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NUEVATRIBUNA.ES / AGNESE MARRA - 12.10.2009

El Gobierno de China mantiene una red de cárceles secretas en las que incomunica hasta varios meses a un gran número de personas que son sometidas a tratos denigrantes, según ha denunciado Human Rights Watch (HRW) en un informe.

HRW recuerda que el Gobierno chino ha negado en varias ocasiones la existencia de esas cárceles, una de ellas en el informe sobre la revisión de la situación en el país que publicó en junio de 2009 el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

El documento titulado 'Un callejón al infierno' ('An Alleyway in Hell', en inglés) acusa a las fuerzas de seguridad chinas de secuestrar de manera rutinaria a ciudadanos en las calles de ciudades como Pekín, a menudo por razones políticas, para trasladarlos a estos centros clandestinos que llama ‘cárceles negras’.

Suelen estar situadas en hoteles propiedad del Estado, residencias de ancianos y hospitales psiquiátricos, según la organización de derechos humanos, que cita el testimonio de personas que dicen haber pasado por esas instalaciones secretas.

SECUESTRADOS EN LA CALLE

Los guardias que custodian las ‘cárceles negras’ suelen cometer abusos contra los detenidos, desde el robo de sus posesiones a agresiones físicas e intimidación, así como privación de sueño, comida y atención médica, según el informe.

"La existencia de ‘cárceles negras’ en el corazón de Pekín convierte en una farsa las declaraciones del Gobierno chino sobre la mejora de los derechos humanos y el respeto a la ley", ha expresado en un comunicado la directora para Asia de HRW, Sophie Richardson, quien ha exigido el cierre inmediato de esas prisiones secretas.

Los autores del documento afirman que los detenidos suelen ser ciudadanos de áreas rurales que acuden a las ciudades para presentar quejas ante las autoridades de atropellos como la apropiación de terrenos, casos de corrupción de funcionarios públicos o el uso de torturas por policías.

Las supuestas víctimas entrevistadas por la organización de derechos humanos dicen que les secuestraron en la calle individuos que no explicaron el motivo de su detención, ni les mostraron una orden de arresto, ni les informaron de cuánto tiempo permanecerían recluidas.

TORTURAS

"Dos personas me arrastraron por el pelo y me subieron a un automóvil. Luego me tiraron en una habitación con dos mujeres que me arrancaron la ropa, me golpearon la cabeza y me propinaban patadas en el cuerpo", relata una mujer de 46 años de la provincia de Jiangsu que la organización considera una ex detenida.

Human Rights Watch añade que las cárceles han sido creadas por autoridades locales con el consentimiento de las fuerzas de seguridad para evitar la acumulación de quejas ciudadanas que puedan empañar su gestión y poner en peligro su futuro profesional.

Entre los detenidos hay incluso menores de edad, según denuncia la entidad humanitaria.

Las ‘cárceles negras’ de China, al descubierto