el 24 de abril de 2012 por los servicios de inteligencia de la Fuerza Aérea tras criticar la nueva Constitución. Kaileh fue llevado a un centro de detención de Damasco, donde le obligaron a quedarse en ropa interior en una habitación en la que había 35 hombres. Según dijo a Amnistía Internacional, le vendaron los ojos y le aplicaron la tortura conocida como falaqa (golpes en las plantas de los pies). El periodista fue torturado incluso cuando lo trasladaron a un hospital antes de dejarlo al fin en libertad y expulsarlo a Jordania.

Otro caso es el del presentador de la televisión estatal Mohammed al-Sa’eed, que según los informes fue secuestrado de su domicilio de Damasco en julio de 2012 y ejecutado de forma sumaria por Jabhat Al Nusra, grupo islamista armado de oposición.

“Llevamos más de dos años pidiendo a la comunidad internacional que tome medidas significativas para garantizar que los responsables de todas las partes en el conflicto rinden cuentas por los delitos de derecho internacional y otros abusos y que las víctimas reciben reparación, pero el pueblo sirio aún está esperando”, ha dicho Ann Harrison.

“¿Cuántos más indicios de crímenes de guerra y de crímenes de lesa humanidad necesita ver el Consejo de Seguridad de la ONU para remitir la situación en Siria al fiscal de la Corte Penal Internacional?”.

Los periodistas, en el punto de mira en el conflicto de Siria